Curso de filosofía moderna. Cap. I
El Renacimiento.
1.
Orígenes del Renacimiento.
El renacimiento surge en Italia a
finales del siglo S. XIV y a principios del siglo XV por la interacción de tres
circunstancias:
La primera es la riqueza y la
prosperidad del norte italiano, la que se da con el surgimiento del comercio a
larga distancia, con lo anterior se da también el nacimiento de una incipiente
burguesía compuesta principalmente por mercaderes y banqueros, quienes
patrocinaban ejércitos y ejercieron mecenazgos artísticos; entre ellos se destaca
Cosme de Médicis quien impulsa las nuevas academias donde se presentaban discusiones
neoplatónicas, reviviendo de una u otra manera, a la antigua Grecia. En esta
misma línea se destaca el nieto de Cosme, Lorenzo de Médicis quien hace de
Florencia una de las más esplendidas ciudades de la época, encargando de ello a
grandes artistas renacentistas.
La segunda es la organización
política de los habitantes en ciudades-estados como en la Grecia clásica, esto
para ellos era sinónimo de civilidad, de superioridad, de civilización superior.
El manejo de las ciudades-estados tenía como modelo la Política de Aristóteles. Según este modelo el gobierno perfecto se
logra cuando la justicia, la sabiduría, la concordia y la unidad guían a los
príncipes en la búsqueda del bien común.
En 1513 Nicolás Maquiavelo escribe
su texto El príncipe, este era el
hombre de confianza de Cesar Borgia quien con ocasión de un momento importante
de su vida, escribe la obra donde lo retrata a él como el gobernante perfecto.
Para Maquiavelo el gobierno de la ciudad implica, contrariamente a lo que
pensaba Aristóteles, el uso de la amoralidad, el ejercicio de la violencia, la
guerra, la maldad, es en esta época donde se acuña la expresión “el fin
justifica los medios”.
En un tercer momento es necesario
considerar las ruinas antiguas que se encuentran en campos y ciudades
italianas. Estas son motivos de inspiración para los estudios de autores
antiguos, por ejemplo, de la recuperación del tratado De Architectura de Vitrubio deriva la arquitectura renacentista de
la que Paladio es uno de sus principales exponentes.
Nuevas formas culturales, en este
sentido se destacan varias formas musicales que surgieron por esta época, la
primera de ellas es el motete que es una expresión artística de carácter sacro.
El tema está compuesto sobre textos latinos o sobre versículos de la Biblia. Se
canta en la misa mayor entre el credo y el sanctus, en el lugar del ofertorio y
a continuación del mismo.
La segunda expresión musical
surgida por esta época es el madrigal, que es una composición musical de
carácter profano, para ser cantado en la corte. Este está compuesto sobre temas
variados: narraciones sencillas, poemas amorosos, cuentos alegóricos o cuentos
satíricos.
En el siglo XVI surge la opera que
es una composición que combina el teatro y la música y es de carácter profano.
Surge además el oratorio que es una composición musical de carácter sacro.
2.
El Renacimiento como concepto.
El Renacimiento fundamentalmente
se puede caracterizar con las siguientes características:
Es una época en la que se da el
renacimiento de lo antiguo, donde se da una fuerte tendencia por el saber
arcano, por lo mistérico, lo alquímico, la cabalística, lo teosófico y el
ocultismo.
En el Renacimiento se da el
nacimiento de las modernas ciencias, además hay un gran interés por la relación
Estado-hombre-poder, surge la utopía, el derecho de las gentes, el derecho
natural y la pervivencia de la escolástica. En este sentido pueden mencionarse
nombres como: Thomas Moro, Galileo Galilei, Baruch de Spinoza, Isaac Newton,
etc.
3.
El renacimiento de lo antiguo.
En los comienzos mismos del
renacimiento nos encontramos con lo que le ha dado nombre a su época: el
renacimiento de lo antiguo. Se da por el empuje exterior del contacto entre
oriente y occidente en los concilios unionistas de Ferrara y Florencia (1438). Además,
juega un papel importante la inmigración en Italia de los sabios procedentes de
la ciudad de Bizancio, perdida para occidente desde 1453.
Ya en el campo científico, desde
el medioevo, se había insistido en la necesidad de un renacimiento de las
fuentes originales, un retorno a las fuentes. En 1440 se da en la Florencia de
los Medici una nueva academia platónica, de donde se destacan Pletón, Besarión,
Pico della Mirándola, Ficino, a partir de esta vuelven a darse platónicos,
también aristotélicos, estoicos y epicúreos.
El humanismo desentraña todo lo
antiguo, no sólo los libros, también el espíritu de lo antiguo, el espíritu de
lo pagano, se baja el cielo a la tierra, el hombre es Dios en la tierra,
resucita el hombre descrito con sus risas, lágrimas, con lo que tiene de grande
y de ridículo, todo lo humano es objeto de reflexión filosófica y estética, el
hombre se hace problema, siempre visto con una óptica diversa de la
medievalidad. Es propiamente la ruptura entre el teocentrismo medievalista y el
antropocentrismo moderno. El hombre se hace el centro de la reflexión.
Típico del Renacimiento es
la tendencia a los saberes arcanos, cabalísticos, alquimistas, mágicos,
teosóficos y ocultistas.
En esta línea se destaca Paracelso
(1493-1541), místico y mago de la naturaleza, la doctrina secreta que éste
formula, está reservada a sus adeptos y discípulos; éstos están en contacto con
espíritus elementales, los que son conjurables, Paracelso era un médico que
insistía en la importancia de la experiencia y del conocimiento concreto de la
naturaleza, ésta es vista, no parcialmente, sino en su conjunto, desde la
unidad del todo.
Paracelso es, en cierta manera, el
precursor de Leibniz y forma parte de los llamados iluminados (Illuminati) junto
con Reuchlin, Agripa de Nettesheim, Tritemio, Franck, Schwenckfeld, Weigel,
Jakob Böhme, los que se autodeclaran iluminados, visionarios y exaltados por lo
que escriben sobre religión, dando mucho que pensar a los reformadores.
Jakob Böhme reflexionando sobre el
yo personal, revive la teoría del uno-todo (En-panta), es antecesor de
Schelling, Scheler y Baader con su reflexión sobre el bien y el mal, sobre el
sin fondo de todo.
3.1. Retorno a Grecia y
Roma.
Lo que ha dado pie para que el
Renacimiento lleve este nombre ha sido el hecho de que en ella se presenta un
despertar y un renacer del mundo antiguo. La influencia del mundo antiguo en la
época del Renacimiento se deja sentir en la literatura latina, en las artes
plásticas y fue fundamentalmente el pueblo italiano el lugar donde se sintió
con mayor fuerza este fenómeno. Por esta razón según Jacob Burckhart (144) fue
en Italia donde con mayor fuerza se presentaron los aires renovadores y donde
por la misma razón, se presentó una mayor separación entre el medioevo y la
nueva época que empezaba a reinar. Hasta ahora todo el medioevo había tenido a
la Iglesia como la gran cohesionadora cultural, religiosa y política, ahora se
sentían nuevos influjos.
