La ontología en el pensamiento de Gianni Vattimo

La ontología en el pensamiento de Gianni Vattimo

El elemento central del pensamiento de Gianni Vattimo es la ontología, toda su propuesta filosófica se concentra en pensar el problema del ser.

El ser para la tradición


El ser, en la tradición filosófica, fue pensado desde categorías bien determinadas: desde el acto y la potencia, la materia y la forma, la sustancia y los accidentes, la causa y el efecto, el mundo sensible y su antagónico el mundo suprasensible, la idea y la realidad. En todo ello se piensa la idea de fundamento, Grund.
Esta tradición busca el ser que es origen de la realidad, comienzo y principio, fundamento, Grund, al que se debe llegar para tratar de apropiárselo y una vez apropiado dominar la realidad, recuérdese cuánto insiste la filosofía tradicional en la apropiación de los principios primeros, los que una vez apropiados llevan al conocimiento pleno de la realidad.
En dichas connotaciones es rastreable la noción de eternidad, de perdurabilidad, de quietud, aunque es posible pensar el cambio, la movilidad, no lo es el de la mortandad y el comienzo en la noción de ser tal cual lo piensa la metafísica. Es sabido que el origen, el inicio y la mortalidad pensados desde la noción de ser y aplicados a este, suponen la imperfección, característica impropia para el ser.
La crítica que Heidegger le hace a esta visión tradicional del pensamiento es que confunde el ser y ente, haciendo esto, está cosificando el ser, Heidegger hace énfasis en la necesidad de distinguir el ser del ente, según lo que en su pensamiento se llama la diferencia ontológica, tema central para la filosofía contemporánea y que viene expresado en su obra Identität und differenz.
Cuando dicha tradición piensa el ser desde la idea del motor inmóvil, desde la causa incausada, desde el acto primero, piensa el ser en términos de presencia desplegada, de ente, hace del ser un ente, porque lo ve como cosa. Esta es la crítica hecha por Heidegger a la metafísica, y con ella a la tradición filosófica de occidente.
De esta visión del ser se desprende una noción de verdad la que adquiere las mismas connotaciones del ser que le sirve de base y soporte: la verdad es eterna, una, inmutable, no propensa a ulteriores perfecciones, ni redefiniciones.

El ser en la filosofía contemporánea


La filosofía contemporánea, especialmente desde la hermenéutica, concibe el ser desde otra perspectiva, el ser ya no es Grund, fundamento, causa incausada, motor inmóvil, causa primera, el ser es, según Franca D’Agostino en su obra Analitici e continentali:
a. Realidades históricamente determinadas, entidades que se desarrollan, cambian, que tienen principio y fin.
b. Realidades que han sido referidas, contadas, narradas
c. Palabras que han sido heredadas
d. Mitos a los que tenemos la posibilidad de creer o no, los que pertenecen a nuestra visión de la realidad y le dan su fundamento.
El ser es algo fluido, dialógico, mutable, es un hecho de proveniencia y destino, es tradición, presagio y narración.
Para la hermenéutica el ser es lenguaje, texto, mito, narración, diálogo, tiempo, flujo del acaecer.
La hermenéutica contemporánea radicaliza la tesis heideggeriana de que el ser es un evento (Er-eignis), es un transitivo, radicaliza la tesis de que el ser no es sino que acaece y su acaecer es un evento lingüístico, un apelo.
En última instancia se reduce la tesis heideggeriana a la afirmación de que el ser es un hecho que se sumerge en un acaecer lingüístico-temporal; el que no se desarrolla frente a nosotros, sino en el que estamos sumergidos, en el que estamos colocados, nosotros mismos lo acogemos y transmitimos sus voces.
Es a todo esto lo que se refiere la tesis de Gianni Vattimo de que el ser no es, sino que acaece; propiamente el debilitamiento del ser, el depotenciamiento del mismo, se desprende del hecho de considerarlo en los términos antes referidos.
El ser es Epoché, epocalidad, apertura histórica, el ser nace y muere de acuerdo a la epocalidad que lo determina. La temporalidad y el ser van íntimamente unidos, porque quien determina la noción de ser que funda una determinada época histórica, es el mismo ser, no el hombre.

