Curso de filosofía moderna. cap. V
Los grandes sistemas
filosóficos de los siglos XVII y XVIII.
1.
El
racionalismo.
Racionalismo es la posición epistemológica que ve que el
ejercicio del pensamiento se realiza solamente en la razón; esta, a su vez, es
la fuente principal del conocimiento humano.
¿Cuándo un conocimiento es racional? Cuando es lógicamente
necesario y universalmente válido. Cuando nuestra razón juzga que una cosa
tiene que ser así, siempre y en todas partes, entonces y sólo entonces nos
encontramos ante un conocimiento racional, un verdadero conocimiento.
Semejante conocimiento se nos presenta cuando por ejemplo
se formula el juicio: todos los cuerpos son existentes, ya que en ello se ve la
evidencia de algo que tiene que ser así, que la razón se contradice a si misma
si manifiesta lo contrario. Este juicio es necesariamente lógico y
universalmente válido.
Por el contrario, en el ejemplo del juicio: el agua hierve
a los cien grados centígrados, manifestamos no una necesidad lógica, ni una
validez universal, pues se puede comprobar que el agua hierve a los cien grados
centígrados, hasta donde sabemos, pero puede darse que bajo determinadas
circunstancias que el agua no hierva a los cien grados; en estos casos, estos
juicios tienen un límite que es el de la experimentación.
El primer juicio: todos los cuerpos son existentes,
manifiesta una validez lógica del pensamiento, pues no hay necesidad de
recurrir a la experimentación para comprobar que dicha nota es algo
constitutivo de la cosa misma, es decir, el fundamento mismo es el pensamiento.
De donde se concluye que todo juicio fundado en la razón
tiene una validez lógica y una validez universal, los demás no.
Para el racionalismo todo conocimiento verdadero se funda
en la razón, es decir en el pensamiento, esta es la base y el origen de todo
conocimiento humano.
El racionalismo tiene dos acepciones: una amplia y una
estricta. Primero veremos la acepción amplia y luego nos detendremos en la
estricta.
1.1.
Sentido
amplio del racionalismo.
Es
un término que designa todas aquellas filosofías que consideran la realidad
gobernada por un principio inteligible, sea la verdad, el bien, la idea, la
armonía o también la simple necesidad causal. Principio que sería accesible al
pensamiento y evidente desde el punto de vista racional o se identifica
formalmente con el pensamiento mismo.
El término contrapuesto es el de irracionalismo y en cuanto
tal encuentra los más variados ejemplos en la historia de la filosofía.
1.2.
Historia
del racionalismo.
Se
puede hablar de racionalismo en Platón ya que para este la realidad es ordenada
según el modelo ideal y teleológico del bien. También Hegel es racionalista ya
que el proceso de la realidad coincide con la autorrealización de la razón o
del espíritu. Son igualmente racionalistas Descartes, Pascal, Leibniz, Spinoza,
Malebranche, etc.
Contrariamente irracionalista se puede considerar a Epicuro,
que insiste en la causalidad combinada de los átomos que constituyen las cosas.
También en la doctrina de Schopenhauer se puede intuir algo de irracionalismo,
cuando considera la realidad como manifestación de una voluntad vital absurda,
que es fuente de dolor para todos los seres y privada de objetivos.
Análogamente se puede hablar de racionalismo práctico en el
caso del intelectualismo socrático, contrapuesto a la indiferencia práctica de
los escépticos; también se habla de racionalismo religioso como en el caso de
las tesis deístas que tienden a
identificar las verdades reveladas con los dictámenes de la simple razón, como
en el caso de Kant.
1.3.
Sentido
estricto del racionalismo.
En
un sentido más restringido, históricamente el racionalismo se aplica a una
corriente de pensamiento desarrollada en el siglo XVII en Europa,
frecuentemente en polémica con la corriente contemporánea del empirismo. Estas
dos corrientes se fusionan en la Ilustración y tienen su culmen en el
criticismo kantiano.
Descartes es el fundador del racionalismo moderno y la
filosofía cartesiana encarnó por mucho tiempo los ideales racionalistas,
influyendo así en toda la cultura europea y sobre todo en las ciencias.
1.4.
Origen
del racionalismo.
El
racionalismo moderno puede rastrearse en sus orígenes más lejanos en el
afincamiento de la clase burguesa en la economía, en la administración, y en
general en todas las directrices políticas de los nuevos Estados nacionales de
la Europa moderna.
Dicho afincamiento de la clase burguesa, está acompañado
por una profunda revolución de las instituciones culturales, por la imposición
de las academias libres, por la implementación de la educación pública sobre
las viejas universidades medievales y por la progresiva desvinculación de las
ciencias naturales de la metafísica escolástica.
Se pueden considerar como precursores del racionalismo, en
lo que se refiere a lo político a Maquiavelo, Rodin y Moro.
En la línea política, Grocio en su texto De Iure Belli ac paces, reconoce
explícitamente la identidad entre la naturaleza y la razón; así mismo aplicó al
derecho y a la política el procedimiento matemático demostrativo racionalista.
La identidad entre el modelo matemático y la razón, eleva
la técnica comercial emprendedora y bancaria de la clase burguesa, que en la
razón matemática reconoce también todo un instrumento político de afirmación
anti-feudal; por otro lado, da lugar a la incrementación teórica de las
ciencias matemáticas, tal como lo hacen Tartaglia, Viéte y la introducción de
las letras en el álgebra, y al incremento de las técnicas y de la
instrumentalización de la investigación científica.
La nueva mentalidad científica además, enriquece las
cuestiones fundamentales sobre cosmología, astronomía y las conexiones con la
moral y la religión, por ejemplo en la medicina con Harvey[1]
y en la química con Boyle[2].
1.5.
Racionalismo
y método cartesiano.
El
Discurso del método de Descartes representó
un manifiesto para el movimiento racionalista, que encontraba en el método
matemático su punto de convergencia teórico ideológico; además dicho texto
representó la formulación más general y sistemática de todo el movimiento
racionalista.
¿Cuál es el propósito del Discurso del método? El texto tiene como propósito la
fundamentación del saber sobre la sola
razón, excluyendo todo tipo de influencia dogmática en lo referente al
principio de autoridad religiosa, moral y en general de carácter histórico.
Si la intención era fundamentar el saber en la razón, ello implicaba
una reforma total del mismo, ya Descartes había intuido, en 1619, cómo realizar
este cambio; para ello había considerado la posibilidad del descubrimiento de
una nueva ciencia universal del orden y de la medida, que fundándose sobre
cadenas de razones claras y distintas, debía aplicarse a todo tipo de saber
incluida la moral, y tener presente en la práctica la cuantificación
geométrica.
El método está compuesto de análisis y síntesis,
descomposiciones y recomposiciones; este procedimiento tiene como finalidad
encontrar el orden racional que se da o que se esconde detrás del aparente
desorden de los fenómenos cuantitativos, y desde ahí intenta reconstituir una
segunda naturaleza de las cosas, a disposición de la voluntad dominadora y
creadora de la razón humana.
Este proyecto cultural encontró sus aplicaciones naturales
en la propuesta filosófica de Thomas Hobbes, cuando reduce la moral al método
geométrico de Euclides. La ética de Spinoza
para muchos aparece como uno de los más grandes textos que compendia los
ideales racionalistas; ideales que perduran hasta nuestros días.
En la época contemporánea, las polémicas sobre el
irracionalismo de una u otra manera constituyen un eco de problemáticas
iniciadas en el racionalismo.
Si el racionalismo fundamenta el saber en la razón ¿Qué
significa saber? El saber es el conocer que ha sido problematizado por la
filosofía moderna. El saber que tiene necesidad de un fundamento, de una base y
de una razón; el racionalismo pretende ser el fundamento dicho saber, el que es
el conocimiento sobre la realidad externa, conocimiento que no se reduce a la
simple certeza de nuestras representaciones, sino que tiene verdad, es decir,
toma la estructura auténtica de la realidad externa, de la realidad en sí
misma. El saber es lo que nos lleva más allá de nuestras representaciones o
también el conjunto de nuestras representaciones en cuanto está en grado de
captar la realidad externa.
1.6.
