La mimesis I
La mimesis
Grecia antigua.
Inicialmente
el arte de la imitación estaba unida al arte de la actuación; esta consistía en
el arte de la imitación de las acciones humanas que se realizaban en las
danzas, imitación de los movimientos que se realizaban en las danzas rituales
de los cultos dionisiacos. Por esta razón se puede decir en general que la
mimesis en la Grecia
antigua estaba relacionada con la danza.
Platón.
Para
este pensador se pueden sacar tres formas de ver la mímesis:
La
imitación realmente válida es la que tiene que ver con la imitación de las
ideas. Sabemos que este pensador sobreponía el mundo ideal o suprasensible al
mundo real o mundo sensible; mientras que aquel es el mundo verdadero, este
mundo no es más que sombra de aquel; quien aspira a aquel mundo tiene nobles
aspiraciones, quien vive de este mundo está sumergido en las tinieblas y en la
oscuridad.
Las
imitaciones de las artes plásticas y de la poesía en general tienen un valor
secundario porque son copia de copia. Si según el anterior apartado, el mundo
verdadero es el mundo ideal, la copia de aquel mundo es un asomo o es
secundaria; podríamos decir que la verdadera cama es la idea que está en el
mundo ideal; la cama que realiza el carpintero es copia de la cama verdadera,
por lo tanto tiene un valor secundario y ya en cierta forma despreciable; ahora
cuando el pintor pinta la cama inspirado en la cama del carpintero es copia de
copia por lo tanto tiene menos valor que la copia real realizada por el
carpintero; lo mismo podría decirse del poeta que hace una poesía sobre la cama
hecha por el carpintero o el filosofo que realiza una argumentación a favor de
la cama hecha por el carpintero. De lo anterior se puede inferir que cuando Platón
expulsa a los poetas de la polis lo estaba haciendo basado en el hecho de que
estos son personas que no aspiran a la contemplación de las ideas sino que basan sus argumentos en copias de copias.
La
imitación de los hechos, acciones y sentimientos contrarios a la virtud, la
verdad y la belleza debe ser rechazada.
De
esta triple concepción platónica respecto a la imitación o mimesis se
desprenden las teorías que sobre el tema han predominado en la cultura
occidental, veamos las más sobresalientes.
Teorías idealistas y
trascendentalistas del arte.
Estas
teorías sostienen que los objetos propios del arte son las ideas o las formas;
que podemos acceder a ellas mediante los sentidos, pero que tanto las ideas
como las formas son categorías trans-empíricas y que mantienen y una existencia
independiente y propia; es decir que tanto las ideas como las formas tienen su
propio espacio ideal y formal; espacio al cual solo podemos acceder mediante
los ojos de la mente.
Teorías empíricas del arte.
Para
estas teorías los modelos y las formas de imitación artística son escogidos,
seleccionados o abstraídos de los objetos de la percepción sensorial. En este
sentido se puede decir que el arte imita la realidad; la mente del artista es
como un espejo que toma las características de la realidad; la naturaleza
exhibe una gran variedad de formas que el artista debe captar, apreciar y
plasmar en la obra de arte. La obra de arte es como una imagen de la realidad,
imagen mediatizada a través de la experiencia y concepción del artista. La obra
de arte es como un espejo que refleja la realidad. Esta concepción llega a
dominar hasta la época del romanticismo.
Carácter negativo de la
mimesis.
Para
estas teorías el arte mimético no solo está a triple distancia del ser, de las ideas y del mundo suprasensible sino
que además al ser copia de copia, copia lo malo. En este sentido el sofista, el
pintor y el poeta cautivan con el encanto de sus fantasmas ya que estos operan
en el público las simulaciones de las artes imitativas y con sus trucos hacen
las veces de prestidigitadores e ilusionistas; ellos hacen tomar las imágenes
como si fueran reales; frente a ellos el público solo está interesado en el
placer y en el goce estético que genera el arte; esos placeres y esos goces que
genera el arte son apenas sombras del verdadero gozo y placer que experimenta el
sabio, el genio y el filosofo al contemplar el mundo de las ideas; al público
que le gusta apreciar el arte por el goce y el placer estético es incapaz de
descubrir la esencia de lo bello; en la medida en que esto sucede se va
presentando un desprecio por la ley moral, pues el público se aficiona por las
cosas vanas y superficiales; cosas que a la larga se van apoderando de una
comunidad hasta llegar a convertirse en ley moral o en costumbre.