La verdad


La verdad pierde aquí las connotaciones antes descritas, esta se convierte en participación en una apertura, presencia permanente en la apertura histórica, que determina las posibilidades, en las que el hombre se encuentra destinado.
La verdad, como participación en la apertura, es el carácter de presencia permanente en la misma por parte del ser-ahí, teniendo en cuenta que ella es de carácter inagotable, pues la inagotabilidad es el no-totalmente abierta, no totalmente-descubierta y siempre inagotable experiencia de novedad, que se puede rastrear en toda epocalidad.

Definición del pensamiento débil


Según lo anterior ya estamos en la posibilidad de dar una primera definición sobre lo que es el pensamiento débil: el pensamiento débil es la corriente filosófica pensada por Gianni Vattimo, que trata de reflexionar sobre las consecuencias que se desprenden del hecho de considerar el ser, no como fundamento eterno, estable e inmutable, sino el ser como evento, acontecimiento, flujo y como acaecer, el ser como epocalidad.
A este respecto Vattimo dice en Il pensiero debole:

“la experiencia desde la que podemos partir y a la que debemos ser fieles es aquella del sobre todo y por lo cotidiano, que es también siempre históricamente cualificada, culturalmente densa. No hay condiciones trascendentales de posibilidad de la experiencia, que sea posible alcanzar mediante cualquier reducción o epocalidad que suspenda nuestra adhesión a horizontes histórico-culturales, lingüísticos, categoriales. Las condiciones de posibilidad de la experiencia son siempre cualificadas; o, como dice Heidegger, el ser-ahí es proyecto arrojado, de vez en vez arrojado. La fundación, el envío de nuestro discurso no puede ser, en otras palabras que fundación hermenéutica”.


Consecuencias.

¿Qué consecuencias se desprenden de dicha posición para la filosofía? Vattimo trata de releer toda la realidad desde esta visión de la filosofía, acogiendo los caracteres nihilistas que se presentan en el proceso histórico legado por la modernidad, veamos algunos ejemplos:
1.     La historia.
La historia, que desde la modernidad, fue pensada bajo caracteres unificantes y universalistas, y como un macro-relato se convierte en historias, en micro-relatos, según Vattimo ya no es posible hablar de una historia universal, sino de historias particulares.
La historia ya no es contada, narrada o referida a la manera de una descripción de la misma, ya no es posible hacer historiografía, la misma es vivida, heredada, asumida, y a la vez nos envía, es a esto a lo que Vattimo, desde Heidegger, se refiere cuando habla de que el proyecto que el ser-ahí es, es un proyecto heredado, yetado, arrojado, quien yeta en el proyecto es la historia, la que a su vez envía, destina, determina.
El ser es apertura histórica, epocalidad, que de vez en vez envía, y determina en el envío, si es apertura histórica y epocalidad, lo más propio es que el ser cambie de acuerdo a la época que lo instaura; de ahí su carácter de mortalidad.
Mientras que la historia en un esquema clásico es vista, bajo la relación sujeto-objeto, según las categorías planteadas por la teoría del conocimiento, en el esquema que Vattimo maneja, la historia no puede ser vista bajo la relación antes mencionada, porque el hombre, al ser participe de la misma, la vive, la soporta, la crea, el hombre está inmiscuído en aquello que trata de objetivar. A la par que es sujeto, es agente de la misma, siendo diverso, es parte integrante.
El pensamiento de G. Vattimo pone en discusión la misma concepción de la historia como sucesión lineal y progresiva. Esto porque la filosofía de Vattimo, que se sitúa en la condición postmoderna, testimonia la experiencia del final, el cual lo es esencialmente de la historia, así la filosofía se desarrolla en  coordenadas pluralistas, divergentes, alternativas y fragmentarias.
2.     La lingüicidad del ser.
Dicha experiencia del ser, tenida en cuenta como epocalidad, es una experiencia lingüística, porque es en la lengua donde siempre se da un mundo, una realidad, la lengua determina la visión de la realidad, predispone la visión de la misma, se precomprende la realidad porque se  comprende en y a través de un lenguaje; prácticamente toda la teorización sobre el circulo hermenéutico, tiene su fundamento en el carácter de lingüicidad que determina nuestra visión de la realidad.
Franca D’Agostino dice hablando sobre este tema

“¿Cómo se lleva a cabo, efectivamente la interpretación? La hermenéutica hace claro el hecho de que nosotros estamos sumergidos en un flujo lingüístico, en un lenguaje que se temporaliza.
El ser que es un fluir lingüístico-temporal, no se desarrolla frente a nosotros, sino que es aquello en lo que estamos colocados, nosotros mismos lo acogemos y transmitimos sus voces; esto significa que nosotros para encontrar las cosas, no las encontramos jamás de modo inmediato, sino que tenemos una cantidad de elementos preliminares, prejuicios, expectativas sobre ellas, todo esto porque poseemos un lenguaje y el lenguaje determina, preorienta nuestro juicio sobre la realidad”.