Características
del racionalismo.
El
racionalismo considera que todo tiene una razón de ser, además considera que
todo proviene de un principio primero que hace parte de lo racional y además
considera que todo se encamina hacia un fin último.
El ejercicio de la razón está determinado por el modelo
matemático-geométrico, pues dicho modelo es el que propicia alcanzar verdades
indubitables y certezas de las que no se puede dudar ulteriormente.
Para el racionalismo todo lo real es racional, todo lo
racional es real. Para dicho movimiento, el todo se explica desde el modelo de
la causa y el efecto, es decir que la columna vertebral que sostiene la
realidad es la dialéctica causa y efecto.
El racionalismo establece, desde la relación sujeto-objeto,
que el primero tiene una primacía sobre el segundo, esto se hace de tal manera
que en algunos momentos se llega a cuestionar y dudar de la existencia del
objeto.
Algunos pensadores racionalistas afirman que el hombre
posee algunas ideas innatas, otros sostienen que existen ideas trascendentales
y apriorísticas.
Para los racionalistas el mundo se puede explicar como si éste
fuera una proyección del sujeto. Existen otros pensadores que consideran que el
mundo existe como si fuera la obra de una mente divina. Hay quienes consideran
que el mundo existe por acaso, es decir, que este es el producto de fuerzas de
repulsión y atracción. La naturaleza y la tierra son concebidos por los
racionalistas como si estos fueran una gran reserva de materiales naturales, un
gran depósito de materiales naturales y de los cuales el hombre puede disponer
a su antojo.
Para los racionalistas los instintos, los impulsos, los
deseos y los sentidos pueden llevarnos al engaño y al error, esta es la razón
por la cual es necesario someterlos a la crítica y al análisis.
Los racionalistas se plantean el problema de si la doxa (el sentido común) propicia algún
tipo de conocimiento, también se plantean la cuestión acerca de si este
proviene solamente de la episteme,
del saber cuidado, especializado y cultivado.
Para el racionalismo el hombre es sujeto; en este sentido
algunos de los pensadores adscritos a este movimiento consideran que la
subjetividad del sujeto es la responsable de la acción moral, también pueden
llegar al extremo de sostener que el sujeto está atado, unido y relacionado con
el objeto, por lo tanto, el que le da el carácter de subjetividad es la
dependencia que el hombre establece con el objeto.
El racionalismo, retoma la doctrina aristotélica cuando
considera que el arte es mímesis, y esta va unida a la razón y a la forma.
Para el racionalismo los métodos inductivo, deductivo,
analítico y sintético son los caminos más acertados para llegar a la verdad;
esta tesis es llevada hasta el extremo de sostener que sin el ejercicio del
método no es posible llegar a esclarecer la verdad.
2.
Autores.
2.1.
Descartes:
padre del racionalismo.
2.1.1.
Aspectos
biográficos.
Nace
el 31 de marzo de 1596 en la Haya, en los confines de Touraine y Poitou. Fue
educado por su abuela y una nodriza. Tuvo salud frágil hasta los veinte años.
Se
educa con los jesuitas en la Fleche. Allí cursa sus estudios de filosofía
escolástica, ciencia y humanidades. Educación que siempre catalogará de
excelente. En 1612 abandona el colegio y se dedica a viajar. En 1616 obtiene la
licenciatura en derecho en Poitiers. En 1618 conoce al sabio matemático Isaac
Beeckman[3].
En 1619 asiste a la coronación de Fernando II, cuando regresa de la coronación,
mientras invernaba en Alemania encerrado y al calor de una estufa, es cuando
tiene lugar el acontecimiento decisivo de su vida. En la noche del 10 de
noviembre de 1619 el fuego prendió en su cerebro tres sueños y tuvo una especie
de iluminación. Los que lo conducían a una ciencia admirable, según ésta se
pregunta si ¿es la geometría analítica, es el método, es la matemática? Parece
ser que sea la última.
En 1620 tiene la iluminación de un invento admirable: la
invención de los lentes, cuyo fundamento es la ley de refracción.
Se va a vivir a Holanda hasta 1649, allí compone las Reglas para dirigir la inteligencia
(1628-1629), además realiza disecciones de animales; realiza breves viajes a
Francia. En 1647 visita a Pascal y le sugiere la idea de los experimentos sobre
el vacío.
La reina Cristina de Suecia lo invita a su cohorte, donde
adquiere una pulmonía y muere el 11 de febrero de 1650 a la edad de cincuenta y
cuatro años.
2.2.
Obras.
2.2.1.
Reglas
para dirigir la inteligencia.
Es
un tratado escrito en 1628, cuyo tema central es la reducción de lo múltiple y
de lo diverso a estructuras formales simples que se esconden detrás de la
aparente diversidad de lo material. La obra consta de 21 reglas, de las cuales:
Unas se refieren al adiestramiento de la inteligencia,
otras a las técnicas de simbolización del lenguaje, otras a la materialización
de los problemas físicos.
Aquí es donde Descartes habla por primera vez de su teoría
de las ideas innatas que son aquellas ideas que los hombres encuentran con la
pura razón, sin la intervención de la imaginación, ni de los sentidos, tampoco
vienen derivadas de lo externo, ni construidas convencionalmente, sino
apresadas en una especie de iluminación intelectual, constituyendo una
estructura lógica que Dios ha querido imponer en la mente de sus criaturas
dotadas de inteligencia, con lo que se hace posible construir un sistema del
mundo.
2.2.2.
El
mundo o tratado sobre la luz.
En
esta obra, Descartes presenta la posible formación mecánica del mundo a partir
de un estado inicial del cosmos, en cuanto caos, en virtud de leyes generales
de la naturaleza, principios de inercia, leyes de la comunicación y del movimiento,
etc.
2.2.3.
El
discurso del método.
Este
texto se divide en varias partes, ellas son:
La
primera expone las razones de la necesidad del método desde el momento en que
la ciencia exige sólo una inteligencia normal aplicada al buen sentido.
La segunda expone las reglas que componen el método, a
saber: la evidencia, la descomposición, el orden y la enumeración.
La tercera expone los principios de una moral provisoria en
la que se construye una legislación temporal que reemplace la vieja moral y se
busque un lugar en el cual habitar; así pierde el carácter oportunista que
contenían las leyes: obedecer a las leyes y las costumbres vigentes y más bien
alinearse en opiniones más moderadas.
La cuarta habla sobre la duda metódica, la que tiene como
consecuencia la afirmación de la primera verdad: pienso.
De la afirmación central del pensamiento de Descartes Cogito ergo sum, se puede inferir que el
cogito es el primer conocimiento seguro al que arriba Descartes, es el primer
principio indubitable al que lo lleva su duda metódica, es el existente, su
esencia es ser pensante y tiene como propiedades las siguientes:
El
pensar y el conocer: no se puede llegar a conocer si no se piensa. El sentir y
el amar: no se puede llegar a amar si no se siente. El querer y el elegir: no
se puede llegar a elegir si no se quiere.
Son relevantes en el pensamiento cartesiano el método, la
metafísica, dentro de esta se destacan la duda metódica, el cogito, el yo, Dios
y el mundo. La ciencia, dentro de esta se destacan la física y la sicología. La
moral, dentro de esta se destacan la moral provisional y la moral definitiva.
El método.
En
esta obra es claro que el filósofo tiene como tarea la búsqueda del método para
llegar a la verdad, la extracción de la esencia del método matemático, su
generalización y aplicación a cualquier campo. Para Descartes hay cuatro
elementos que definen este modo matemático reducido a lo esencial:
La intuición, según esta, sólo se acepta por verdadero lo
evidente clara y distintamente. El análisis es la regla del método.
La descomposición, se trata de dividir o descomponer un
problema en tantas partes cuantas sea posible.
Proceder con un orden gradual, partiendo de los
conocimientos más simples hasta llegar a los más complejos.
Hacer revisiones y enumeraciones tan complejas de modo que
no se omita nada; la enumeración debe ser ordenada estrictamente por el
pensamiento.
La
metafísica.
