La ontología en el pensamiento de Gianni Vattimo
La ontología en el pensamiento de Gianni
Vattimo
El elemento central del pensamiento
de Gianni Vattimo es la ontología, toda su propuesta filosófica se concentra en
pensar el problema del ser.
El ser para la tradición
El ser, en la tradición filosófica, fue pensado desde categorías bien
determinadas: desde el acto y la potencia, la materia y la forma, la sustancia
y los accidentes, la causa y el efecto, el mundo sensible y su antagónico el
mundo suprasensible, la idea y la realidad. En todo ello se piensa la idea de
fundamento, Grund.
Esta tradición busca el ser que es origen de la realidad, comienzo y
principio, fundamento, Grund, al que
se debe llegar para tratar de apropiárselo y una vez apropiado dominar la
realidad, recuérdese cuánto insiste la filosofía tradicional en la apropiación
de los principios primeros, los que una vez apropiados llevan al conocimiento
pleno de la realidad.
En dichas connotaciones es rastreable la noción de eternidad, de
perdurabilidad, de quietud, aunque es posible pensar el cambio, la movilidad,
no lo es el de la mortandad y el comienzo en la noción de ser tal cual lo
piensa la metafísica. Es sabido que el origen, el inicio y la mortalidad
pensados desde la noción de ser y aplicados a este, suponen la imperfección,
característica impropia para el ser.
La crítica que Heidegger le hace a esta visión tradicional del
pensamiento es que confunde el ser y ente, haciendo esto, está cosificando el
ser, Heidegger hace énfasis en la necesidad de distinguir el ser del ente,
según lo que en su pensamiento se llama la diferencia
ontológica, tema central para la filosofía contemporánea y que viene
expresado en su obra Identität und
differenz.
Cuando dicha tradición piensa el
ser desde la idea del motor inmóvil, desde la causa incausada, desde el acto
primero, piensa el ser en términos de presencia desplegada, de ente, hace del
ser un ente, porque lo ve como cosa. Esta es la crítica hecha por Heidegger a
la metafísica, y con ella a la tradición filosófica de occidente.
De esta visión del ser se desprende una noción de verdad la que adquiere
las mismas connotaciones del ser que le sirve de base y soporte: la verdad es
eterna, una, inmutable, no propensa a ulteriores perfecciones, ni
redefiniciones.
El ser en la filosofía contemporánea
La filosofía contemporánea, especialmente desde la hermenéutica, concibe
el ser desde otra perspectiva, el ser ya no es Grund, fundamento, causa incausada, motor inmóvil, causa primera,
el ser es, según Franca D’Agostino en su obra Analitici e continentali:
a. Realidades históricamente determinadas, entidades que se desarrollan, cambian, que
tienen principio y fin.
b. Realidades que han sido referidas, contadas, narradas
c. Palabras que han sido heredadas
d. Mitos a los que tenemos la posibilidad de creer o no, los que pertenecen a
nuestra visión de la realidad y le dan su fundamento.
El ser es algo fluido, dialógico, mutable, es un hecho de proveniencia y
destino, es tradición, presagio y narración.
Para la hermenéutica el ser es lenguaje, texto, mito, narración, diálogo,
tiempo, flujo del acaecer.
La hermenéutica contemporánea radicaliza la tesis heideggeriana de que
el ser es un evento (Er-eignis), es
un transitivo, radicaliza la tesis de que el ser no es sino que acaece y
su acaecer es un evento lingüístico,
un apelo.
En última instancia se reduce la tesis heideggeriana a la afirmación de
que el ser es un hecho que se sumerge en un acaecer lingüístico-temporal; el
que no se desarrolla frente a nosotros, sino en el que estamos sumergidos, en
el que estamos colocados, nosotros mismos lo acogemos y transmitimos sus voces.
Es a todo esto lo que se refiere la tesis de Gianni Vattimo de que el
ser no es, sino que acaece; propiamente el debilitamiento del ser, el
depotenciamiento del mismo, se desprende del hecho de considerarlo en los
términos antes referidos.