La preocupación de Vattimo por el lenguaje, surge de su reflexión sobre el pensamiento de Heidegger, pues como es sabido, éste deja abruptamente interrumpido Ser y tiempo, sólo alcanza a desarrollar su primera parte, prometiendo que luego desarrollará la segunda parte del mismo, la que jamás llega perfilarse plenamente; la razón de ello radica, según lo explica él mismo, en su Carta sobre el humanismo, en el lenguaje porque lo que él intuye de nuevo en su concepción del ser, no tiene un equivalente lingüístico en la tradición metafísica, no hay conceptos para expresar su nueva concepción del ser en la tradición metafísica.
Por esta razón en la obra posterior de Heidegger, el lenguaje ocupa un puesto preeminente, es siempre tema importante de continua reflexión, tema que es acogido especialmente en reflexiones en torno a la poética, Heidegger toma continuamente poesías y desde ellas hace análisis de tipo lingüístico.
3.     La cuestión estética.
El arte en el pensamiento de Vattimo, tiene un puesto destacado; si ésta es vista desde una noción de ser tradicional, la experiencia estética se reduce a esteticismo, a colocar la experiencia estética en un mundo onírico, de fantasía, de ensueño, un mundo paralelo al mundo real, pero un mundo ficticio, esto es a lo que Heidegger se refiere cuando en Hölderlin und das Wessen der Dichtung dice

“¿hasta donde es la poesía la mas inocente de todas las ocupaciones? La poesía se muestra en la forma modesta del juego. Sin trabas, inventa su mundo de imágenes y queda ensimismada en el reino de lo imaginario...la poesía es como un sueño, pero sin ninguna realidad, un juego de palabras sin lo serio de la acción. La poesía es inofensiva e ineficaz”.

La experiencia estética desde la concepción del ser entendido como evento varía, en ella la obra de arte es mundo que se instaura, es apertura de nuevas posibilidades existenciales, posibilidad posibilitante de nuevas experiencias, la obra de arte es fundamento, es base que esta en el origen de nuevas experiencias existenciales.
Este interés de Vattimo por la experiencia estética surge en un momento en el cual la reivindicación de la portada ontológica para la obra de arte, es tema crucial sobre todo para los artistas de vanguardia, la reflexión filosófica debe concentrarse en el interés de las vanguardias artísticas que buscan dar su justo valor a la obra de arte.
Dicha reflexión sobre la portada ontológica de la obra de arte, surge en un momento en el cual, Vattimo descubre en Heidegger, la diferencia ontológica, y con ella la noción de ser como acontecer, como evento.
Esto puede no ser tan arbitrario si se piensa que por ejemplo artistas como Piet Mondrian hacen de su obra de arte un lugar de opción ética, o como Kandinsky que en su obra de arte hace un llamado a la interiorización espiritual, o como Dalí que piensa su obra como experiencia mística.
Intimamente unido al problema de la obra de arte está el problema de la utopía, la heterotopía y la contrautopía; la orientación reflexiva de Vattimo apunta al hecho de que si el ser no es, sino que acontece, si el ser es epocalidad, si la historia no es una sino múltiple y diversa, la utopía, que esta fundamentada en un esquema histórico universalista y unificado, debe variar, no puede seguir siendo tal, entonces es cuando esta se convierte en heterotopía.
Una pregunta que es fundamental para Vattimo cada vez que aborda la experiencia estética es la pregunta por la noción de verdad que subyace en la obra de arte ¿qué experiencia de verdad se da en la obra de arte? No es la consideración de la verdad como adecuación del intelecto a la cosa, ni del juicio a la realidad, la consideración de la experiencia de verdad inherente a la obra de arte se desprende en Vattimo de su lectura de Gadamer.
Para éste la verdad es cuestión no manejable desde connotaciones positivistas, ni empíricas, la verdad inherente a la obra de arte no es tampoco una verdad que se ajuste a los axiomas o postulados de la lógica, como pretenden los analíticos, la verdad si es en cambio cuestión de discurso, es relato, narración, persuasividad, retórica.
La verdad entendida como cuestión retórica, como discurso persuasivo, como narración, es la cuestión que se inscribe en las poéticas, en los discursos, podemos decir que una obra de arte es lugar donde se expone la verdad, si en ello está inscrito el carácter persuasivo, el carácter retórico, de convencimiento propio de la obra; si una obra a partir de lo expuesto en ella persuade, cuenta, narra, expone una verdad y trata de convencer, entonces esta cumple su objetivo.
En este sentido, la teoría estética de Vattimo puede tener un lugar de acercamiento con la teoría ética de Apel y Habermas y con la verdad retórica tal cual viene expuesta por Gadamer.