Descartes cultiva la metafísica para asentar los
fundamentos de la física y ésta es cultivada con fines prácticos. La
metafísica en el pensamiento de Descartes se propone demostrar que el mundo
material es sólo extensión, los cuerpos son comprensibles por la geometría,
todo en la naturaleza se explica mecánicamente. La deducción de la metafísica
se hace según un orden lógico. Tanto el yo, como el mundo exterior y Dios son
tres sustancias. Al yo le corresponde un ser pensante, por ende es una res cogitans. Al mundo le corresponde
ser una res extensa. Dentro de esta
caracterización a Dios le corresponde una res
infinita.
Las tesis metafísicas
La duda metódica.
Es
el primer paso de la filosofía, este intenta deshacerse de los prejuicios y
comprobar las certezas. Para Descartes la duda metódica es un método, no es
mero escepticismo, ya los escépticos dudan por dudar, Descartes duda para
encontrar la verdad, la duda para él es sólo un medio para alcanzar un fin.
La duda metódica consiste en que hay que rechazar como
falso, algo que admita una duda, lo que no se presenta clara, evidente y
distintamente a la razón; la duda es metódica más no escéptica. La religión y
la moral son dos regiones exentas de duda.
La duda recorre varias etapas, estas son: la percepción
sensible, el sueño y la vigilia, todo no puede ser engaño, en lugar de Dios podría
darse un espíritu maligno. Toda duda general engendra la primera certeza.
Según Descartes hay dos regiones exentas de duda: La
religión porque es revelada y la moral porque es práctica, acción que no sólo
busca la verdad a partir de la vivencia, sino que es acción posterior a la
contemplación de la misma.
El cogito.
Descartes
pensaba que todo era falso, pero a pesar de ello, no podía dejar de pensar que
realmente fuera así; de esta manera, llega a la afirmación del pienso luego existo; frente a esta experiencia,
la duda no tiene sentido. Descartes presenta el cogito ergo sum a la manera de un silogismo según el cual para
pensar es necesario existir. Esta intuición es el primer principio de la
filosofía cartesiana.
El yo.
El cogito es el pensamiento, este es conocido por la
conciencia, así se da la identidad entre la conciencia y el pensamiento, el yo
es una cosa pensante, es una sustancia, cuya esencia entera o naturaleza es la
de pensar, el yo es un alma.
Para Descartes el yo revelado en el cogito es espíritu
puro, de ahí que sea perfectamente pensable según Descartes en la alternativa:
el yo o mi espíritu. Para Descartes el alma es una sustancia espiritual
distinta del cuerpo, es inmortal, posee ideas innatas, posee la idea de Dios
como ser perfecto.
Dios.
De
Dios se pueden considerar su existencia, su naturaleza y sus atributos.
Su existencia: Descartes da tres pruebas de la
existencia de Dios, de las cuales dos se dan por el principio de causalidad, la
tercera desde Kant se llama argumento ontológico, la que se da por el análisis
de la idea de perfección.
Primera prueba. Según
esta, tenemos la idea de un ser perfecto ya que dudar es imperfecto ¿de dónde
proviene esta idea? evidentemente de un ser perfecto, ya que la idea de
perfección sólo puede provenir de un ser perfecto. Dios pone en el hombre la idea
de perfección, de esa manera, el hombre puede pensar la perfección suma de Dios
y la imperfección del hombre y de lo creado.
Soy imperfecto, puesto que dudo, y tengo la idea de
perfección, por ende, la idea de perfección que poseo no proviene de mi ser,
dependo pues de una causa que posee por si misma toda perfección.
Segunda prueba. Según esta, Dios es un ser tal que no puede concebirse otro
mayor; ahora bien, es más existir en el espíritu y en la realidad que existir
en el espíritu solamente, por tanto, Dios existe.
Tercera prueba o Argumento ontológico cartesiano. De la idea de Dios en cuanto ser
perfectísimo se sigue la existencia de Dios. Kant critica este argumento diciendo
que es un racionamiento de tipo lógico, que no dice nada sobre la existencia,
según Kant es imposible el paso de lo lógico a lo ontológico.
En Dios nos encontramos ante el concepto de substancia;
esta se puede definir así: una cosa que para existir no necesita de nada
exterior a ella.
Descartes se pregunta por Dios, lo llega a descubrir como
idea innata; si esto fuera así, entonces Dios sería una idea subjetiva y mía;
para escapar a esta subjetividad, Descartes sostiene que la idea del ser
perfecto contiene una realidad infinita que no puede estar en nosotros, porque
la causa conviene al efecto; Dios es un ser perfectísimo, es la causa de la
cual nosotros dependemos que somos imperfectos, si Dios que es la causa
efectiva, debe tener tal naturaleza que sea igual a lo que nosotros pensamos de
Él, de aquí se abre un espacio que nos aleja del cogito ergo sum solipsista y nos sitúa en algo que no es sólo
pensamiento, que es realidad efectiva: Dios mismo.
Así hemos llegado a la certeza del ser perfectísimo, del
cual no podemos suponer que nos engañe; si las ideas claras y distintas nos
informan de lo extenso, estas entonces son verdaderas cuando actúan diversas
cualidades primarias que representan las cosas, como son en sí.
Así aparece en Descartes el mundo exterior, donde Descartes
combina la idea innata platónica con la prueba escolástica de la causalidad.
Según Descartes como todas las cosas dependen de algo
externo a ellas para existir, excepto Dios, entonces Dios mismo es substancia
divina.
De lo anterior se deduce que no existe nada autónomo, ni
causalidad autónoma, ni libertad, ni autonomía de la persona humana; estas,
junto con la conciencia y el cuerpo, dependen de Dios como ser perfectísimo.
El
mundo.
La demostración de la existencia del mundo material,
es afirmada por Descartes a partir de su duda metódica.
La idea de los cuerpos no puede ser producida por nuestro
espíritu, ya que no tenemos conciencia de producir esta idea, por el contrario,
tenemos conciencia de no producirla y de comportarnos pasivamente respecto a
ella. La conciencia es co-extensiva al pensamiento.
La causa de la idea de un cuerpo es un cuerpo. Donde se
hacen posibles tres hipótesis: esta causa puede ser Dios, un espíritu distinto
del mío o un cuerpo. Pero no tenemos ningún medio para conocer la producción de
la idea por Dios o por el espíritu, por el contrario, tenemos una inclinación
natural a creer que es producida por un cuerpo. Por consiguiente, Dios nos
engañaría si la idea de cuerpo proviniese de algo que no fuera un cuerpo.
Descartes concluye que existe una sustancia cuya esencia es
la extensión. Los diversos cuerpos son determinaciones de la extensión, de
donde se sigue que toda la física no es más que geometría. Algo que va de
acuerdo con el pensamiento cartesiano cuando sostiene que la esencia de las
cosas materiales no puede ser otra que la extensión
geométrica.
La
ciencia.
La finalidad de la metafísica era la de fundar la
física matemática, este objetivo ha sido alcanzado puesto que se ha demostrado
la existencia de las cosas materiales cuya esencia se reduce a la extensión.
Una vez que se han eliminado de la realidad las formas aristotélicas y todo
elemento cuantitativo, la física puede desarrollarse desde la geometría.
La
física: para Descartes la física se concentra en la
búsqueda de los principios generales o causas primeras, causas de todo lo que
existe, o puede existir en el mundo, considerando en esto nada más que Dios, su
creador, sin obtener por otra parte la causalidad, sino solamente por ciertos
gérmenes de verdades que hay naturalmente en nuestras almas.
Luego
Descartes ha examinado cuales son los efectos primeros y ordinarios que podían
deducirse de estas causas, por este camino Descartes ha encontrado cielos,
astros, una tierra e incluso sobre la tierra agua, aire, fuego y minerales.
De
aquí se puede inferir que la física cartesiana se desarrolla a priori, lo cual
lleva a reconocer a Descartes que Dios es inmutable, que la cantidad de
movimiento debe ser constante en el universo, que cada cosa permanecerá en el
estado en que está mientras nada la cambien, un cuerpo permanece en el mismo
estado de reposo o movimiento mientras no se ejerza sobre él una fuerza. De
este modo los primeros principios de la física cartesiana son deducidos a
priori: el principio de la conservación del movimiento y el principio de la
inercia.