El ser es Epoché, epocalidad,
apertura histórica, el ser nace y muere de acuerdo a la epocalidad que lo
determina. La temporalidad y el ser van íntimamente unidos, porque quien
determina la noción de ser que funda una determinada época histórica, es el
mismo ser, no el hombre.
La verdad
La verdad pierde aquí las connotaciones antes descritas, esta se
convierte en participación en una apertura, presencia permanente en la apertura
histórica, que determina las posibilidades, en las que el hombre se encuentra
destinado.
La verdad, como participación en la apertura, es el carácter de
presencia permanente en la misma por parte del ser-ahí, teniendo en cuenta que
ella es de carácter inagotable, pues la inagotabilidad es el no-totalmente
abierta, no totalmente-descubierta y siempre inagotable experiencia de novedad,
que se puede rastrear en toda epocalidad.
Definición del pensamiento débil
Según lo anterior ya estamos en la posibilidad de dar una primera
definición sobre lo que es el pensamiento débil: el pensamiento débil es la
corriente filosófica pensada por Gianni Vattimo, que trata de reflexionar sobre
las consecuencias que se desprenden del hecho de considerar el ser, no como
fundamento eterno, estable e inmutable, sino el ser como evento,
acontecimiento, flujo y como acaecer, el ser como epocalidad.
A este respecto Vattimo dice en Il
pensiero debole:
“la experiencia desde la que podemos partir y a la que debemos ser
fieles es aquella del sobre todo y por lo cotidiano, que es también siempre
históricamente cualificada, culturalmente densa. No hay condiciones
trascendentales de posibilidad de la experiencia, que sea posible alcanzar
mediante cualquier reducción o epocalidad que suspenda nuestra adhesión a
horizontes histórico-culturales, lingüísticos, categoriales. Las condiciones de
posibilidad de la experiencia son siempre cualificadas; o, como dice Heidegger,
el ser-ahí es proyecto arrojado, de vez
en vez arrojado. La fundación, el envío de nuestro discurso no puede ser,
en otras palabras que fundación hermenéutica”.
Consecuencias.
¿Qué consecuencias se desprenden de
dicha posición para la filosofía? Vattimo trata de releer toda la realidad
desde esta visión de la filosofía, acogiendo los caracteres nihilistas que se
presentan en el proceso histórico legado por la modernidad, veamos algunos
ejemplos:
1.
La historia.
La historia, que desde la modernidad, fue pensada bajo caracteres
unificantes y universalistas, y como un macro-relato se convierte en historias,
en micro-relatos, según Vattimo ya no es posible hablar de una historia
universal, sino de historias particulares.
La historia ya no es contada, narrada o referida a la manera de una
descripción de la misma, ya no es posible hacer historiografía, la misma es
vivida, heredada, asumida, y a la vez nos envía, es a esto a lo que Vattimo,
desde Heidegger, se refiere cuando habla de que el proyecto que el ser-ahí es,
es un proyecto heredado, yetado, arrojado, quien yeta en el proyecto es la
historia, la que a su vez envía, destina, determina.
El ser es apertura histórica, epocalidad, que de vez en vez envía, y
determina en el envío, si es apertura histórica y epocalidad, lo más propio es
que el ser cambie de acuerdo a la época que lo instaura; de ahí su carácter de
mortalidad.
Mientras que la historia en un esquema clásico es vista, bajo la
relación sujeto-objeto, según las categorías planteadas por la teoría del
conocimiento, en el esquema que Vattimo maneja, la historia no puede ser vista
bajo la relación antes mencionada, porque el hombre, al ser participe de la
misma, la vive, la soporta, la crea, el hombre está inmiscuído en aquello que
trata de objetivar. A la par que es sujeto, es agente de la misma, siendo
diverso, es parte integrante.
El pensamiento de G. Vattimo pone en discusión la misma concepción de la
historia como sucesión lineal y progresiva. Esto porque la filosofía de
Vattimo, que se sitúa en la condición postmoderna, testimonia la experiencia
del final, el cual lo es esencialmente de la historia, así la filosofía se
desarrolla en coordenadas pluralistas,
divergentes, alternativas y fragmentarias.