4.     El hombre.
El problema del hombre, según que se entienda como sujeto conciliado o como sujeto escindido, tiene sus raíces en la visión ontológica que subyace en el fondo, pues si la noción de ser que subyace en el fondo es la clásica que lo considera como Grund, entonces el hombre es sujeto escindido, pero si la noción ontológica que subyace en el fondo es la de del Er-eignis, entonces el hombre se puede considerar como sujeto conciliado.
El hombre sujeto escindido, es el que vive una permanente tensión entre el hecho y el significado, el dato y el sentido, es el sujeto responsable de la acción moral, el sustrato que subyace en el fondo de la búsqueda del responsable de la acción moral.
El hombre sujeto conciliado es el que vive la simultaneidad entre el evento y su significado, entre el hecho y el sentido, es el hombre que no necesita de realidades futuras para ser feliz, sino que su felicidad se concentra aquí y ahora en el deseo de vivir plenamente del sentido.
Hablando sobre este hecho, para Vattimo es central el texto de Heidegger sobre la Brief Über den Humanismus pues es el texto donde se pone en crisis la visión humanista del hombre, ello no porque el humanismo haya caído en desuso sino porque quiere apropiarse de la esencia del hombre desde una noción ontológica insuficiente; la base ontológica desde la que el humanismo propone una apropiación de la esencia del hombre, es insuficiente porque es imposible una apropiación definitiva, constante y permanente de la esencia del ser humano, lo más propio del ser del hombre es su continuo hacerse, su estar en continuo proceso de búsqueda, de elección, la base ontológica que conviene al ser del ser-ahí es la que considera el ser como Er-eignis.
5.     El progreso.
La idea de progreso necesario e infinito, que la tradición entiende como la tendencia hacia lo mejor, de manera necesaria gracias a la capacidad del hombre para orientar el curso y que asume en la tradición varias configuraciones, tales como: las prefiguraciones utópicas de un mundo guiado  y organizado desde el progreso tecnológico; las teorías evolucionistas, también el idealismo y finalmente el positivismo.
La postmodernidad pone en discusión la idea de progreso y sobre todo la capacidad del hombre para asumir el rol de guía en el curso de la historia.
Esto es claro en Vattimo sobre todo desde un hombre descentrado (que de la x gira hacia la periferia) a partir de la pérdida de los puntos de referencia, de un telos, que lleva a criticar la idea misma de que la historia estaría guiada por un desarrollo en si racional, con un sentido aprehensible y unívoco.
Esta idea ayuda reflexionar sobre el hecho de que un progreso científico y tecnológico no siempre coincide con un verdadero progreso. Más aún la idea de progreso muchas veces sirvió para enmascarar abusos, dominios y fijaciones de tipo discriminatorio.
Esta toma de conciencia sobre el carácter ilusorio de la idea historia se traduce en la renuncia a aquellos que Jean François Lyotard ha llamado los grandes relatos, es decir la renuncia a los discursos omnicomprensivos totalizantes que trataban de interpretar la historia y por lo mismo de guiar el proceso emancipatorio moderno (discursos de este tipo son el hegelianismo, el marxismo, y el cristianismo, a los que es esencial una filosofía de la historia orientada hacia un cumplimiento o una emancipación final.
6.     La libertad y la emancipación.
La tradición, especialmente desde la modernidad, considera la libertad como espacio emancipatorio, esta no es una categoría fundamentalmente ética, esta no se refiere a la dimensión metafísica del hombre, pero si hace referencia a la dimensión social, política e histórica. La tradición considera que la historia tiene un fin y este coincide con la liberación de las cadenas ideológicas, religiosas, sociales y políticas.
La emancipación sobreviene gracias al uso de la razón, un cambio de conciencia, gracias al progreso científico y técnico o a la lucha de clases. Todos las soluciones que se han propuesto y que se ha librado en la época moderna, dando lugar a discursos de legitimación con una pretensión universalista y reunidos bajo una profunda fe en la historia y en su progreso.