La
sicología: toda la antropología cartesiana descansa
sobre la distinción del cuerpo y del alma; el cuerpo es una sustancia cuya
esencia es la extensión y el alma una sustancia cuya esencia es el pensamiento.
El
cuerpo considerado en sí mismo depende de la física, es una especie de
autómata, que se explica totalmente por las leyes del movimiento. De aquí
proviene la teoría de los animales máquinas, ya que los animales no tienen
alma, son sólo cuerpo, no tienen sensaciones, los animales no ven, sino que
hacen movimientos visivos, no oyen sino que tienen movimientos auditivos, la
vida de estos es simple movimiento mecánico del cuerpo. Concibe así Descartes
la vida como algo meramente físico, el cuerpo como mera extensión, el
movimiento es algo funcional, es algo matemático, toda la naturaleza queda
mecanizada y cuantificada. Si los animales no piensan no tienen alma, son
máquinas.
El
alma, el espíritu es puro. En cuanto pasiva contemplando las ideas es
entendimiento. En cuanto activa, voluntad.
El
problema más espinoso de la antropología cartesiana es el de la unión de alma y
cuerpo. El hombre es uno, es una naturaleza simple, un dato de intuición del
que no se puede dudar. Afirma que el alma no está en el cuerpo como el piloto
de una nave. Llega incluso a utilizar las afirmaciones de la escolástica: el
alma está unida real y sustancialmente con el cuerpo, el alma es incluso forma
sustancial del cuerpo
Descartes
concibe el cuerpo y el alma como substancias distintas pero a la vez van
unidas. Propugna por una antropología de tipo dualista, donde descuellan la res
cogitans y la res extensa, la esencia es la res cogitans, mientras la res
stenza, es decir el cuerpo depende la física.
Pero
el problema que se percibe en la antropología cartesiana está en que estas
nociones de alma y cuerpo, propias de la escolástica, no tienen ya ningún
sentido en una filosofía que afirma que alma y cuerpo son dos sustancias
completas. Por lo tanto surge un conflicto entre las dos evidencias: la
distinción y la unión, y esta antinomia no puede deshacerse. Y Descartes lo
admite claramente en una carta a la princesa Isabel: no me parece que el
espíritu humano sea capaz de concebir distintamente y a la vez la distinción
entre alma y cuerpo y su unión, ya que para ello es necesario concebirlos como
una sola cosa y a la vez concebirlos como dos, lo cual es contradictorio. La
unidad del hombre es pues un hecho irracional, es lo que en lenguaje moderno se
llama un misterio.
Dentro
de la sicología Descartes da la posibilidad de la existencia de tres clases de
ideas:
Las
que son forjadas por la imaginación, como la del centauro, o de quimera que son
ficticias.
Las
que provienen del exterior a través de los sentidos, como las sensaciones de
color o de calor, y son ideas adventicias.
Las
innatas, dentro de las cuales incluye la idea de Dios, y la idea de la
extensión, que son las únicas que tienen una función metafísica porque son
las únicas ideas claras y distintas.
La
ciencia excluye la búsqueda de las cosas finales, para Descartes todo se
desarrolla antes que la experiencia.
Para Descartes el conocimiento no es una actividad
sino una pasividad. La única función activa del espíritu es la voluntad. Como
el juicio es claramente un acto de voluntad. A esta teoría del juicio se la
llama voluntarista.
La
voluntad es libre. El poder elegir o libre arbitrio es un hecho, ya que lo
sentimos y experimentamos en nosotros mismos. La libertad es infinita, es igual
a la de Dios.
La
moral.
Moral Provisional.
Vivir del mejor modo posible mientras la razón esté en
duda, práctica de las máximas morales.
Obedecer
las leyes y las costumbres de mi país, el conformismo social es una necesidad
práctica. Engloba la religión en cuanto institución social, una tradición
establecida. Se extiende a las opiniones medias comúnmente aceptadas por la
gente sensata, pues mientras no se tiene certeza hay que confiar en los
prudentes.
Ser
tan fuertes y tan resueltos en nuestras acciones como podamos. Poco importa que
la decisión descanse sobre una opinión solamente probable o incluso causal.
Como las acciones de la vida a menudo no pueden aplazarse, una decisión
cualquiera será siempre mejor que la indecisión, y la perseverancia en la
ejecución será siempre mejor que la inconstancia.
Intentar
siempre vencerme a mí antes que a mi fortuna, y cambiar mis deseos antes que el
orden del mundo. Descartes tomó este precepto de los estoicos. Epicteto
distinguía entre las cosas que dependen de nosotros y las que no dependen de
nosotros, y enseñaba que sólo nuestros pensamientos estaban totalmente en
nuestro poder, de suerte que gobernando sus pensamientos, el hombre puede
sustraerse al imperio de la fortuna y rivalizar en felicidad con Dios.
Descartes hace la abstracción de la doctrina panteísta que servía de fundamento
a esta doctrina entre los estoicos. Para él, este precepto expresa el único
camino que tiene el hombre para llegar a estar contento, es decir, satisfecho y
feliz.
Toda
mi vida cultivar la razón y avanzar tanto como pueda en el conocimiento de la
verdad sirviéndome del método propuesto para alcanzar la misma. Este último
precepto es la justificación de los tres anteriores, pues éstos tienen sentido
como medios para vivir bien mientras se busca la verdad. Y su propia
justificación es que el conocimiento del verdadero bien lleva de suyo una
conducta justa, según el principio socrático que dice que basta juzgar bien para obrar bien.
Moral definitiva.
Descartes
no formuló jamás su moral definitiva, pero si esboza sus rasgos principales. Es
en su conjunto una moral cristiana, ya que deriva de la metafísica que ha
demostrado la existencia de Dios y la inmortalidad del alma. Contiene tres
preceptos que corresponden a los tres últimos de la moral provisional. La
diferencia consiste en que el espíritu está ya en posesión de la verdad.
Que el hombre intente servirse de la razón para
conocer la bondad de Dios, la inmortalidad del alma, la magnitud del universo y
el vinculo que une al hombre con la sociedad. La contemplación de Dios engendra
el amor, el abandono y la alegría.
Que el hombre tenga una firmeza y una resolución
constante en la ejecución de lo que le ha aconsejado la razón, sin que sus
pasiones o apetitos lo desvíen de ello. La virtud consiste en la firmeza de
esta resolución. La virtud cartesiana tiene un nombre: la generosidad.
No desear lo imposible y no debe arrepentirse de los
propios errores. El primer punto es una simple repetición de la idea estoica.
El segundo se justifica por la resolución de usar del mejor modo posible, la
propia razón, pues en esta hipótesis el error no es culpable, y no hay que
arrepentirse de él.
Cuerpo-alma.
La
substancia divina existe sólo por si misma, las demás substancias dependen del
ser perfectísimo que es Dios, fuera de esto ya no dependen de nada, son
realmente substancias imperfectas y finitas.
El
cuerpo y el alma son substancias de este tipo, si no dependen de nada entonces
son substancias independientes, no hay acción recíproca entre ellas y actúan
con total independencia. El alma existe como conciencia no fuera del cuerpo.
Pascal
critica a Descartes por su falta de sentido de lo concreto y singular opuesto a
lo universal, su poca fe opuesta a la razón.
Pascal.
Aspectos biográficos.
Nació en Clermont-Ferrand en 1623, tenía dos hermanas:
Gilberta mayor que él y Jacqueline más pequeña. Su madre muere en 1626 y es
educado por su padre, que traslada su residencia a París en 1631
Es
considerado un niño precoz, escribe cartas a sus amigos donde muestra dotes
sobresalientes, descubre ya en su infancia el teorema 32 de Euclides acerca de
las intersecciones, y el elabora un tratado sobre acústica en 1654.
El
pensamiento de Pascal es muy amplio, su reflexión filosófica abarca amplias
áreas del saber, para tratar de abarcar su reflexión, del horizonte conceptual
de Pascal, vamos a considerar los siguientes aspectos: el matemático, el
físico, la moral, la metafísica, la antropología, la teología, la noción de
orden y los tres órdenes.
Pascal: el matemático.