Ya desde el siglo XIV la
antigüedad romana y griega empieza a tener un gran influjo en la cultura
italiana. Esta poco a poco empieza a tener a aquellas como puntos de
referencia, como ideal y meta a seguir e imitar. Pero también se plantea un
contraste entre la una y la otra.
El pueblo italiano ensalza la
cultura antigua y desea reproducirla. La cultura antigua se convierte para el
pueblo italiano en una forma de reproducir y enaltecer su propia grandeza. Esto
se ve reflejado por el hecho de que en Italia se presenta una fácil comprensión
del latín, existen además en todas las ciudades italianas una gran cantidad de
recuerdos y monumentos históricos. Todo esto hizo que el Renacimiento fuera
para Italia no solo un fenómeno propio de las elites eruditas y cultas sino un
gran movimiento popular, además de las instituciones establecidas en este
pueblo. De esta manera en Italia empieza a considerarse lo que se podría llamar
el espíritu moderno, y sería este pueblo quien marcaría la pauta para toda la
cultura occidental.
La influencia de la antigüedad en
el pueblo italiano empieza a reflejarse en las construcciones arquitectónicas,
en la escultura, en la poesía. Ya los Carmina
Burana habían planteado en el siglo XII un precedente de lo que sería el
nuevo espíritu del Renacimiento, pues en estos versos, los dioses paganos y la
cultura popular adquieren una gran relevancia. Detrás de los Carmina Burana se esconde el sentir popular
del pueblo italiano. Ellos son la muestra de que el medioevo fue una larga
preparación para lo que habría de venir: Italia en la época del Renacimiento.
En ellos es clara la evocación de la antigüedad, especialmente desde lo
mitológico, en este sentido, para esta época, se rememoran nombres como Ovidio,
Virgilio, Lucrecio, Lucano, Estacio y Claudiano.
El renacimiento de lo antiguo no
consiste solamente en hacer una compilación de lo antiguo, tampoco se trata de
una mera imitación o mímesis, se trata de un renacimiento integral, de esto, ya
los Carmina Burana son un claro
testimonio.
El retorno a la antigüedad y a las
culturas antiguas tuvo todo su apogeo a partir del siglo XIV. Ello requería que
Italia tuviera un gran desarrollo económico, así como un gran despliegue
urbanístico donde se presentara una igualdad social entre nobles y ciudadanos;
donde además se presentara la constitución de una sociedad en general que
sintiera la necesidad de la cultura y con ello, los medios para satisfacerla.
Todo esto solo fue posible en la Italia del Renacimiento. La cultura clásica se
le presenta al Renacimiento como un medio que guía, orienta y satisface la
necesidad de cultura que existía en la sociedad. Todo el contenido principal de
la cultura italiana del Renacimiento tuvo o encontró su materia y su forma en
la cultura clásica antigua. El hecho de que los italianos tuvieran como a sus
antecesores a la cultura latina clásica hizo que durante el periodo del
Renacimiento los italianos se sintieran una cultura muy desarrollada y
avanzada.
4.
El nacimiento de las ciencias de la naturaleza.
Como un mérito especial del
Renacimiento se ha celebrado siempre el nacimiento de las ciencias naturales,
siendo sus precursores algunos filósofos italianos de la naturaleza, sobre todo
Giordano Bruno (1548-1600), el que más que un investigador fue un defensor de
la doctrina del uno-todo. Copérnico, Kepler, Galileo, Gassendi, Newton quienes
desarrollan el método científico teniendo como base para éste lo
empírico-inductivo, mecánico-cuántico de la naturaleza, lo matemático, lo
observable y lo cuantificable.
Gassendi renueva el atomismo,
Newton reduce la mecánica a leyes, todos concentran su atención en los
fenómenos, estos son registrados, analizados en sus distintos factores, se
reducen a fórmulas matemáticas que explican en su núcleo el hecho total, a
estas se les da un vigencia general y universal, se constituyen en ley natural
y científica.
Científicamente hablando, todos
los factores son cuantificados, designables con expresiones matemáticas, el
curso que siguen es automático-mecanicista, alcanzando con este método
resultados grandiosos. En estos se funda la técnica moderna de la que Francisco
Bacon, el filósofo de método empírico dice que "saber es poder".
Destacan éstos la necesidad que tiene la ciencia de la filosofía, la metafísica
y la ética para poder dominar los poderes que ha conjurado.
5.
Relación hombre-poder-Estado.
A partir de la evolución del
método científico y de las ciencias de la naturaleza se genera una idea que
cobrará gran importancia en el desarrollo posterior de la filosofía, idea que
queda recogida en la frase: "saber es poder", pronunciada por
Francisco Bacon, y que de manera directa se relaciona con el filósofo que
empezara a dar vía libre al método empírico. Idea que no sólo fascinó en la
física, sino también en la nueva idea del hombre y del Estado, la que se desarrolló
constantemente en el Renacimiento.
En el sentido antes mencionado se
destaca Nicolás Maquiavelo (1469-1527) quien desarrolla su teoría sobre el hombre,
el derecho y el Estado desde una consideración mecánico-cuantitativa de la
naturaleza. En su obra El Príncipe
desarrolla la idea según la cual se debe realizar la jugada oportuna en cada
situación política concreta. También sostiene que cada hombre es un potencial
de poder; de igual manera, el principie representa una magnitud del poder, el
que para poder conservar su poderío ha de tener más poder que su adversario. La
mayor ventaja que tiene el príncipe es mantener a su favor el derecho y la
religión, ahora si no los tiene, no puede retroceder; si los hombres son malos,
más malo o peor aún debe ser el príncipe.
Además de El Príncipe, Maquiavelo escribió Los discursos sobre la primera década de Tito Livio, en este texto
centra su interés reflexivo en el problema político, y se pregunta sobre cómo
se debe constituir el nuevo Estado y cómo se puede conservar. Para Maquiavelo
son relevantes: la virtud del pueblo para la duración de un Estado, la virtud
del individuo para la instauración de un Estado; sin embargo, la virtud para
Maquiavelo pierde toda la referencia cristiana, adquiriendo sólo las
connotaciones terrenas, propias de quien intenta fundar un nuevo Estado; según
lo anterior, se podría considerar que, para este autor renacentista, el hombre
debe emplear toda su fuerza y su habilidad sin dejarse llevar por escrúpulos
morales.
6.
El nacimiento de la utopía.
Santo Tomas Moro representa un
rayo de luz frente a la perspectiva planteada por Maquiavelo. Según lo anterior
puede aseverarse que Tomás Moro representa una alternativa totalmente diferente
respecto a la planteada por Maquiavelo.
Tomas Moro es un humanista,
idealista y santo, su obra principal es
Utopía; en ella resalta el carácter del pueblo insular, retratándolo,
caricaturizándolo e ironizándolo, pero buscando resaltar la figura ideal y
verdadera del mismo, éste se pregunta por el deber ser del pueblo. Mientras que
Maquiavelo se pregunta por lo que el pueblo es, Moro se pregunta por lo que
debe ser el pueblo. En este sentido puede aseverarse que Moro se plantea el
problema del deber-ser o el problema moral de lo que debe-ser un pueblo.