Vattimo ve este proceso emancipatorio de una manera distorsionada, pues no niega que se de un discurso emancipatorio en la condición postmoderna, simplemente que este se debe a la información transmitida por los medios de comunicación social, los que transmiten imágenes que constituyen un patrimonio común de la humanidad, formando así opinión y toma de conciencia, llevando con ello a la globalización de la opinión y de la toma de conciencia.
7.     Crítica al modelo científico-positivo.
La tradición filosófica, especialmente desde la modernidad, tomó como modelo la dimensión objetivante, científica y técnica entendida como primacía del metodo científico-experimental como medio de conocimiento; la primacía de esta perspectiva conduce a la matematización no sólo de la naturaleza, sino también de las disciplinas tradicionalmente definidas como humanísticas y en particular la antropología y la sicología. El dominio técnico de la naturaleza, que presupone la reducción de la naturaleza a objeto,  incluiría así en el propio proyecto el dominio sobre el hombre.
Vattimo permanentemente está tomando en discusión este hecho, desde la noción de verdad inherente al modelo científico-técnico y en relación a la noción de verdad propia de las ciencias humanas; hecho este que como es bien sabido tiene su origen en Heidegger y en Gadamer.
Evidentemente la noción de verdad inherente a las ciencias naturales, en las que es latente un dominio de la objetividad como norma base desde la cual hacer toda afirmación verdadera, no puede ser la misma para las ciencias humanas, dado que estas tienen otro rol desde el que se puedan hacer aseveraciones cargadas de certeza. Si hay alguna razón fundamental por la que Vattimo recurre a la experiencia estética es porque en ella es más posible encontrar una fundamentación para la experiencia de verdad inherente a las ciencias humanas.
Para Vattimo el dominio científico, que termina en el dominio técnico de la naturaleza y de la sociedad, es puesto en discusión, teniendo como base los presupuestos teóricos del dominio de la naturaleza, desde el objetivismo y el mecanicismo cartesianos que reducen la naturaleza a puro mecanismo, en virtud de un acceso cognoscitivo cualificativo, matemático e instrumental.
Otra idea que en el pensamiento de Vattimo, adquiere gran relevancia es la del universalismo naturalista, que busca que la racionalidad científica se imponga mas allá de toda delimitación histórica y de lugar, lo que se debe al carácter universal de la razón; según la cual la razón es común a todos los hombres, hecho este, que como es sabido, es el ideal de toda concepción cosmopolita e iluminista, la que se presenta como una secularización de la idea cristiana de la hermandad de todos los hombres en cuanto hijos de Dios. Esta idea es, como se sabe, la base de todas las declaraciones de los derechos humanos.
El pensamiento de Vattimo pone en discusión dicha idea, presentando sus limitaciones y sus distorsiones; en la racionalidad están implícitos la reducción a un orden a través de un principio y una serie de relaciones generalmente claras y unívocas.
El racionalismo implica un principio fundativo que constituye el blanco de polémica, principio que lleva toda la realidad a un fundamento único y con ello tiende a una uniformidad; contra esta tendencia uniformante y universalista es que se pueden leer en el pensamiento de Gianni Vattimo, todos sus discursos a favor de la diferencia y la multiplicidad y la reivindicación de experiencias verificativas diferentes a aquella científica, en particular, como ya lo hemos indicado, la estética, las que no se dejan objetivar en términos objetivantes propios del método experimental.
Así como la modernidad puede apuntarse un éxito el haber hecho eco de la noción de homologalización de la experiencia, la comprensión de la realidad teniendo como base a un principio único y fundante, la postmodernidad y con ella Vattimo, insiste en la diversidad, en la diferencia, en la multiplicidad, haciendo incapié en los riesgos a los que puede conducir la planificación y la homologalización social.
8.     Lugar del pensamiento débil, respecto al pensamiento dialéctico y de la diferencia.
Ahora se hace una pregunta ¿En qué relación se coloca el pensamiento débil respecto al pensamiento de la diferencia y de la dialéctica?