Los
descubrimientos pascalianos en su actividad matemática, se concretan en la
invención del triángulo aritmético, en la inauguración del cálculo
combinatorio: calcular todas las combinaciones posibles entre un número dado de
términos, en el enunciado de las reglas de las partidas, y el cálculo de
probabilidades: en un juego de azar interrumpido antes del final de la partida,
repartir equitativamente las apuestas de cada jugador. Dichos descubrimientos
se enmarcan dentro de lo que Pascal tiene como objetivo: enunciar los grandes
rasgos de lo que podría llamarse una filosofía
de las matemáticas.
Tanto
Pascal como Descartes declaran que la geometría es la más perfecta de todas las
ciencias. Siendo Pascal más radicalmente racionalista cuando se propone definir
todos los términos y demostrar todas las proposiciones.
Pascal
se aleja de Descartes cuando en su método le concede un apartado al arte de la
persuasión o al arte de agradar, el que se dirige a la voluntad. Según esto, el
arte de la persuasión o el arte de agradar es más útil y más sutil que el arte
que el arte de convencer o de la demostración, pues se dirige al entendimiento.
Pascal: el físico.
Reflexionando
sobre su actividad de físico, Pascal esboza una filosofía de las ciencias naturales, donde trata de excluir la
autoridad aristotélica predominante en la filosofía medieval.
Pascal
se coloca en la disputa entre los antiguos y los modernos, haciendo el parangón
de la humanidad como si se tratara de un hombre, ya que la humanidad subsiste
siempre y aprende continuamente. Desde esta óptica, por el conocimiento de la
naturaleza, los antiguos representan la infancia de la humanidad, mientras que
los modernos, por la experiencia acumulada a través de los siglos representan
al hombre adulto y maduro.
Pascal: el moralista.
El
hombre moralmente hablando, según Pascal, se ubica entre dos polos: el de la
acción concreta, particular y el orden de la regla general, universal. La
concepción de la moral de su época, que era la casuística, daba una gran
importancia al polo de la acción concreta y particular, olvidando a su vez la
norma universal y general. En este esquema, Pascal invierte los términos e
invita a reflexionar sobre la regla general y universal sin olvidar el hecho
concreto y particular.
Pascal
ataca la concepción moral de los jesuitas y los principios de la moral
aplicada: la casuística y el probabilismo. Según él las reglas morales han de
ser realizadas en toda su pureza. Las reglas morales son generales y
abstractas, mientras que la acción es siempre concreta e individual. Desde el
hecho moral individual, Pascal sobresale en el análisis del corazón humano.
Pascal: el metafísico.
Aunque
Pascal no cultiva propiamente la metafísica en su propuesta filosófica, hay dos
elementos que han designado una cierta metafísica en su propuesta filosófica,
estos son: una crítica al conocimiento y la solución de la antinomia entre la
razón y la naturaleza.
Crítica
al conocimiento: Pascal critica de tal manera las
facultades del conocimiento que parece dar razón al escepticismo, ya que el
escepticismo nos puede llevar a la verdad, este pues no es un momento de su
pensamiento dialéctico, ya que declara que el hombre no puede permanecer en una
posición escéptica, y declara como argumento central para dicha afirmación que
la naturaleza nos impide dudar de todo, aunque la razón se sienta impotente
para refutar el argumento escéptico.
La
antinomia entre razón y naturaleza: la solución a la
antinomia entre la razón y la naturaleza se encuentra en la noción de corazón
que es muy compleja.
Su
origen es bíblico y designa en un primer momento al hombre interior, considerado
globalmente. En Pascal, el corazón incluye los instintos, el sentimiento, la
voluntad y el amor, pero no se reduce a ellos.
El
corazón implica también una forma de conocimiento intuitivo que se distingue
del discursivo, que percibe inmediata y directamente la verdad. Pascal refiere
la fe al corazón movido e iluminado por la gracia.
Pascal
subraya que la fe no es experiencia discursiva sino que es una especie de
intuición de Dios que se nos revela, una intuición cierta e inmediata, aunque
obscura, como la visión de los principios primeros.
Para
Pascal lo más importante es el corazón, la razón y los conocimientos dan
dignidad al hombre, pero es el corazón quien verdaderamente determina al
hombre. Este separa la ciencia de la metafísica, su genio se caracterizó porque
la experimentación esta unida a la racionalidad.
Dios
es inaccesible para la razón, desde esta perspectiva hay un rechazo del Dios de
los filósofos. El corazón aprende inmediatamente los principios del
conocimiento.
Pascal: su concepción de
hombre.
Para
Pascal el hombre está en el mundo finito, el que es propio de éste. Para que
éste conozca a Dios lo puede hacer a través de la naturaleza que habla de Dios.
El
hombre es el centro del cosmos, en este sentido se puede considerar el precursor
del existencialismo, considera el que el hombre es un universo que se encuentra
entre dos infinitos, el de lo muy pequeño y el de lo muy grande. Considera que
el hombre es un ser contradictorio porque ama la vanidad y la apariencia que le
propicia lo vano. La gran ilusión del hombre es que jamás podrá alcanzar la
felicidad, de ahí se desprende la miseria humana. Para Pascal la diversión
aleja de Dios, de la felicidad y lo más grande en el hombre es su capacidad
para amar y pensar.
Pascal: el teólogo.
La
gran cuestión para Pascal es si el hombre por sí solo puede alcanzar el paraíso
o si necesita de la gracia divina para alcanzarlo. Para Jansenio y su teoría
herética, conocida como el jansenismo,
el hombre es capaz de alcanzar por sus propios medios y sin necesidad de la
gracia divina el paraíso.
Pascal
en dos ocasiones se confesó partidario de Jansenio: en un primer momento se
confesó jansenista, del cual en 1646 tiene una primera conversión rechazando
dicha teoría. El segundo momento de su jansenismo del cual el 23 de noviembre
de 1654 tiene la segunda conversión cuando rechaza el mundo pero no los
conocimientos que nos da el mundo.
La
razón está en pleno apogeo, pero preconiza su crisis, rechazando el Dios de los
filósofos. Pascal, por esto, es el profeta de la crisis de la razón, para éste
el corazón tiene razones que la razón no entiende. La religión no es contraria
a la razón.
Se
aventuró en el terreno teológico con las
primeras provinciales y los Ecrits sur la grace. En ellos se muestra algunas
veces con tendencias jansenistas, en otras partes, en especial en sus Pensees su jansenismo no es evidente, ya
que puede ser discutido. Allí no niega la libertad, pero su análisis sobre el
hombre omite un tratado sobre la libertad.
El
cristiano puede pasar inadvertido frente a los planos sobrenatural y
espiritual, sin embargo lo verdaderamente importante para el cristiano es amar
a Dios. Dios merece ser amado sobre todas las cosas. Para llegar a Dios se
pueden hacer renuncias personales. Lo espiritual está dentro del cuerpo, pero
lo corporal domina a veces, más no siempre.
Según
Pascal de Dios aprehendemos los atributos y de las cosas conocemos los modos,
el conocimiento para Pascal es la concordancia de la idea con lo pensado. El
hombre para conocer cuenta con facultades, sentidos, el corazón y la razón.
¿Existen
realidades sobrenaturales? Únicamente la fe nos permite afirmarlo, contra todos
los racionalismos. La fe está por encima de la razón, pero no en contra, pues
hay razones para creer, de modo que es razonable que la razón se someta cuando
ve que debe someterse.
La
fe descubre ante todo a Jesucristo, el Verbo encarnado, que es el centro de
todo el orden sobrenatural, por el cual tenemos comunicación con Dios y en el
cual todos los cristianos forman un solo cuerpo porque participan de su vida.
El ideal de este orden es la santidad, su ley fundamental es la caridad. Ambas
encuentran en Jesucristo su modelo perfecto.
Pascal y la noción de orden.
Todo
el pensamiento de Pascal y con él todos los problemas concernientes al hombre
pueden sintetizarse sobre los tres órdenes: según eso el hombre está
constituido por tres órdenes: el material o el cuerpo, el espiritual y el
sobrenatural.
Un
orden es un conjunto de magnitudes que tienen la misma naturaleza, que tienen
medida común, que están regidas por las mismas leyes de aumento y disminución.