Todas
estas concepciones están basadas en el símil del espejo que propone Platón en
el libro X de la República , pues en
cierto modo y según el texto podemos fabricar cualquier mueble, hacer todo
cuanto brota de la tierra, producir seres vivos, incluso engendrarnos a
nosotros mismos, y cualquier otro tipo de realidad. “Ante la extrañeza de
Glaucón, Sócrates responde: ¿No te das cuenta que tú mismo eres capaz de hacer
todo esto en cierto modo? No es difícil… si coges un espejo y le das vueltas a
todos los lados, en un momento harás el sol y todo lo que hay en el cielo; en
este momento, la tierra; en un momento a ti mismo y a los otros seres vivientes
y muebles y plantas y todo lo demás de que hablábamos”.[1]
El artista como una lámpara
que irradia su ser.
El
artista es como una lámpara que irradia y plasma, en la obra de arte, su propia
concepción personal sobre la realidad, su concepción del momento histórico que
le toca vivir, su manera de ver el mundo; ahora puede ser que también el
artista haga de su momento histórico un lugar problemático.
De
aquí se desprende el carácter subjetivo del arte ya que la obra es copia mental
de lo que hay en la mente del artista; el artista da forma a sus producciones
no solo sobre la base de lo que ve sino también de lo que piensa, de las ideas
que hay en su mente.
En
este sentido, durante la época helenista surge el término phantasia el cual se refiere a la facultad que tiene el artista
para imitar cosas no vistas; desde aquí se desprende una doble imitación: la de
las cosas vistas y la de las ideas de un modelo real.
La
realidad es copia del mundo ideal, el arte es copia del mundo real, por lo
tanto el arte será una experiencia relegada y subordinada; en este sentido se
puede decir que no es posible hablar de una mimesis fiel y exacta de lo que se
copia.
La
obra de arte jamás podrá ser una imitación literal y perfecta de lo
representado; ello supone que el arte jamás será una adaequatio (adecuación) de la realidad sino más bien un anclaje de
la obra de arte, del mundo del arte, en el mundo empírico.
Lo
anterior muestra una problemática inherente al mundo del arte y es la extensión
del concepto adaequiatio al mundo del arte; contra esto, el mundo del
arte ha optado más bien por el término representación pues excluye una
determinación demasiado literal del término; término que trata de sustituir al
de imitación y mimesis; en este sentido se dice que la obra de arte no es
mimesis sino representación.
El
concepto de mimesis está íntimamente asociado al de arte y puede significar
imitación o representación; los problemas que el concepto plantea pueden ser
más o menos los siguientes: algunos sostienen que la mimesis consiste en una
imitación fotográfica y fidedigna de la realidad; otros sostienen que la
mimesis consiste en una representación en el sentido que el artista representa
el papel que le corresponde representar; esto significa que el papel que el
artista debe representar se mete dentro de él; en este sentido se puede decir
que la sinfonía es representada por la sinfónica, esto significa que la
partitura se mete dentro de la orquesta sinfónica que la debe representar.
Otro
problema que plantea el concepto de mimesis es ¿Qué es lo que se debe
representar? ¿Lo universal? ¿El alma? ¿La realidad externa? ¿Se representa la
energía que hace ser que las cosas sean, como en el caso de Kandinsky? ¿Se
representa lo que hace visible a una cosa como en el caso de Klee? ¿Se
representa lo que sabemos sobre una cosa como en el caso del Hobby Horse
(caballo de madera) en el cual representamos lo que sabemos del animal?
Actividad para la próxima
clase:
¿En
qué sentido la obra de Van Gogh Cuervos en el trigal es una obra mimética?
Debes
leer en el texto Arte y poesía de
Heidegger, las páginas 63-65 y responder a la pregunta ¿Qué concepción tiene
Heidegger de la mimesis?
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