La pregunta por el deber ser del
hombre lleva, según Maquiavelo, a la pérdida y al fracaso; pero en esta
encrucijada, la pregunta por el deber-ser del hombre tiene sentido ya que, de
no hacerla, el hombre moderno se hunde en el desasosiego, la desilusión y el
fracaso. Esta perspectiva planteada por Moro es la que luego se convertirá en
uno de los pilares fundamentales que caracteriza al pensamiento moderno; en
efecto, en este cuestionamiento sobre el deber-ser se apoya la idea del
progreso, desarrollo, evolución, así como el planteamiento teleológico acerca
de la historia, de la sociedad, del mundo y de la cultura. Problema que en la
época contemporánea tendrá una gran resonancia en el debate
moderno-vs-posmodernos.
La Utopía de Moro se compone de dos libros, el término traduce
literalmente ningún-lugar (no-lugar, u-thopos); ella es representada en la obra
de Moro por una isla imaginaria, descubierta por una navegante imaginario. El
primer libro narra la situación desgraciada que se vive en Inglaterra y el
segundo muestra las condiciones ideales de una república perfecta hacia la cual
debe tender dicha sociedad. Con dicha obra, Moro intenta mostrar la reforma del
mundo real en el que él vivía, no una evasión de la realidad, sino una crítica
de la realidad empeñada en una reforma social, política y religiosa.
7.
El derecho de las gentes-derecho natural[1].
Hugo de Grocio (1583-1645) fue en
el renacimiento un clásico del derecho de las gentes y del derecho natural. Su
obra compendia el derecho y la filosofía del derecho, ésta trata del tema del
derecho de la guerra y de la paz. Su gran aporte fue fundamentalmente un
intento por establecer frente al derecho positivo y a la actuación del poder,
una teoría del derecho natural que debía garantizar la dignidad y la libertad
del hombre, recurriendo a un derecho que es superior a toda legislación humana.
También hacen parte de su obra elementos en torno a los cuales los Estados
modernos deben legitimar su poder cuando invaden otras tierras; también
considera que el mar es un bien libre sobre el cual no se pueden adquirir
derechos ni propiedad; además trata el tema de los Estados soberanos y la
igualdad jurídica que existe entre ellos.
Su obra principal De Iure Pacis ac Belli (1625), es la que
origina el derecho natural (iusnaturalismo).
Grocio investiga sobre los fundamentos de la autoridad del Estado, sobre la
convicción de que el fundamento teológico-religioso se ha convertido en algo
frágil, en una época marcada por las guerras y las controversias religiosas.
Pero también en una época en la cual predomina no ya el paradigma teológico
sino el antropológico.
Grocio apoya la autoridad en
principios racionales y naturales, válidos independientemente de cualquier
confesión religiosa o de las localidades estructuradas en identidades
(identidades nacionales). El derecho internacional debe tener su fundamento no en
un principio teológico-religioso sino en el derecho natural; en este sentido
este autor apela a la razón, pues esta deber ser quien oriente el quehacer
jurídico. Reconoce que el ser humano posee en sí mismo ciertos derechos-leyes
naturales que deben ser el fundamento que constituya la base del derecho y los
que deben ser respetados por el soberano.
Con ello se convierte el derecho
en una ciencia racional y deductiva, sobre el modelo de la matemática, fundada
en evidencias y sobre consecuencias deducidas de los principios. Este autor,
partiendo de axiomas claros, evidentes y distintos logró construir las
concepciones jurídicas sobre las cuales intentó fundamentar su propuesta sobre
el derecho natural, el derecho internacional y el derecho de las gentes.
Antes que el Estado, se da un
estado de naturaleza, en el que los hombres se asocian por simples leyes
naturales, los Estados políticos deben imitar los Estados naturales y seguir
las mismas leyes naturales que los inspiran. Grocio es considerado el fundador
del derecho público moderno.
En el derecho internacional,
Grocio destaca la idea según la cual este debe aplicarse y ejercerse de manera
obligatoria cuando hay que delimitar jurídicamente la guerra, y analizar todos
los problemas que se derivan de ella; también insiste en su obra, de manera
incipiente, la idea según la cual el consenso político puede llegar a ser un
elemento muy importante en las sociedades democráticas. Idea que también se
convierte en la cultura posmoderna un punto de discusión.
La intención de Grocio, respecto
al tema de la guerra, no fue tanto el hecho de acabar con los enfrentamientos
bélicos sino de justificar por qué, en algunos casos, y bajo algunas
circunstancias es inevitable recurrir a ellos; pues, según este autor, si un
Estado renuncia a una confrontación bélica estaría renunciando al único
instrumento para defender su soberanía; por medio de la guerra, un Estado puede
garantizar el respecto a sus derechos.
8.Supervivencia de la escolástica.
En el Renacimiento sobrevive la escolástica;
apenas es natural pensar que para esta época todavía sobrevivan algunos
elementos del periodo anterior, pues un periodo histórico no llega de buenas a
primeras. En este sentido sería un error
dejarse ofuscar por los aspectos más llamativos del período y no ver
aquella filosofía que se destacó durante el reinado de Carlos V sobre todo en
las universidades de España: Salamanca y Alcalá; en Portugal: Coímbra, además
en las escuelas conventuales y en los seminarios eclesiásticos. Por esto se
puede hablar de una nueva escolástica, donde se destacan Tomás de Vio Cayetano
que muere en 1534, Francisco Silvestre de Ferrara que muere en 1528 y Francisco
Suárez que muere en 1617; los dos primeros de la orden dominicana rechazan al
tercero que es jesuita porque niega la distinción real entre esencia y
existencia.
Sin embargo, Francisco Suárez es
uno de los hombres más doctos de la filosofía escolástica, perteneció a la
escuela de Salamanca, en sus obras desarrolla dos grandes ejes temáticos: la
metafísica escolástica y la filosofía. trabaja el tema del ser desde lo
inmaterial, y lo real, no concentra tanto su atención en lo material ni en lo
conceptual. En Dios existen simultáneamente tanto la esencia como la
existencia. Trabajó en el tema de los universales pero desde una perspectiva
realista. El individuo es unidad única y verdadera en el mundo donde predominan
las existencias reales. Las personas constituyen una unidad esencial e ideal;
las personas no son hechos.[2]
La producción intelectual de la
escolástica fue popularizada en la filosofía de las escuelas, en las
universidades católicas y protestantes, en los centros menores de estudios
filosóficos y teológicos desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII.
9.El humanismo.
El humanismo se presenta como un
fenómeno cultural en la época del Renacimiento, especialmente en la península
itálica, pero de ahí se extendió hacia otras naciones. Lo que generó el
surgimiento del humanismo en la época renacentista tiene varias causas:
primero, el hecho de Italia tenía o contaba con varias ciudades-Estado que
recordaban a las antiguas ciudades greco-romanas; estas ciudades estaban
construidas según la arquitectura romana y los monumentos antiguos.
Segundo. Otro hecho que motivó el
surgimiento del humanismo en Italia fue la existencia de las ciudades-Estado
que tenían un autogobierno propio, además de muchas riquezas, esto a su vez
generó una gran promoción de la vida cultural.