Entre dos órdenes de magnitudes hay un corte, una heterogeneidad radical, de
suerte que no puede pasarse de una a otra por una simple suma de magnitudes.
Una
magnitud cualquiera de orden inferior es nula en comparación de una magnitud
cualquiera de orden superior. No es nula en sí misma, puede añadirse a las
magnitudes de su orden, pero es nula en comparación con una magnitud, por
pequeña que sea, de un orden superior.
Haciendo
la comparación entre Descartes y Pascal, se puede decir que Descartes deja bien
sentado que hay tres tipos de ser: la extensión, el pensamiento y Dios. Pero no
aplica jamás el concepto de orden. Pascal considera el orden racional, como la
capacidad del encadenamiento lógico de las verdades y constituye el arte de
convencer. Añade además el orden del corazón, que es el arte de persuadir. E
introduce en la filosofía una acepción nueva que es de origen matemático, pero
que tiene un alcance metafísico: un conjunto de magnitudes, homogéneo en sí
mismo y heterogéneo respecto de todo lo demás.
Así
Pascal partiendo de magnitudes matemáticas, las llena de humanidad, gracias a
su experiencia de hombre de mundo, de sabio y de cristiano.
Pascal y los tres órdenes.
En
el orden material hay que separar los cuerpos vivos de los cuerpos brutos,
puesto que constituyen órdenes diferentes. En el orden de los espíritus hay que
hacer dos separaciones: entre los espíritus encarnados: los espíritus puros y
el espíritu infinito, increado, que es Dios. En el orden de la caridad hay que
distinguir por lo menos la línea de la santidad y la del sacerdocio, pues se
puede ser santo sin ser sacerdote y a la inversa, y en cada línea podrían
introducirse más separaciones.
¿Existen
los cuerpos? Las escuelas idealistas responden constantemente que no, sin
embargo se ha de sostener que sí, es decir independientemente del conocimiento
que de ellos tenemos, porque es un dato evidente de la experiencia sensible,
así mismo consideramos como algo evidente que el hombre tiene un cuerpo.
El
universo material está dotado de una homogeneidad real, ya que todas las cosas
están vinculadas entre sí, el hombre es sólo una ínfima parte de este universo
y no escapa a ninguna de sus leyes, pero el hombre está dotado de sensibilidad,
de suerte que encuentra en el mundo cierto número de magnitudes, como los
placeres, la riqueza, el poder, a las que, con razón se las llama magnitudes
carnales. Su concupiscencia la reviste de falsos atractivos y se apega a ellas como
a un fin último, por más que sean incapaces por naturaleza de satisfacerle.
¿Hay
algo más que cuerpos? Todas las escuelas materialistas niegan la existencia del
espíritu. Sin embargo la afirmamos fundándonos en la experiencia del
pensamiento abstracto y de la reflexión, que proporciona una base sólida a la
demostración de la espiritualidad del alma. ¿y existen espíritus, pluralidad de
espíritus? El panteísmo lo niega, defiende la unidad del espíritu. Nosotros en
cambio afirmamos que cada hombre tiene un alma, fundándonos en la experiencia
de nuestra propia subjetividad.
Los
espíritus no están como los cuerpos, en una estricta interdependencia. Forma no
obstante, un orden, no sólo porque tienen una misma naturaleza, sino porque
entre ellos median relaciones que los unen en una república o una sociedad. Las
magnitudes del espíritu son para Pascal estrictamente intelectuales, son las
ciencias, la geometría, los inventos.
Pascal
no admite que sea posible una magnitud simplemente moral, distinta de la santidad
cristiana, una virtud natural; califica de soberbia diabólica el heroísmo de
los estoicos. Pascal parece ignorar que en el plano intelectual existe una
cultura más elevada que la ciencia, una cultura que es ya verdaderamente
sabiduría: la metafísica. Podemos decir que las magnitudes espirituales son de
diversas clases: morales, ante todo; intelectuales, luego; y estas a su vez son
múltiples: las ciencias experimentales, las ciencias matemáticas, las ciencias
del hombre, la ciencia del ser.
Spinoza: filosofía de la
identidad.
Aspectos bibliográficos.
Nace
en el año de 1632 en Ámsterdam y muere en el año de 1677 de tuberculosis.
Pertenece a una familia de comerciantes judíos emigrados de Portugal. Es un
niño de inteligencia viva, frecuentó la escuela rabínica donde aprende hebreo y
estudia los libros sagrados, destinado a ser rabino estudia el Talmud y la
cábala, así como los filósofos judíos del medioevo. Adquiere una cultura
matemática cuando sale de la escuela, su panteísmo puede provenir de las
especulaciones sobre la cábala o de Giordano Bruno.
En
1654 leyó a Descartes, sacando de él, el marco conceptual y la técnica lógica
de su sistema. Aunque intentaron llevarlo a la fe judía, poco a poco se retira
de ella hasta que el 27 de julio de 1656 fue excomulgado solemnemente, se
retira a la Haya donde vive pobre y humildemente como pulidor de cristales para
lentes.
Queriendo conservar su libertad de pensamiento rechaza
una cátedra en Heidelberg, recibe una pensión, y Leibniz lo visita.
En
1663 edita los principios de filosofía
cartesiana, en 1670 el tratado
teológico-político, en 1661 la reforma
del entendimiento, en 1675 el tratado
político, desde 1660 escribe su Ética
que es la obra más importante de Spinoza, además publica una gramática Hebrea.
Intenta
dar a su pensamiento una forma geométrica, procediendo por definiciones,
axiomas, postulados, teoremas, demostraciones, corolarios. Con este método
desarrolla una idea más mística que racional.
Descartes
encuentra su consumación en Spinoza (1632-1677), su obra principal es Ética, su filosofía habla del ser y de
la naturaleza, del conocimiento y del espíritu, su filosofía tiene un fin
ético: "la felicidad del hombre". La que adquiere cuando el hombre es
verdaderamente hombre, es decir sabio. Ello se logra alcanzando la unión con el
ser y con Dios en el amor espiritual. El sumo Bien consiste en encontrar el
camino que lleva a la verdadera naturaleza humana. La naturaleza humana
consiste en el conocimiento de la unidad del espíritu con la naturaleza toda.
La
filosofía de Spinoza es una filosofía de la identidad ¿qué clase de identidad
es esta? ¿cómo se llega a ella y qué consecuencias tiene?
El método.
El
método engendra la doctrina, la doctrina justifica el método. La finalidad de
la vida es ser feliz, y ser feliz consiste en la posesión del verdadero bien,
que lleva a la naturaleza humana a su mayor perfección.
Se
alcanza la felicidad reformando el entendimiento, es decir hallando un método
que nos lleve a conocer la verdad de todas las cosas.
Los tres géneros del
entendimiento son:
1.
El grado inferior de conocimiento se adquiere por el testimonio, lo que se ha
oído decir, lo que se percibe en el signo. En este grado de conocimiento la
experiencia es vaga, es la percepción sensible de un objeto singular. Los dos
momentos anteriores incluyen el primer género del entendimiento, su
característica es presentar los hechos brutos, dispersos, sin vínculos,
ininteligibles.
2.
El segundo género de entendimiento es la deducción o la demostración. Este es
concebido según el modelo de las ciencias matemáticas, que aprehende la esencia
de las cosas y las explica por los principios más próximos.
3.
El tercer género de entendimiento es la intuición, cuyo objeto propio es el
principio supremo, la razón última de las cosas, es Dios. La intuición capta el
principio del cual todo depende, la razón de todo es Dios, ya que Él es
anterior a todo, tanto en el orden del conocimiento como en el orden del ser.
Spinoza deduce todas las cosas de la idea de Dios.
La verdad.
¿Qué
es la verdad para Spinoza? La verdad es una propiedad de la idea y no del
juicio, la idea emana del entendimiento, la idea es el concepto que el espíritu
forma. Ésta se distingue de la representación sensible por dos características:
1.
La idea es activa, mientras que el conocimiento sensible es pasivo.
2.
La idea es clara y distinta, mientras que la representación es confusa.