Tanto el pensamiento dialéctico como el pensamiento de la diferencia constituyen para el pensamiento débil su pasado, ellos son quienes de una u otra manera constituyen el pasado inmediato del pensamiento débil, se trata de preguntarse sobre la relación que se da entre ellos. De tal suerte que filosofar aquí y ahora, es para el pensamiento débil un confrontarse con ambos tipos de pensamientos.
Cuando se habla de que el racionalismo kantiano se encuentra en la misma línea del pensamiento cartesiano, se quiere decir que la propuesta filosófica de Kant, incluye, y supera la propuesta de Descartes, ellas en última instancia se sitúan dialécticamente la una respecto a la otra; lo mismo se dice que, para poder entender la propuesta filosófica de Hegel, es necesario remitirse a la propuesta filosófica de Kant, con ello se dice que aquel, incluye pero a la vez supera a este, entre ellos, como en el caso anterior, se habla de una relación dialéctica, se pregunta si es en esa misma línea como se presenta el pensamiento débil respecto a la dialéctica y al pensamiento de la diferencia.
Según Vattimo, habría tres posibilidades, respecto al tipo de relación que se establecería entre estos tres esquemas de pensamiento, ellos son: el salto (Sprung), la superación dialéctica, o la distorsión, con la ayuda de estos tres esquemas se trata de dar una respuesta a la pregunta que se ha propuesto responder.
a.      La relación del pensamiento débil respecto al pensamiento dialéctico no puede ser de un salto porque no se cae en el vacío, como sí sería el pensamiento metafísico respecto al pensamiento técnico; tampoco puede ser de una superación de tipo dialéctico, porque sería caer en el mismo esquema dialéctico y ello es lo que se quiere criticar, la relación justa que se da entre ellos es la distorsión pues el pensamiento débil no puede simplemente dejar atrás el pensamiento dialéctico, sino que lo debe asumir pues es el pasado que constituye su envío pero se sitúa respecto a él de una forma distorsionada, pues quiere distorsionar lo que aquel propone, es en este sentido que Vattimo constantemente insiste que no es una relación de Üeberwindung sino de Verwindung, a este respecto Vattimo dice hablando sobre el tema “yo creo que es también posible subrayar, más de lo que hace el propio Heidegger, un significado de torsión, retorcimiento, etc., que parece ligado al verbo retorcer... mientras parece pacíficamente aceptado por los interpretes que en lo que respecta a la metafísica Heidegger tiene una actitud de aceptación-resignación-convalecencia y torsión... ” y en otro texto dice “el pensamiento débil, del que se buscan los elementos... tiene con la dialéctica y la diferencia una relación que no es principalmente o solamente de superación, sino más bien se definirá mediante el término heideggeriano de Verwindung”.
b.     Según lo anterior el pensamiento débil respecto al pensamiento de la diferencia tendrá una actitud semejante que la que tiene respecto al pensamiento de la diferencia, el pensamiento débil no puede simplemente dejar a las espaldas el pensamiento de la diferencia pues este constituye su pasado y éste a su vez lo destina dándole una misión y un envío.
No es pues el pensamiento débil una corriente de pensamiento que se sitúa dialécticamente hablando, después del pensamiento de la diferencia o respecto al pensamiento dialéctico, una corriente de pensamiento que niega y a su vez incluye a los anteriores, de manera que entre ellos se puede rastrear desde la antítesis, la hipótesis, la síntesis el desarrollo ascendente hacia lo mejor; entre ellos se puede rastrear una distorsión, resignación, y convalecencia, Vattimo siempre es enfático al decir que se trata de permanecer fieles al pensamiento de la diferencia, tratando de no dogmatizarlo y al decir que jamás se puede dejar definitivamente el pensamiento metafísico representado por el pensamiento dialéctico.
Al final de este breve ensayo se pueden plantear varias preguntas que ayudarán a entablar un breve diálogo: ¿El pensamiento débil, elimina, supera, o restringe el pensamiento de la metafísica? ¿Es el pensamiento metafísico un pensamiento violento? ¿Tiene o no tiene sentido hoy hablar de esencias eternas, universales?

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