Tercero. Por la época se realizan
las primeras excavaciones arqueológicas y ellas generaron la tendencia a la
mentalidad coleccionista, por esta razón, para la sociedad incipiente burguesa,
se ponen de moda las colecciones de estatuas, medallas e inscripciones.
Cuarto. Otra circunstancia que
influyó en el surgimiento del humanismo fue la llegada a la península itálica
de los griegos que fueron expulsados de Bizancio, cuando esta ciudad fue
invadida por los turcos. Los griegos, al llegar a Italia, traen muchos
manuscritos que los italianos podían leer y traducir, cuando estos mismos les
enseñaron la lengua griega.
También tuvo una gran influencia
en el surgimiento del humanismo el hecho de que desde el siglo XIV autores como
Petrarca y Boccaccio iniciaran la recuperación de manuscritos antiguos y la
traducción de los mismos. Para la época se recuperaron obras como las de
Homero, Hesíodo y las tragedias griegas. En el siglo XV la gran influencia
procede del descubrimiento de las obras de Platón y las obras de los
neoplatónicos, entre ellas se destacan las obras de Plotino, Dionisio
Areopagita y Hermes Trimegisto. Ellos ofrecían una visión más religiosa que
filosófica de la propuesta platónica y de esta manera servían, en cierta forma,
para satisfacer las necesidades e inquietudes religiosas que todavía
permanecían latentes en las personas y que eran producto de una mentalidad
medieval. En este proceso de revalorización del pensamiento platónico se
destacan Marsilio Ficino, Landino, Poliziano y Pico della Mirándola[3] quien escribiera un texto
sobre la dignidad humana. En la segunda mitad del siglo XV se pueden destacar
círculos de humanistas que tenían una gran actividad intelectual en ciudades
como Florencia, Roma, Urbino, Venecia. Este influjo generó so solo una gran
actividad filosófica y filológica en toda Italia, sino que además se produjo en
toda Europa lo que se llamó la república de las letras. Quienes pertenecían a
este gran movimiento tuvieron una influencia directa en las clases dirigentes.
El Renacimiento siguiendo la
huella trazada por santo Tomás de Aquino va a continuar la reflexión sobre la
dignidad del ser humano teniendo en la mira las dos grandes líneas marcadas por
él, por un lado, la filosofía griega y por el otro el dato bíblico, la Divina
Revelación y los elementos teológicos-patrísticos. Justamente esto ha hecho que
el tema de la dignidad humana sea el lugar de reflexión para autores como Pico
della Mirándola, Ficino, Erasmo de Rotterdam, Nicolás de Cusa, Petrarca, Juan
Luís Vives.
Algunos pensadores del
Renacimiento hacen recaer la dignidad del ser humano en el hecho de que éste es
un ser libre y en las capacidades que éste posee para transformar su entorno y
para transformarse a sí mismo; idea que es una relectura del concepto de humanitas planteado por la cultura
grecorromana.
Según ésta, el hombre puede
transformarse, puede llegar a ser como un ángel o como una bestia; el hombre
puede transgredir y ampliar sus propios límites y horizontes; para él no
existen fronteras que no pueda traspasar, puede incluso fijar los límites de su
propia vida; las otras especies de la naturaleza tan solo pueden desarrollarse
a partir de itinerarios prescritos por la naturaleza y por su propia especie.
El hombre es el ser que es capaz
de proponerse sus propias metas; él puede elegir libremente entre un cúmulo de
posibilidades; posee la voluntad para auto-determinarse, es capaz de crear su
propio mundo; la libertad es la dignidad que distingue al hombre.
El hombre, por luz de la razón y
de la inteligencia es el intermediario entre todas las creaturas de la
naturaleza, es el intérprete de la misma; el ser humano es el cruce, el
intermediario entre la eternidad y el flujo del tiempo.
Algunos pensadores del
Renacimiento consideran que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios,
es un ser que está capacitado para desarrollar sus propios objetivos y para
trazar sus propios límites; el hombre es el escultor de sí mismo, que forja su
propio destino; el hombre es un ser que es capaz de reinventarse a sí mismo, de
superar su propia naturaleza, de crear el mundo del arte y de la cultura;
básicamente todas estas ideas muestran una visión optimista del hombre,
diferente de la visión medieval acerca del hombre caído en desgracia a causa
del pecado original.
Algunos pensadores contemporáneos
ponen en tela de juicio esta teoría antropológica del Renacimiento pues ven en
ella una exagerada visión en la que se le asignan al hombre algunos rasgos que
son propios de la divinidad.
La propuesta sobre la dignidad
humana expuesta en el Renacimiento presenta una visión optimista del hombre; en
la cultura contemporánea se cuestiona dicha concepción optimista y se hace
desde una concepción del hombre donde éste es presentado como un ser vulnerable
e indigente, un ser finito contramarcado por los rasgos de la mortalidad.
10. La imprenta de Gutenberg.
Hacia el año de 1453 Gutenberg,
con la invención de la imprenta y los caracteres móviles que esta implica,
revolucionó la difusión del saber, 47 años más tarde se terminó de perfeccionar
el invento; es la época en la que los escribanos y los copistas pierden
vigencia y empiezan a cobrar fuerza los procesos de impresión; la letra tipo
Gótico empieza a ser reemplazada por la escritura romana, griega y hebrea; muy
rápidamente la imprenta se va expandiendo por las ciudades más importantes de
Europa; primero empieza en Maguncia y en Estrasburgo; 45 años más tarde
existían 286 poblaciones que poseían su propia imprenta, siendo las más activas
las que estaban ubicadas en Venecia, París y Lyon; en estos 45 años se
publicaron más de 30000 obras en todas las imprentas europeas, y en los años
sucesivos el despliegue fue cada vez mayor.
10.1. Los textos antiguos.
La Biblia, los misales y los
libros de oraciones fueron los textos que más rápidamente se reprodujeron en
las imprentas, pues estos representaban puntos de referencia y de orientación para
la época; después se habría de ir imprimiendo poco a poco, la publicación de
obras inspiradas en el humanismo. También se imprimieron manuales, textos de
gramática, diccionarios, libros científicos, los escritos de los humanistas y
libros de literatura clásica, textos antiguos, todos ellos publicados en su
lengua original, otros traducidos al latín y otros traducidos a las lenguas
vernáculas; el poeta romano Virgilio es uno de los clásicos, que, para la época
renacentista, cuenta con un mayor número de libros impresos. Es necesario
recalcar que la gran mayoría de los impresores eran formados en la cultura
humanista, y los talleres dedicados a la impresión, muchas veces se convertían
en salones de reunión y lugares de reflexión.