La
claridad de la idea es su misma verdad, ésta consiste en una denominación
intrínseca, es decir en la relación de la idea con el entendimiento que la
produce, una idea verdadera es una idea
adecuada, adecuación no con el objeto sino con el espíritu. Desde este
punto de vista podemos deducir que la verdad para Spinoza significa inteligibilidad.
Para
Spinoza la idea es conforme a un objeto porque es verdadera, este es el paso de
la verdad ontológica a la verdad lógica, una verdadera idea es una idea
verdadera, esto porque Spinoza tomó como Descartes el modelo del conocimiento
matemático.
El
espíritu construye una esencia, una figura, un número según una ley, la idea es
verdadera independientemente del objeto y es la verdad de la idea la que
engendra al objeto. EÛI IÞO. El primer elemento de la proposición
significa el espíritu que construye una idea y es por lo que es idea verdadera,
toda verdadera idea engendra un objeto.
La metafísica.
La metafísica tiene como función la de mostrar las
condiciones ontológicas que permiten que el hombre se divinice, las
proporciones se deducen racionalmente de la idea de Dios.
a. La sustancia.
Es aquello que es en sí y se concibe por sí, la idea
de sustancia es la plenitud de la existencia, sustancia es aquello que existe
en sí, aquello que no necesita de un sujeto para existir, mientras que el
accidente necesita de otro.
La sustancia es un ser independiente plena y
totalmente, que se basta a sí mismo, la sustancia se concibe sin referencia a
otro ser, ya que tiene en sí misma su razón de ser. La sustancia es eterna,
infinita, única y perfecta, la sustancia es Dios, ya que Dios es el único ser,
la única sustancia.
b. Los atributos.
El atributo es aquello que el entendimiento concibe en
una sustancia como constitutivo de su esencia, Dios tiene en sí una infinidad
de atributos, es decir puede ser concebido de infinitas maneras, pero de hecho
sólo se conocen dos de sus atributos, éstos son: la extensión y el
entendimiento.
Que Dios posea extensión, sin ser material, es algo
que sólo se concibe desde el hecho que Dios sea inteligible, condición de
comprensibilidad desde la geometría.
Cada atributo es infinito, ya que es la misma esencia
divino en uno de sus aspectos.
c. Los modos.
Los modos se definen como las afecciones de la
sustancia, cada atributo tiene una infinidad de modos finitos, los modos
constituyen el mundo.
La sicología.
Se trata de una deducción de la naturaleza humana o de
la metafísica del hombre, esta se basa en dos axiomas:
a. El hombre piensa.
b. Nosotros nos damos cuenta de que un cuerpo es
afectado de múltiples maneras.
Para Spinoza no es como Descartes yo pienso, sino el hombre
piensa, afirmación que se convierte en un axioma, ya que expresa la esencia
del hombre, por lo tanto la definición de hombre que es más frecuente en
Spinoza es el hombre piensa.
Afirmación que puede ser erigida en un axioma, pues expresa la esencia del
hombre.
1. El hombre: es un ser que piensa y es un ser
corpóreo, estas dos verdades incluidas desde el cuadro metafísico
preestablecido dan sentido al hombre. El hombre es un modo de la extensión
divina, por su alma es un modo del pensamiento divino.
Entre alma y cuerpo no hay interacción, el cuerpo no
puede determinar el alma a pensar y el alma no puede determinar el cuerpo al
movimiento o al reposo. La causa de ello radica en que dos atributos diferentes
no pueden actuar el uno sobre el otro.
Al nivel del ser, es decir de la sustancia no hay una
unión sino una identidad, al nivel de los modos, de la apariencia no hay unión
sino una disposición radical, pero hay siempre correspondencia entre los
estados del alma y los del cuerpo.
2. El entendimiento. En el entendimiento se
funda el método, si los dos atributos divinos son el pensamiento y la extensión
y se desarrollan paralelamente entonces se puede afirmar que “el orden y la
conexión de las ideas son los mismo que el orden y la conexión de las causas”.
Por ende tenemos la certeza de que una idea adecuada es una idea verdadera, es
decir conforme a su objeto.
En cada plano todo se vincula y se encadena
necesariamente, una idea para que sea adecuada debe contener la causa o la
razón de la esencia que representa y como Dios es la razón de todo, una idea
adecuada si capta la esencia particular como derivándose de la esencia divina.
El objeto directo y proporcionado del alma humana es
su propio cuerpo, ya que es su idea. El cuerpo es afectado de muchas maneras,
este y su afección son la medida para el alma humana, el cuerpo conoce las
afecciones exteriores teniendo como medida su propio cuerpo.
El alma se conoce a sí misma, del mismo modo que el
alma está unida al cuerpo, existe una idea del alma unida a sí misma, el hombre
tiene una cadena infinita de ideas: en primer lugar tengo una idea del cuerpo,
que me conduce al alma, después una idea de esta idea, después una idea de esta
idea, y así hasta el infinito.
3. La voluntad. Para Spinoza no hay facultades,
ya que estas son nociones metafísicas, puras ficciones. Las únicas realidades
espirituales son las ideas. La voluntad es la capacidad de afirmar o negar,
pero no es una experiencia o apetito hacia el bien, voluntad y entendimiento
son una y la misma cosa.
La idea es una representación dinámica, no pasiva, la
idea envuelve una afirmación de su objeto, la idea no es una pintura muda sobre
una pared, la voluntad se encuentra reabsorbida en el entendimiento.
Para Spinoza desaparece la libertad, hay dos razones
para negarla: la primera es que el sujeto de la libertad es la voluntad y esta
es negada. La segunda es que todo en el universo está basado en una estricta
necesidad.
La moral.
¿Qué
sentido le da Spinoza a su obra que lleva por título Ética? Cuando Spinoza niega la libertad y la somete al
determinismo, cuando descarta el libre albedrío entonces la moral no puede ser
una ciencia práctica, es decir no puede seguir siendo una ciencia que estudie
las normas que han de seguir los hombres para amoldar su conducta y
comportamiento y así alcanzar un fin último.
Para
Spinoza la moral es una ciencia que explica aquello en lo que consiste la
felicidad del hombre, su intención no es la indicación de los medios que debe
seguir para alcanzar dicho fin.
Para
Spinoza las nociones de responsabilidad, bien y mal moral y finalidad quedan
excluidas de la ética. Lo cual no impide a Spinoza hablar del hombre como ser
libre, que puede dominar sus pasiones por la razón y como un ser dotado de
libre albedrío. Para Spinoza existen tres modos de vida que corresponden a los
tres géneros de conocimiento.
La servidumbre.
Si
la vida del hombre descansa sobre el primer grado de conocimiento, entonces el
hombre es un ser esclavo de sus pasiones, ya que tiene ideas inadecuadas sobre
todas las cosas. Para Spinoza las pasiones se deducen rigurosamente. La pasión
fundamental es la tendencia o el esfuerzo (conatus) de perseverar en el propio
ser, dicho esfuerzo en el alma se llama voluntad, pero visto desde el cuerpo se
llama apetito. La esencia del hombre es el apetito, ya que lo determina a
buscar su propia conservación, cuando el apetito se hace como algo consciente,
nace el deseo.
La
tristeza se da con el paso a una perfección menor, la alegría se da con el paso
a una perfección mayor.
El
amor es el sentimiento que experimentamos en todo objeto imaginado y que nos
induce a la perfección. El odio es el sentimiento de tristeza que acompaña a la
idea de una causa exterior. La esperanza es la alegría inconstante provocada
por la idea de un acontecimiento cuya realización es dudosa, lo contrario es el
temor. La seguridad es el sentimiento de acontecimiento acerca del cual no
tenemos la menor duda. Lo contrario es la desesperación.
La libertad.
Si
la vida humana se funda en la segunda clase de conocimiento es libre: la
libertad se encuentra como algo necesario en el hombre y en el mundo. El
entendimiento la comprende como algo derivado de la esencia divina; la pasión
se transforma en acción cuando es comprendida. Para Spinoza una idea clara
genera una acción, y cuando la idea es confusa genera una pasión, con ello
Spinoza está planteando dos tipos de vida.