2.
La lingüicidad del ser.
Dicha experiencia del ser, tenida en cuenta como epocalidad, es una
experiencia lingüística, porque es en la lengua donde siempre se da un mundo,
una realidad, la lengua determina la visión de la realidad, predispone la
visión de la misma, se precomprende la realidad porque se comprende en y a través de un lenguaje;
prácticamente toda la teorización sobre el circulo hermenéutico, tiene su fundamento
en el carácter de lingüicidad que determina nuestra visión de la realidad.
Franca D’Agostino dice hablando sobre este tema
“¿Cómo se lleva a cabo, efectivamente la interpretación? La hermenéutica
hace claro el hecho de que nosotros estamos sumergidos en un flujo lingüístico,
en un lenguaje que se temporaliza.
El ser que es un fluir
lingüístico-temporal, no se desarrolla frente a nosotros, sino que es aquello
en lo que estamos colocados, nosotros mismos lo acogemos y transmitimos sus
voces; esto significa que nosotros para encontrar las cosas, no las encontramos
jamás de modo inmediato, sino que tenemos una cantidad de elementos
preliminares, prejuicios, expectativas sobre ellas, todo esto porque poseemos
un lenguaje y el lenguaje determina, preorienta nuestro juicio sobre la
realidad”.
La preocupación de Vattimo por el lenguaje, surge de su reflexión sobre
el pensamiento de Heidegger, pues como es sabido, éste deja abruptamente
interrumpido Ser y tiempo, sólo
alcanza a desarrollar su primera parte, prometiendo que luego desarrollará la
segunda parte del mismo, la que jamás llega perfilarse plenamente; la razón de
ello radica, según lo explica él mismo, en su Carta sobre el humanismo, en el lenguaje porque lo que él intuye de
nuevo en su concepción del ser, no tiene un equivalente lingüístico en la
tradición metafísica, no hay conceptos para expresar su nueva concepción del
ser en la tradición metafísica.
Por esta razón en la obra posterior de Heidegger, el lenguaje ocupa un
puesto preeminente, es siempre tema importante de continua reflexión, tema que
es acogido especialmente en reflexiones en torno a la poética, Heidegger toma
continuamente poesías y desde ellas hace análisis de tipo lingüístico.
3.
La cuestión estética.
El arte en el pensamiento de Vattimo, tiene un puesto destacado; si ésta
es vista desde una noción de ser tradicional, la experiencia estética se reduce
a esteticismo, a colocar la experiencia estética en un mundo onírico, de
fantasía, de ensueño, un mundo paralelo al mundo real, pero un mundo ficticio,
esto es a lo que Heidegger se refiere cuando en Hölderlin und das Wessen der Dichtung dice
“¿hasta donde es la poesía la mas
inocente de todas las ocupaciones? La poesía se muestra en la forma modesta del
juego. Sin trabas, inventa su mundo de imágenes y queda ensimismada en el reino
de lo imaginario...la poesía es como un sueño, pero sin ninguna realidad, un
juego de palabras sin lo serio de la acción. La poesía es inofensiva e
ineficaz”.
La experiencia
estética desde la concepción del ser entendido como evento varía, en ella la
obra de arte es mundo que se instaura, es apertura de nuevas posibilidades
existenciales, posibilidad posibilitante de nuevas experiencias, la obra de
arte es fundamento, es base que esta en el origen de nuevas experiencias
existenciales.
Este interés de
Vattimo por la experiencia estética surge en un momento en el cual la
reivindicación de la portada ontológica para la obra de arte, es tema crucial
sobre todo para los artistas de vanguardia, la reflexión filosófica debe
concentrarse en el interés de las vanguardias artísticas que buscan dar su
justo valor a la obra de arte.
Dicha reflexión
sobre la portada ontológica de la obra de arte, surge en un momento en el cual,
Vattimo descubre en Heidegger, la diferencia ontológica, y con ella la noción
de ser como acontecer, como evento.