Aldo Manucio poseía en la ciudad
de Venecia una imprenta de gran renombre, quien además fundó una academia en la
que se formaron grandes humanistas, entre ellos se puede contar a Erasmo de
Rotterdam, quien era recibido como un maestro, y de entre los humanistas fue
uno de los más célebres. Erasmo compuso una obra llamada Adagio, que es un libro en el cual se conservaban muchos tesoros de
la sabiduría antigua; también escribió un texto que lleva por título Coloquios que son ejercicios en latín
para uso escolar. Erasmo también hace una traducción del Nuevo Testamento y que,
bajo algunos aspectos, es más fiel que la traducción de la Vulgata, también reedita las obras de los Padres de la Iglesia. En su texto Elogio de la locura, Erasmo hace el papel del moralista y arremete
una fuerte crítica contra la religión ritualista y propugna por una religión
que esté más comprometida con el hombre y su relación con Dios. Erasmo junto
con Lutero serán los grandes paradigmas de la Reforma protestante; Lutero a
favor de una separación y de una segregación, Erasmo a favor de un cambio y una
reforma al interior de la Iglesia.
11. El humanismo y la ética.
El humanismo renacentista va
asociado tanto a una ética individual como a una ética social. La ética
individual propugnada por el humanismo renacentista se apoya en una idea
fundamental: el hombre como ser humano es una criatura privilegiada y es un ser
bueno por naturaleza. La vida del ser humano consiste en su capacidad para
hacer brotar de su ser los buenos y los nobles instintos. El ser humano está
llamado a darle una orientación a su existencia y a su propio destino. En este
sentido, los pensadores renacentistas para darle forma a una ética individual
se apoyan en la propuesta platónica releída desde el neoplatonismo, según la
cual la contemplación de la belleza, el amor a lo bueno y el ejercicio
espiritual de todas las virtudes eran medios para un desapego de lo material.
La ética social presentada por el
humanismo renacentista se apoya en el hecho de que el buen príncipe o el buen
gobernante debe irradiar todo lo bueno, lo noble y lo justo sobre su reino.
Además, está llamado a comportarse ejemplarmente con sus súbditos. Baldassare
Castiglione en su texto El libro del
cortesano recoge toda esta propuesta ética social planteada por el
humanismo renacentista. Maquiavelo, en su texto El Príncipe, propone una ética social totalmente contrapuesta;
mientras que el primero propone una ética social idealista, basada en lo que
debería ser el príncipe; el segundo propone una ética social realista, basada
en lo que es el príncipe.
Dentro del mismo contexto de una
ética social el inglés Tomás Moro propone en su texto Utopía la idea del Estado ideal. Según este, el Estado ideal debe
alejarse de todo gobierno absolutista, así como del amor excesivo y desmesurado
hacia las riquezas. Para completar su idea de la ética social, Moro propone que
el Estado ideal debe estar libre de la propiedad privada, es decir que en el
Estado ideal no debe existir la propiedad privada, tampoco deberían existir las
jerarquías. En cambio, todo debería operar desde la igualdad, desde lo
colectivo y lo comunitario. Con su
propuesta Tomás Moro pretende dos cosas: primero que todo él intenta sugerir
una sociedad ideal hacia la cual camina una nación o un Estado; de hecho, este
se encuentra en camino hacia dicho estado ideal. En segundo lugar, Moro trata
de reivindicar la dignidad del ser humano, pues este necesita un marco
comunitario, colectivo e igualitario para poderse desarrollar. Tomás Moro está
convencido que el ser humano tiene un puesto central en el cosmos, además que
el ser humano goza de libertad para forjar su propio destino personal. El humanismo
renacentista inaugura así un proyecto que marcará la historia de la humanidad,
proyecto según el cual la dignidad humana se desarrolla por medio de la
educación, la cultura y el cuidado de sí.
12. La Reforma[4].
12.1. Causas que generaron la Reforma.
De entre las causas que generaron
la Reforma se puede contar el grado de poca preparación académica e intelectual
del clero. Esto se presentaba de tal forma que muchos clérigos, en una época en
la que el latín era la lengua generalmente aceptada y usada por la Iglesia, no
tenían ni el más mínimo conocimiento de la misma, incluso los había que no
sabían leer ni escribir.
En un segundo lugar suele decirse
que como causa de la Reforma está el hecho de que muchos eclesiásticos tenían
un apego desmesurado por los bienes materiales, este hecho generaba un gran
malestar entre el pueblo de Dios. También los había que eran deshonestos,
avaros e incluso no faltaban quienes tenían un apego por las armas. Muchos clérigos eran codiciosos, incultos y
no tenían un cuidado solicito por el rebaño.
En un tercer momento es necesario
recalcar el hecho de que el siglo XV había comenzado con el cisma de Occidente.
Desde los años 1378 hasta 1417 la Iglesia contaba con dos papas, uno de los
cuales vivía en Aviñón y el otro en Roma. Entre ellos se acusaban mutuamente de
herejía, también cada uno de ellos intentaba o amenazaba con la excomunión a su
rival. Incluso en los peores momentos del Cisma, Europa llegó a tener
simultáneamente cuatro papas. Todo esto deterioró mucho la imagen de la santa
Sede, también deterioró la imagen del clero. Al final la cuestión quedó zanjada
en el concilio de Constanza. También como resultado de toda la cuestión quedó
clara la idea de que el Concilio tenía una supremacía sobre la autoridad
ejercida por el papa. Esta idea se desprendía de todos los acontecimientos que
vivió la Iglesia durante estas épocas de luchas por el poder. El sentir general
de la época era que, si el papa hubiera impuesto su autoridad para frenar estos
abusos, posiblemente se hubieran podido evitar estos hechos acontecidos en el
seno de la Iglesia. Todos estos hechos terminaron por generar en el siglo XVI
lo que se llamó la Reforma.
En un cuarto lugar, y como algo
que influyó en el movimiento reformista, puede mencionarse el hecho de que la
Iglesia, desde la edad media, había sostenido y afirmado la existencia del
purgatorio. El purgatorio es un lugar momentáneo, pasajero donde las almas
están purgando sus penas para luego pasar a la presencia de Dios. Esta idea,
que provenía del medioevo, con el tiempo se fue sumergiendo en medio del
pensamiento popular. Pero lo que más generó controversias fue el hecho de que
algunos papas, obispos y cardenales recurrían a la venta de indulgencias y
estas comprendidas como mecanismos que aligeraban, acortaban el plazo de
estadía en el purgatorio. Con esto se introdujo una notable modificación en la
doctrina de la salvación. Esta fue la razón por la que la Iglesia encontró un
mecanismo o un medio para adquirir ingresos económicos.
Finalmente se debe agregar el
hecho de que, según algunas leyendas, el pontificado estaba plagado de
escándalos sexuales.
12.2. Propuestas para salir de la crisis.
Frente al cuadro general en el
cual se encontraba la Iglesia se presentaron propuestas muy diversas. En las
élites más aristocráticas, cultas e intelectuales se buscó una alternativa y
una escapatoria en todas las formas de ocultismo, esta es la razón por la cual
se presentaron movimientos ocultistas y teosóficos de varios tipos: Masonería,
Rosacrucismo, Cábala, Alquimia, los Iluminados, etc., aunque muchas de estas
castas sociales no abandonaron a la Iglesia sí realizaron sincretismos con la
búsqueda de sabiduría hermética, la astrología y otros saberes ocultistas.
Incluso es la época en la cual aparece Nostradamus
y otros que, como él, intentaban satisfacer la necesidad religiosa que existía
en medio de los hombres de la época.