¿Cómo
se pasa de una idea confusa a una idea clara si nadie puede cambiar el orden
del mundo que expresa la esencia divina? Ahí Spinoza simplemente plantea que es
donde se dan los estilos de vida, pero sin llegar a ninguna solución respecto
al problema planteado. Él trata de responder de la siguiente manera: cuando el
hombre no conoce las leyes del universo se cree libre, pero a causa de su
ignorancia es juguete de los acontecimientos, cuando el hombre conoce la
necesidad universal, sabe que no es libre, pero conoce la razón de los
acontecimientos, se identifica con la razón, todo lo que sucede y acontece
deriva de su propia razón, esto es acción y libertad.
La eternidad.
La
tercera clase de conocimiento genera en el hombre la felicidad que es la
eternidad, eternidad divina a la cual el alma se integra por la intuición y por
el amor intelectual que deriva de ella.
La
virtud suprema del hombre y el supremo bien es conocer a Dios, lo que es su
mayor felicidad. El amor a Dios es la contemplación de Dios a través de una
idea adecuada de Dios, siendo un este amor puro y desinteresado ya que quien
ama a Dios no puede después desear que Dios lo ame y no puede esperar ser amado
por Dios porque en Dios no se da ninguna afección.
Para
Spinoza la beatitud consiste en que el hombre que es un ser finito, se hunde en
el mar infinito que es Dios, no se puede decir que el hombre alcance la
beatitud porque no puede dejar de sor otro en cuanto distinto de Dios.
Consecuencias.
Para
Descartes el ser es substancia, las cosas particulares no son substancia, no
son ser, si son algo en el ser, de aquí toma Spinoza su idea de naturaleza, de
ser y de substancia. La sustancia es todo, lo único que interesa es este uno,
la substancia. Lo es todo porque todo lo que nos aparece como ser resulta de
ella, sólo ella es y nada más, esto es la "identidad"
A
Spinoza se le critica que haya suprimido la diferencia entre Dios y el mundo,
por haber hecho al mundo Dios o a Dios mundo, por haber profesado un cierto
panteísmo, en cierta manera Spinoza es un neoplatónico, la diferencia con el
neoplatonismo es que Spinoza habla indistintamente del "es"; con
razón Leibniz subrayó la ambigüedad terminológica de Spinoza.
De la reflexión filosófica spinoziana surgieron
conceptos y doctrinas de gran relevancia para la filosofía posterior tales
como:
El
concepto de necesidad absoluta de las leyes de la naturaleza. Que fue de gran
importancia en el siglo XIX, y que tampoco se ha podido demostrar. Spinoza
pretendía ver la naturaleza de esa manera. Con ello incidía en la creencia de
la determinación causal, según ello todo acontecer es causado. Las causas
naturales no son autónomas, su existencia y su realidad están fijadas o
determinadas en sentido inequívoco por algo precedente, con ello elimina el
libre albedrío.
Kant
introduce contra esta doctrina el concepto de libertad, afirmando que existe
una causalidad que procede de la libertad, es decir, la inauguración autónoma
de una serie de causas, lo que para Spinoza no puede darse, ya que la
subsistencia lo hace todo, suspendiendo con ello la individualidad.
Para
Spinoza no existen fines humanos subjetivos, ni fines naturales objetivos,
porque los fines suponen la libertad; en Spinoza no hay libertad, ya que todo
es necesidad porque desde un principio, por una decisión preconcebida quería
instituir "una filosofía de la necesidad".
Kant
lo critica diciendo que la finalidad es imprescindible para comprender el
acontecer del mundo.
Leibniz: filosofía intemporal.
Leibniz
(1646-1716) es un espíritu positivo, no le interesa la negación ni la polémica,
amaba lo positivo y buscaba la verdad donde quiera que se encontrase, de
inteligencia enciclopédica, dominaba todas las ciencias imaginadas: las matemáticas,
la física, la historia y la teología; buscaba en la filosofía el todo sin olvidar
la parte o lo individual; la fórmula para poder llegar a esto es la mónada.
La
mónada y el ser.
¿Cómo
llega a formarse el concepto de mónada? En un comienzo Leibniz sigue la
consideración mecánica y cuántica de la naturaleza, pero en la búsqueda de las
razones últimas de las leyes del movimiento, se da cuenta que era imposible
encontrarlo en lo matemático, por ello recurre a lo metafísico, recurre a las
entelequias, es decir a lo formal, con ello mira que las mónadas o substancias
simples son las únicas substancias verdaderas.
Las
cosas materiales no son más que fenómenos bien fundados y coordinados, desde
aquí Leibniz sólo se interesa por la coordinación, todo lo que existe
coordinadamente: los átomos, los cuerpos particulares, la vida y sus fenómenos,
todo se asocia mediante el atomismo y el mecanicismo; Leibniz recurre a la
conexión mutua del todo mediante el concepto de armonía preestablecida, el que
se aplica a la conexión entre alma y cuerpo, al mundo y a sus partes. Dicho
concepto en Leibniz quiere decir que la infinitud de seres que constituyen la realidad
se ponen de acuerdo porque un espíritu divino (demiurgo) a priori así lo ha
dispuesto.
La
mónada es el alma, la representación, el pensamiento y la energía, es realidad
capaz de obrar, son los elementos de las cosas, las mónadas son los verdaderos
átomos de la naturaleza, la mónada representa el universo entero como alma,
como toda mónada lo hace, todo está en mutua conexión, todo está en todo, la
mónada es autónoma, sin embargo, es un todo, las mónadas son energías, son
verdaderos átomos.
La
mónada y el espíritu.
La
mónada es representación, es decir es una afirmación concerniente al espíritu
humano, la mónada no tiene ventanas, por esto el conocimiento para Leibniz
tiene unas características apriorísticas, ya que para éste existen las ideas
innatas, el espíritu no es una tabula rasa,
sino que tiene ya disposiciones y cualidades, de donde todo ser tiene que ver
con lo eterno.
Las
esencias eternas tienen una realidad superior a las cosas particulares, las
ideas innatas son conceptos como el uno, lo mismo, la causa, la percepción y
otra cantidad de cosas que nos proporcionan los sentidos.
La
percepción sensible no es superflua, los sentidos nos proporcionan elementos
para el examen racional, con esto surge en Leibniz la distinción entre verdades
de hecho y verdades de razón. Sólo si dispusiéramos de lo que nos proporcionan
los sentidos, tendríamos verdades de hecho, y así sólo lo que se da en el lugar
y en el momento presente concreto, pero no sabríamos lo que debe ser así
siempre y en todas partes, esto sólo lo proporciona la razón, que capta
conexiones necesarias de esencia, que son las verdades de razón, las que son
prototípicas del hombre. El animal sólo se queda en el hecho, las consecuencias
que sacan los animales están en el mismo nivel de los datos empíricos, así la
discusión entre empirismo y racionalismo no está en si sólo se usan los
sentidos o también los conceptos, sino en cómo se usan los sentidos, si
proporcionan materiales o ellos mismos deciden por sí solos. Esto siempre lo
negó Leibniz, pues para éste siempre contaron las verdades de razón, las
verdades eternas.
Con
las verdades eternas estamos frente al hombre eterno, semejante a Dios por ser
espíritu; Leibniz cree en el reino de los espíritus; la perfección de la
naturaleza humana consiste en la elevación del ser, cuanto más perfectos, más
substancia somos y más armónicos con el todo.
[1] Harvey,
William. Médico y fisiólogo británico nacido en 1578 y muerto en 1657 que ha
descubierto el mecanismo completo de la circulación de la sangre. Autor de Ejercicio anatómico sobre el movimiento del
corazón y la sangre en los animales.
[2]
Boyle, Sir Robert es un físico y químico británico de origen irlandés que
formuló la ley conocida como de Boyle y Mariotte, según la cual la presión de
una masa fija de un gas, por el volumen que ocupa, es una constante para cada
valor de temperatura.
[3] El
tratado hidrostático fue uno de los primeros textos que
Descartes escribió y surgió de su encuentro con Isaac Beeckman. En él, Descartes cuestiona algunos aspectos
fundamentales de la propuesta físico-matemática de Beeckman. Este
acontecimiento se relaciona con la independencia de las disciplinas matemáticas
y su aplicación a cuestiones propias de la filosofía natural.
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