Esto puede no ser
tan arbitrario si se piensa que por ejemplo artistas como Piet Mondrian hacen
de su obra de arte un lugar de opción ética, o como Kandinsky que en su obra de
arte hace un llamado a la interiorización espiritual, o como Dalí que piensa su
obra como experiencia mística.
Intimamente unido
al problema de la obra de arte está el problema de la utopía, la heterotopía y
la contrautopía; la orientación reflexiva de Vattimo apunta al hecho de que si
el ser no es, sino que acontece, si el ser es epocalidad, si la historia no es
una sino múltiple y diversa, la utopía, que esta fundamentada en un esquema
histórico universalista y unificado, debe variar, no puede seguir siendo tal, entonces
es cuando esta se convierte en heterotopía.
Una pregunta que
es fundamental para Vattimo cada vez que aborda la experiencia estética es la
pregunta por la noción de verdad que subyace en la obra de arte ¿qué
experiencia de verdad se da en la obra de arte? No es la consideración de la
verdad como adecuación del intelecto a la cosa, ni del juicio a la realidad, la
consideración de la experiencia de verdad inherente a la obra de arte se
desprende en Vattimo de su lectura de Gadamer.
Para éste la
verdad es cuestión no manejable desde connotaciones positivistas, ni empíricas,
la verdad inherente a la obra de arte no es tampoco una verdad que se ajuste a
los axiomas o postulados de la lógica, como pretenden los analíticos, la verdad
si es en cambio cuestión de discurso, es relato, narración, persuasividad,
retórica.
La verdad
entendida como cuestión retórica, como discurso persuasivo, como narración, es
la cuestión que se inscribe en las poéticas, en los discursos, podemos decir
que una obra de arte es lugar donde se expone la verdad, si en ello está
inscrito el carácter persuasivo, el carácter retórico, de convencimiento propio
de la obra; si una obra a partir de lo expuesto en ella persuade, cuenta,
narra, expone una verdad y trata de convencer, entonces esta cumple su
objetivo.
En este sentido,
la teoría estética de Vattimo puede tener un lugar de acercamiento con la
teoría ética de Apel y Habermas y con la verdad retórica tal cual viene
expuesta por Gadamer.
4.
El hombre.
El problema del
hombre, según que se entienda como sujeto conciliado o como sujeto escindido,
tiene sus raíces en la visión ontológica que subyace en el fondo, pues si la
noción de ser que subyace en el fondo es la clásica que lo considera como
Grund, entonces el hombre es sujeto escindido, pero si la noción ontológica que
subyace en el fondo es la de del Er-eignis, entonces el hombre se puede
considerar como sujeto conciliado.
El hombre sujeto
escindido, es el que vive una permanente tensión entre el hecho y el
significado, el dato y el sentido, es el sujeto responsable de la acción moral,
el sustrato que subyace en el fondo de la búsqueda del responsable de la acción
moral.
El hombre sujeto
conciliado es el que vive la simultaneidad entre el evento y su significado,
entre el hecho y el sentido, es el hombre que no necesita de realidades futuras
para ser feliz, sino que su felicidad se concentra aquí y ahora en el deseo de
vivir plenamente del sentido.
Hablando sobre
este hecho, para Vattimo es central el texto de Heidegger sobre la Brief Über den Humanismus pues es el
texto donde se pone en crisis la visión humanista del hombre, ello no porque el
humanismo haya caído en desuso sino porque quiere apropiarse de la esencia del
hombre desde una noción ontológica insuficiente; la base ontológica desde la
que el humanismo propone una apropiación de la esencia del hombre, es
insuficiente porque es imposible una apropiación definitiva, constante y
permanente de la esencia del ser humano, lo más propio del ser del hombre es su
continuo hacerse, su estar en continuo proceso de búsqueda, de elección, la
base ontológica que conviene al ser del ser-ahí es la que considera el ser como
Er-eignis.
5.
El progreso.
La idea de
progreso necesario e infinito, que la tradición entiende como la tendencia
hacia lo mejor, de manera necesaria gracias a la capacidad del hombre para
orientar el curso y que asume en la tradición varias configuraciones, tales
como: las prefiguraciones utópicas de un mundo guiado y organizado desde el progreso tecnológico;
las teorías evolucionistas, también el idealismo y finalmente el positivismo.