El humanismo cristiano también
realizó su propuesta para salir de la crisis en que se encontraba la Iglesia.
Esta propuesta la hacía Erasmo de Rotterdam. Este fue un hombre muy culto que
amaba las lenguas clásicas, y proponía un proyecto para reformar a la Iglesia.
Él consideraba que la Iglesia se podía reformar siempre y cuando esta retornara
a la pureza del cristianismo primitivo. Con esta intención, Erasmo se preocupó
por realizar una traducción crítica del Nuevo Testamento, traducción basada en
el texto griego original. Erasmo tuvo una notable influencia entre los
intelectuales más destacados de su tiempo, entre otros se puede hablar de la correspondencia
que mantenía con Tomás Moro, además con estudiantes, clérigos y príncipes. Sin
embargo, sus tesis nunca llegaron a ser parte de las clases más populares.
12.3. Lutero a la cabeza de la Reforma.
En el año de 1517, un famoso
predicador alemán llamado Johann Tetzel dio a conocer en su predicación una
bula en la que se proponía la venta de indulgencias[5]. Con el dinero que se
recibiría de estas se construiría la basílica de san Pedro en Roma. Un fraile
agustino decidió cuestionar la predicación que hiciera Tetzel, esto lo hizo a
través de un escrito en donde proponía un conjunto de tesis (95 tesis en total),
después, según la costumbre de la época, las colocó en la catedral de
Wittenberg (en la época se acostumbraba fijar en la puerta de la catedral las
cuestiones, las tesis y las inquietudes que se debían discutir y tratar en la
universidad).
Algunas
de las tesis propuestas por Lutero son estas:
Tesis 1. “Cuando el Señor y
maestro Jesucristo dijo “Haced penitencia”, deseó que toda la vida de los fieles
fuese una penitencia.
En la tesis 6 cuestiona la
autoridad del Papa respecto al atar y desatar, en este sentido dice que “El
Papa no puede remitir culpa alguna, sino declarando y garantizando que fue
perdonada por Dios”.
En cuanto a las penas, Lutero, en
la tesis 5, no niega que el Papa tiene el poder de remitir el castigo que él
mismo impuso: ése y ningún otro. Con esto pone en cuestión que el derecho
canónico sea algo divino, por el contrario, es derecho humano.
Sostiene también en la tesis 8 que
las penas canónicas se imponen solo a los vivos.
En la tesis 10 afirma Lutero que
actúan el mal y la ignorancia entre los sacerdotes que reservan a los
moribundos las penas canónicas en el purgatorio.
Las tesis 21 y la 36 son una
denuncia de Lutero por la confusión que existe en la Iglesia entre la remisión
de las penas, la absolución y la salvación: “Por lo tanto, los predicadores de
indulgencias se equivocan cuando dicen que el hombre puede ser liberado y
salvado de todo castigo por las indulgencias del Papa” (21). En realidad,
afirma Lutero que: “Cualquier cristiano verdaderamente arrepentido obtiene la
remisión plena de la pena y de la culpa que le corresponde, aún sin las cartas
de las indulgencias” (36).
Lutero veía que la Iglesia, al
vender indulgencias, estaba sustentada en la idea de que ella es la
“administradora de los tesoros de Cristo”, contra esto, el monje agustino
sostiene que el tesoro de las indulgencias no puede ser confundido con los
méritos de Cristo, están siempre en acción y sin la intervención del Papa
(tesis 58); sostiene que el verdadero tesoro de la Iglesia es el sacrosanto
evangelio de la gloria y de la gracia de Dios (tesis 62). Pero este tesoro es,
con razón, muy odiado, puesto que hace que los primeros sean los postreros (63).
En cambio, el tesoro de las indulgencias, con razón, es sumamente grato, porque
hace que los postreros sean los primeros (64). Por ello, los tesoros del
evangelio son redes con las cuales en otros tiempos se pescaban hombres
poseedores de bienes (65). Los tesoros de las indulgencias son redes con las
cuales ahora se pescan las riquezas de los hombres (66).
Respecto a las indulgencias que
los predicadores pregonan con gracias máximas, se entiende que efectivamente lo
son en cuanto proporcionan ganancias (tesis 67).
No obstante, son las gracias más
pequeñas en comparación con la gracia de Dios y la piedad de la cruz (tesis 68).
Lo que realmente pasó después que
el Papa recibiera el documento donde Lutero exponía sus tesis no fue tanto la
excomunión de este, pues incluso el Pontífice reconoció que la indulgencia se
aplica a las penas no a los defectos y reconoció que el Papa no podía reducir
las penas del purgatorio.
Quienes pregonaron, inicialmente,
que Lutero era un hereje fueron los frailes de la orden de Santo Domingo, a la
que pertenecía el predicador Johann Tetzel. Estos consideraban que Lutero había
atacado las leyes de la iglesia (leyes del derecho canónico) y que por lo tanto
había atacado la autoridad del Papa. Esta polémica se convirtió en un hecho
público, incluso muchos humanistas frente al problema que se suscitó por Lutero
y frente a los problemas existentes en el interior de la Iglesia proponían un
retorno de la Iglesia a la simplicidad de sus orígenes.
Después de la publicación de las
tesis, Lutero se convirtió en un crítico más radical contra la iglesia, en este
sentido sostuvo por ejemplo que es la fe la que justifica al hombre: “no es
justo el hombre que trabaja mucho, sino el que, sin trabajo, cree mucho en
Cristo”; según esto, las obras de los seres humanos no cuentan mucho al final
para que estos se salven. Unido a esto sostuvo que el derecho canónico y la
doctrina de los sacramentos debían ser comparados con la Palabra de Dios.
También afirmó que el Papa, así como los Concilios podían errar. El único
criterio de verdad son las Sagradas Escrituras del Antiguo y el Nuevo
Testamento.
En junio de 1520 Lutero publicó un
texto: Del papado romano, en el que
consideraba que el papado romano era una institución puramente humana e
histórica; que el único jefe que tiene la cristiandad sobre la tierra es
Cristo, por lo tanto, no puede tener ningún vicario; sostiene que ni el Papa ni
el obispo jamás podrán ser vicarios de Cristo o sus representantes en la
tierra. En el mismo momento en que Lutero publicaba este texto el Papa León X
emitió la bula Exsurgere Domine con
la que se amenazaba que Lutero iba a ser excomulgado.
Esta bula le concedía a Lutero 60
días para que se sometiera a la fe de la Iglesia, sin embargo, cuando se
cumplió este tiempo, 10 de diciembre de 1520, Lutero decidió quemarla
públicamente en Wittenberg; con este hecho se hizo inevitable la excomunión de
Lutero, siendo estas las palabras con las que definitivamente rechazó su
adhesión a la Iglesia: “si no se me convence mediante el testimonio de la
Escritura y de la clara razón, porque no creo ni en el Papa ni solo en los
concilios, puesto que es evidente que han errado y se contradicen. Estoy
convencido por mi conciencia y estoy prisionero de la Palabra de Dios […]. Por
lo tanto, no puedo hacer nada en contra de mi conciencia. Que Dios me ayude.
