La mímesis.
La mímesis.
El concepto de mímesis está profundamente
ligado al concepto de arte.
La palabra mímesis ya aparece en los
pitagóricos, quienes afirmaban que las cosas imitan o representan números.
Aristóteles manifiesta que cuando Platón habla de participación de las cosas en
las ideas indica una relación semejante a la expresada en el término pitagórico
de mímesis.
El antiguo significado de mímesis alude no
solo a la imitación sino a la representación, tal y como se muestra en la
representación que un actor debe hacer del papel que se le ha encargado que
haga. Según esto, el actor se mete dentro del papel que le toca representar;
representación que debe hacer con palabras y gestos. En las representaciones
que hacían los pitagóricos de los dioses, aunque también representaban a
espíritus, lo hacían con una intención o finalidad religiosa, lo que terminaba
aconteciendo a los participantes de esas representaciones es que el dios en
persona se introducía en ellos, los poseía y actuaba a través de ellos. El
papel que el actor debía representar se introducía en él, lo poseía y actuaba a
través de él. Algo similar sucedía con la mímica y las danzas rituales de los
sacerdotes en el culto dionisíaco, el dios se introducía en ellos. Se podría
decir que ellos eran representantes más no imitadores.
De lo anteriormente expuesto puede decirse
que el sentido originario de la mímesis hace referencia a la actuación que hace
el artista del papel que le toca representar, inicialmente no se pensaba en la
mímesis en el sentido del copista que realiza una copia fiel de la realidad.
Con el paso del tiempo la palabra mímesis
adquirió una connotación laica y se extendió a las distintas formas del arte, a
la música, a la poesía y a las artes plásticas.
Mimesis es un término que en griego
significaba imitación o reproducción, y de manera particular significaba
representación teatral. En el Renacimiento la imitación naturalista se
convertiría en un concepto básico de la teoría del arte. Así puede encontrarse
en autores como Giorgio Vasari, Lorenzo Ghiberti, Leone Battista Alberti y
Leonardo da Vinci.
Platón.
En Platón la eidolopoietike es la producción de imágenes, esta se opone a las cosas mismas (autopoietike).
La mimesis en Platón tiene un carácter
productivo y también poético; él va a diferenciar una mímesis humana y otra
divina, a la primera categoría pertenecen los sueños, a la segunda pertenecen
las pinturas.
La imitación o mímesis humana a su vez se
divide, según el tipo de imágenes que produzca, en icástica cuyas imágenes son copias fieles que tratan de reproducir
proporciones exactas. La producción divina del cosmos hace parte de la mímesis
icástica (esta es la tesis que Platón defiende en el Timeo); en este sentido sostiene que las cosas sensibles son
imitaciones fieles de los modelos eternos, hechas por un artífice divino.
También se presenta la imitación fantástica o arte de la simulación y
consiste en imitar copias ilusorias del modelo, como sucede por ejemplo en el
caso de la pintura a sombras, donde se produce el engaño de la perspectiva y la
posición desfavorable del observador (esta es la posición que es planteada en
el Sofista).
Este pensador interpreta la relación de
participación, pues las cosas participan de las ideas, tomando como modelo las
copias sensibles que participan de las cosas ideales y estas a su vez
participan de las cosas divinas. Con esto Platón está tratando de resolver las
aporías que habían quedado irresolutas en el Parménides, y que de una u otra manera reafirman la primacía de la
causa racional y del fin o de la intención divina en la creación del mundo.
Según Platón, en el libro de la República, la mimesis literaria está
representada en la comedia y en la tragedia, también en la épica, ya que esta
última utiliza un estilo directo en los discursos.
Aristóteles.
Según Aristóteles, pero también para los
pitagóricos, las cosas son imitaciones de los números, participan de los
números; en cambio para Platón las cosas participan de la idea.
Este pensador en su texto la Poética, todos los tipos de poesías
pueden reducirse a la imitación, la poesía es por excelencia imitación.
Distinguiendo la mímesis dramática o imitación directa de la comedia y la
tragedia.
Este pensador les da el calificativo de
miméticas también a las más diversas formas de manifestaciones artísticas,
incluidas las bellas artes, por ejemplo la culinaria, y lo hace porque las
producciones culinarias son similares a los procesos naturales.
Es muy importante saber que este tipo de
mímesis acabado de enunciar ha tenido un gran influjo a lo largo de toda la
cultura occidental.
Problemática
inherente a la mímesis.
El verdadero problema que encontramos no es
tanto el cómo se imita sino el qué se imita ¿Se imita la apariencia de los
hechos empíricos como en el caso de Platón? ¿Se representa el sentido de lo
universal como en el caso de Aristóteles? ¿Se representa el alma de lo
representado como en el caso de Schelling? ¿La imitación es copia fotográfica
de la forma externa de un objeto o interpretación que intenta transformar el
objeto? Según Kandinsky la imitación debería resolverse en la energía interior,
y según Klee la imitación no reproduce lo visible sino que hace visible. Otros
consideran que la imitación consiste en reproducir lo que se sabe sobre un
objeto, esto debe primar sobre lo que se ve. Esta es la posición de Ernst
Gombrich quien reflexionando sobre la obra El
caballo de juguete (Hobby horse, un simple palo de escoba), es uno de los
juguetes más universales de la cultura occidental. Si este autor logra imitar
al caballo no es tanto por su fidelidad a la apariencia externa sino por lo que
sabemos del animal: que puede ser cabalgado. El hobby horse intenta imitar no tanto la forma exterior sino una
función: la de cabalgar, y para ello basta una alusión mínima al caballo real.
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