La postmodernidad
pone en discusión la idea de progreso y sobre todo la capacidad del hombre para
asumir el rol de guía en el curso de la historia.
Esto es claro en
Vattimo sobre todo desde un hombre descentrado (que de la x gira hacia la
periferia) a partir de la pérdida de los puntos de referencia, de un telos, que
lleva a criticar la idea misma de que la historia estaría guiada por un
desarrollo en si racional, con un sentido aprehensible y unívoco.
Esta idea ayuda
reflexionar sobre el hecho de que un progreso científico y tecnológico no
siempre coincide con un verdadero progreso. Más aún la idea de progreso muchas
veces sirvió para enmascarar abusos, dominios y fijaciones de tipo
discriminatorio.
Esta toma de
conciencia sobre el carácter ilusorio de la idea historia se traduce en la
renuncia a aquellos que Jean François Lyotard ha llamado los grandes relatos,
es decir la renuncia a los discursos omnicomprensivos totalizantes que trataban
de interpretar la historia y por lo mismo de guiar el proceso emancipatorio
moderno (discursos de este tipo son el hegelianismo, el marxismo, y el
cristianismo, a los que es esencial una filosofía de la historia orientada
hacia un cumplimiento o una emancipación final.
6.
La libertad y la emancipación.
La tradición,
especialmente desde la modernidad, considera la libertad como espacio
emancipatorio, esta no es una categoría fundamentalmente ética, esta no se
refiere a la dimensión metafísica del hombre, pero si hace referencia a la
dimensión social, política e histórica. La tradición considera que la historia
tiene un fin y este coincide con la liberación de las cadenas ideológicas,
religiosas, sociales y políticas.
La emancipación
sobreviene gracias al uso de la razón, un cambio de conciencia, gracias al
progreso científico y técnico o a la lucha de clases. Todos las soluciones que
se han propuesto y que se ha librado en la época moderna, dando lugar a
discursos de legitimación con una pretensión universalista y reunidos bajo una
profunda fe en la historia y en su progreso.
Vattimo ve este
proceso emancipatorio de una manera distorsionada, pues no niega que se de un
discurso emancipatorio en la condición postmoderna, simplemente que este se
debe a la información transmitida por los medios de comunicación social, los
que transmiten imágenes que constituyen un patrimonio común de la humanidad,
formando así opinión y toma de conciencia, llevando con ello a la globalización
de la opinión y de la toma de conciencia.
7.
Crítica al modelo científico-positivo.
La tradición
filosófica, especialmente desde la modernidad, tomó como modelo la dimensión
objetivante, científica y técnica entendida como primacía del metodo
científico-experimental como medio de conocimiento; la primacía de esta
perspectiva conduce a la matematización no sólo de la naturaleza, sino también
de las disciplinas tradicionalmente definidas como humanísticas y en particular
la antropología y la sicología. El dominio técnico de la naturaleza, que
presupone la reducción de la naturaleza a objeto, incluiría así en el propio proyecto el
dominio sobre el hombre.
Vattimo
permanentemente está tomando en discusión este hecho, desde la noción de verdad
inherente al modelo científico-técnico y en relación a la noción de verdad propia
de las ciencias humanas; hecho este que como es bien sabido tiene su origen en
Heidegger y en Gadamer.
Evidentemente la
noción de verdad inherente a las ciencias naturales, en las que es latente un
dominio de la objetividad como norma base desde la cual hacer toda afirmación
verdadera, no puede ser la misma para las ciencias humanas, dado que estas
tienen otro rol desde el que se puedan hacer aseveraciones cargadas de certeza.
Si hay alguna razón fundamental por la que Vattimo recurre a la experiencia
estética es porque en ella es más posible encontrar una fundamentación para la
experiencia de verdad inherente a las ciencias humanas.