Amén”.[6]
Lo que Lutero cuestionaba en el
conjunto de tesis antes mencionado no era la existencia o inexistencia del
purgatorio, sino el hecho de que hubiese que comprar o pagar la salvación de
las almas, y con ese dinero se construyera un edificio tan lujoso. La cuestión
que proponía no era algo tan grande como para causar tanto revuelo, sin
embargo, con los antecedentes antes vistos, ya los ánimos estaban exacerbados,
y Lutero puso en marcha una revolución cuyas consecuencias se dejan sentir aún
en nuestros días.
Inicialmente lo que Lutero
proponía era una reforma de la Iglesia, poco tiempo después el fraile agustino
cuestionaba la autoridad del papa, la autoridad de la Tradición eclesiástica,
incluidos los concilios, y consideraba que la Biblia era la única guía que debe
orientar la fe y la conducta del ser humano. La base de esta última propuesta
radica en el hecho de que Lutero era un buen biblista, pero además en el hecho
de que en la sagrada Escritura se encuentran, especialmente en el Nuevo
Testamento, los principales testimonios del cristianismo primitivo. Con esto
Lutero estaba exponiendo el tema fundamental de lo que sería el movimiento
reformista: solo la Escritura (Sola
Scriptura). Luego hacia el año 1520 el papa León X promulgaría la bula con
la que Lutero y su movimiento quedarían excomulgados de la Iglesia. Desde este
momento histórico se presenta el desgarramiento del cristianismo. Después de
este momento fue clara la tendencia del protestantismo al afirmar cada vez más
el hecho de que el ser humano, desde su propio parecer, tiene derecho a
interpretar la sagrada Escritura.
Ya excomulgado Lutero y todo su
movimiento, el protestantismo trató de delimitar su propia divisa desde tres
elementos que habrían de caracterizarlo:
Sola
Scriptura. Lutero insistía en que la única
regla de fe y de conducta se encuentra en la Biblia, la cual es un texto
inspirado por Dios. Con esto, Lutero está rechazando toda la Tradición
Eclesiástica, la Patrística, los Concilios, y según Lutero, esta es una forma
de volver al cristianismo primitivo. La Sagrada Escritura se convierte así en
la norma desde la cual se deben revisar todas las instituciones, las normas y
los dogmas que el cristianismo había adoptado a lo largo de toda su historia.
Solo
Christo. Con este segundo fundamento de la propuesta
luterana, se intentaba devolver la centralidad del cristianismo a la persona de
Cristo. Con esto, además, Lutero está rechazando el culto a la virgen María y a
los santos. Pues estos últimos no tienen un fundamento bíblico, para esto se
apoya en el apóstol Pablo cuando en I
Timoteo 3,16 sostiene que solo Cristo es el mediador entre Dios y los
hombres.
Sola
fides. El tercer principio es solo la fe. Este
principio consiste en un rechazo al hecho de que los hombres por sus propios
méritos y obras puedan alcanzar la salvación. Las obras que el ser humano
realiza solo se encaminan a agradecer a Dios por haber salvado la humanidad.
13.
Autores más representativos del Renacimiento.
13.1. Baldassare Castiglione.
Fue un aristócrata que pertenecía
a la corte de Urbino, siendo encargado de varias misiones diplomáticas tanto a
Inglaterra y a Milán. Su vida la dedicó al ejercicio de la política, desde esta
actividad escribió El libro del cortesano,
en el que considera que el cortesano ideal debe tener un linaje ilustre,
también debe poseer una buena educación; este texto describe el ideal del
hombre prototipo del Renacimiento. El caballero debía ser tan experto en el
manejo de las armas como en el de las letras; saber
conversar y tratar con sus semejantes (especialmente con las damas), y tocar
algún instrumento musical. Solo de esta manera el buen
cortesano puede llegar a ser un buen educador y un buen consejero del príncipe
o del gobernante. Este a su vez, debe encaminarse por la senda del amor, del
bien y de la sabiduría, así como debe irradiar sobre sus súbditos estas mismas
virtudes. El buen gobernante debe actuar con diplomacia, debe instaurar la paz,
debe ejecutar empresas culturales, así como establecer un reino prodigo y
orgulloso, reino que procure el bienestar de todos.
La obra tiene la estructura de los
antiguos textos clásicos, pues está elaborada a la manera de un diálogo y
desarrolla cuatro cuestiones fundamentales: En el primer dialogo se debate el
tema del nacimiento y educación del gentilhombre; en el segundo, su
comportamiento en sociedad; en el tercero, el ideal de la perfecta dama de
palacio; y en el cuarto, se tratan las relaciones del cortesano con el
príncipe, finalmente el texto concluye con una disertación sobre el amor
platónico.
13.2. Nicolás Maquiavelo.
Fue uno de los hombres de
confianza de Cesar Borgia. Cuando este invadió la ciudad de Urbino, Maquiavelo
fue nombrado embajador de Cesar Borgia en esta ciudad. El texto que lo hizo
famoso fue El príncipe. Este es un
tratado político inspirado en Cesar Borgia, este último fue un mercenario sin
escrúpulos, dedicado a sí mismo, y proponía un ejercicio brutal de la
autoridad, así como la necesidad de mantener y conservar el poder a cualquier
precio. Esta es la razón por la cual el tratado de Maquiavelo se convierte en
todo lo contrario a lo que propone Castiglione.
Maquiavelo en su obra considera
que la fuerza crea el derecho, también considera que no deben existir barreras
morales que impidan el ejercicio del poder. Sostiene que no se le debe prestar
atención a los juramentos hechos, estos no se deben cumplir, así como tampoco
se deben pagar las deudas contraídas ni los servicios prestados. También
propone en su obra que el gobernante debe inspirar temor, debe golpear a sus
enemigos y debe sacrificar a sus ayudantes y súbditos una vez que estos hayan consumado
su misión.
13.3. Giovanni Boccaccio.
Fue discípulo de Petrarca, a él se
le debe la primera biografía que se hizo sobre Dante Alighieri al que conoció
personalmente. Su libro más famoso es el Decamerón
en el que inaugura lo que se ha llamado la narrativa y que es propia de la
época moderna. El estilo que usa es la prosa y recurre a la lengua vulgar para
realizarla.
Durante la peste que azotó a la
ciudad de Florencia en 1348, de la que Boccaccio fue testigo, diez jóvenes,
tres hombres y siete mujeres, se reúnen en la iglesia de Santa María la Nueva y
toman la decisión de retirarse a una villa alejada de la ciudad para no
contagiarse de la peste.
En este lugar, para no recordar
los horrores que han dejado atrás, los jóvenes se dedican a relatarse cuentos
los unos a los otros. Permanecen en la villa durante catorce días, pero los
viernes y los sábados no relatan cuentos, por lo que sólo se cuentan historias
durante diez días (de ahí el título de la obra). Cada día uno de los jóvenes
actúa como “rey” y toma la decisión sobre el tema que versarán los cuentos
(excepto los días primero y noveno, en los que los cuentos son de tema libre).
En total, se cuentan 100 relatos, de desigual extensión.
13.4. Francesco Petrarca.
Fue uno de los grandes precursores
del humanismo. Dedicó mucha parte de su obra al estudio sobre la belleza y al
culto que se le ha rendido. También se dedicó a estudiar los ideales clásicos.
Escribió varias obras en latín, pero la que más trascendió fue su Cancionero en el que se destaca el
estilo lírico amoroso. La
mayor parte de las rimas, contenidas en este texto, hacen referencia a temas
amorosos; treinta de ellos abordan el tema moral, religioso o político. En los
temas donde trabaja el amor por su terruño, el concepto de patria se identifica
con la belleza de la tierra natal, esta es soñada libre y lejos de las luchas
fratricidas y de las milicias mercenarias.
La lírica que inicia Petrarca
servirá de modelo para toda la cultura italiana y europea en general. Su
influjo fue muy grande y aún en el siglo XVI estaba plenamente de moda, razón
por la cual llegó a superar a Dante Alighieri.
13.5.
Dante Alighieri.
Dante Alighieri es considerado el
más grande poeta italiano de todos los tiempos. Su obra más famosa fue Comedia, la que hacia el año 1500 fue
tildada de divina, de ahí el nombre
que desde entonces recibe: Divina Comedia.
El tema principal de la misma es un viaje a través del infierno, el purgatorio
y el paraíso en el que comparecen personajes legendarios, antiguos y
contemporáneos. Con todos ellos, su autor, conforma una visión del mundo y de
la historia. Con todo esto, la intención de Dante es conferirle un nuevo
destino al hombre dentro del plan creador de Dios, basado en el mandamiento del
amor.
Dante hace un resumen en la Divina Comedia de todo el amplio
conocimiento acumulado durante siglos, desde los antiguos clásicos hasta el
mundo medieval, así como su fe religiosa y sus convicciones morales y
filosóficas. El estilo de la obra posee un rico lenguaje lleno de símbolos y
frecuentes referencias a personajes históricos y a la mitología clásica.
La obra está estructurada en tres
partes: infierno, purgatorio y paraíso; también está dividida en cantos, cada
parte consta de treinta y tres cantos, más el canto introductorio suman 100
cantos en total. Cada canto fue compuesto por estrofas de tres versos
endecasílabos o tercetos.
Según lo anterior, el tres es el
número estructurante de la obra: tres evoca la Trinidad, así como el triángulo;
este se suma al cuatro, que es el número de los puntos cardinales, las
estaciones del año y los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua; con ello
resulta el número siete, estos son los pecados capitales. Finalmente, aparece el
Infierno que está dividido en nueve círculos, el Purgatorio en siete y el
Paraíso queda formado por nueve esferas que giran como los planetas en torno al
sol. Toda la obra está llena de símbolos que remiten al conocimiento y al
pensamiento medieval, con esto hace referencia a religión, astronomía, filosofía,
matemáticas y óptica.
[1] Obras que
Hugo Grocio escribió son: De iure belli ac pacis.
Esta obra es un intento por finiquitar y erradicar la esclavitud, es además una
reflexión sobre cómo prevenir y reglamentar las guerras, con ello estaba
planteando algunos elementos sobre el derecho internacional.
Mare
liberum. En este texto defiende el principio según el cual
los mares gozan de libertad. Esta discusión la llevó adelante pensando en lo españoles,
portugueses e ingleses, quienes consideraban que los mares debían ser propiedad
de quien los habita desde la posesión de la tierra.
Apologeticus.
De veritate religionis christianae. este texto
es una reflexión sobre los elementos racionales que constituyen los cultos
religiosos que han existido a lo largo de la historia de la cultura occidental.
[2]
Las obras que francisco Suárez escribió son: Disputationes Metaphysicae, en esta obra, su autor trata el tema de
la teología natural, además trata todos los temas que Aristóteles había
trabajado en su obra Metafísica. Es
una obra en la que también trata de sintetizar, en plena época renacentista,
toda la propuesta filosófica que habían realizado los pensadores escolásticos,
además sintetiza todo el pensamiento predominante en la escuela de Salamanca.
En ella trabaja temas como: causa y causalidad, acto y potencia, acción y
duración, creación y criatura.
Tractatus
Legis. En esta obra trata el tema del ser humano y su
relación con el derecho, por lo tanto, puede considerarse una obra donde su
autor pone a dialogar la teología, la filosofía y el derecho. Algunos han
considerado esta obra como un puente que conecta el final de la época
escolástica y el inicio de moderna.
El texto trabaja sobre cuestiones jurídicas que
afectan la ley humana, en él además muestra la variedad de las leyes humanas, y
enfatiza aquellas que resultan especialmente odiosas. Estas son: la ley penal,
la tributaria, que impone una carga; la ley que anula o prohíbe un hecho, la
ley que se desvía de la formulación planteada por el derecho antiguo, el
derecho común, que lo elimina o le impone limitaciones, lo corrige o lo que es
lo mismo la ley posterior que anula la anterior. Inicia el discurso sobre lo
que hoy puede llamarse teoría del derecho, donde se tratan temas como los
deberes que deben imponerse y las cargas que deben soportar los ciudadanos.
Suárez intenta explicar por qué deben existir este tipo de leyes y cuáles son
sus características fundamentales.
[3] El gran mérito de pico
della mirándola fue el hecho de haber introducido no una visión objetivista del
ser humano, es decir, el ser humano no es un objeto más entre los objetos de la
naturaleza, sino que es un sujeto que está determinado por sus acciones, por la
libertad para actuar y por la toma de decisiones. Cfr. Giovanni Pico della
Mirándola: Discurso sobre la dignidad humana. Universidad nacional autónoma de
México. 2004. Puede leerse en: https://books.google.es/books// consultado el 14-01-2019.
[4] Miegge, Mario. Martin Lutero. La Reforma protestante y el nacimiento de las sociedades modernas. Ed. Clie. 2016.
[5] Las palabras de Tetzel
eran más o menos estas: “cuando el dinero cae en la caja (del tesoro) el alma
del purgatorio al paraíso pasa”. Cfr. Miegge Mario. Martin Lutero. La reforma protestante y el nacimiento de las sociedades
modernas. P. 38. La indulgencia era una remisión de las penas canónicas, la
cual podía ser gratuita o se podía ofrecer dinero para comprarlas. La
indulgencia no es lo mismo que la absolución de los pecados, pero en la época
anterior a la Reforma las indulgencias estaban acompañadas de elementos que
facilitaban la confesión de los pecados y la absolución; Lutero veía en este
hecho una gran confusión entre la disolución de las faltas y la remisión de los
pecados. Esta confusión fue decisiva para la toma de posición de Lutero porque
el poder de atar y desatar se amplió hasta la vida futura, también la Iglesia
pudo reducir la permanencia de las almas en el purgatorio, los vivos podían
comprar indulgencias para sacar a los muertos del purgatorio, la Iglesia pudo
imponer sanciones en el momento de absolver a los moribundos. Todos estos
elementos fueron otros detonantes que le sirvieron a Lutero para cuestionar en
sus tesis a la Iglesia y su autoridad.
[6] Lutero, Martin. Citado por Miegge. Op. Cit. Pag. 52.
Comentarios
Publicar un comentario