Para Vattimo el
dominio científico, que termina en el dominio técnico de la naturaleza y de la
sociedad, es puesto en discusión, teniendo como base los presupuestos teóricos
del dominio de la naturaleza, desde el objetivismo y el mecanicismo cartesianos
que reducen la naturaleza a puro mecanismo, en virtud de un acceso cognoscitivo
cualificativo, matemático e instrumental.
Otra idea que en
el pensamiento de Vattimo, adquiere gran relevancia es la del universalismo
naturalista, que busca que la racionalidad científica se imponga mas allá de
toda delimitación histórica y de lugar, lo que se debe al carácter universal de
la razón; según la cual la razón es común a todos los hombres, hecho este, que
como es sabido, es el ideal de toda concepción cosmopolita e iluminista, la que
se presenta como una secularización de la idea cristiana de la hermandad de
todos los hombres en cuanto hijos de Dios. Esta idea es, como se sabe, la base
de todas las declaraciones de los derechos humanos.
El pensamiento de
Vattimo pone en discusión dicha idea, presentando sus limitaciones y sus
distorsiones; en la racionalidad están implícitos la reducción a un orden a
través de un principio y una serie de relaciones generalmente claras y
unívocas.
El racionalismo
implica un principio fundativo que constituye el blanco de polémica, principio
que lleva toda la realidad a un fundamento único y con ello tiende a una
uniformidad; contra esta tendencia uniformante y universalista es que se pueden
leer en el pensamiento de Gianni Vattimo, todos sus discursos a favor de la
diferencia y la multiplicidad y la reivindicación de experiencias verificativas
diferentes a aquella científica, en particular, como ya lo hemos indicado, la
estética, las que no se dejan objetivar en términos objetivantes propios del
método experimental.
Así como la
modernidad puede apuntarse un éxito el haber hecho eco de la noción de homologalización
de la experiencia, la comprensión de la realidad teniendo como base a un
principio único y fundante, la postmodernidad y con ella Vattimo, insiste en la
diversidad, en la diferencia, en la multiplicidad, haciendo incapié en los
riesgos a los que puede conducir la planificación y la homologalización social.
8.
Lugar del pensamiento débil, respecto al pensamiento
dialéctico y de la diferencia.
Ahora se hace una
pregunta ¿En qué relación se coloca el pensamiento débil respecto al
pensamiento de la diferencia y de la dialéctica?
Tanto el
pensamiento dialéctico como el pensamiento de la diferencia constituyen para el
pensamiento débil su pasado, ellos son quienes de una u otra manera constituyen
el pasado inmediato del pensamiento débil, se trata de preguntarse sobre la
relación que se da entre ellos. De tal suerte que filosofar aquí y ahora, es
para el pensamiento débil un confrontarse con ambos tipos de pensamientos.
Cuando se habla
de que el racionalismo kantiano se encuentra en la misma línea del pensamiento
cartesiano, se quiere decir que la propuesta filosófica de Kant, incluye, y
supera la propuesta de Descartes, ellas en última instancia se sitúan
dialécticamente la una respecto a la otra; lo mismo se dice que, para poder
entender la propuesta filosófica de Hegel, es necesario remitirse a la
propuesta filosófica de Kant, con ello se dice que aquel, incluye pero a la vez
supera a este, entre ellos, como en el caso anterior, se habla de una relación
dialéctica, se pregunta si es en esa misma línea como se presenta el
pensamiento débil respecto a la dialéctica y al pensamiento de la diferencia.
Según Vattimo,
habría tres posibilidades, respecto al tipo de relación que se establecería
entre estos tres esquemas de pensamiento, ellos son: el salto (Sprung), la superación dialéctica, o la
distorsión, con la ayuda de estos tres esquemas se trata de dar una respuesta a
la pregunta que se ha propuesto responder.
a.
La relación del pensamiento débil respecto al
pensamiento dialéctico no puede ser de un salto porque no se cae en el vacío,
como sí sería el pensamiento metafísico respecto al pensamiento técnico;
tampoco puede ser de una superación de tipo dialéctico, porque sería caer en el
mismo esquema dialéctico y ello es lo que se quiere criticar, la relación justa
que se da entre ellos es la distorsión
pues el pensamiento débil no puede simplemente dejar atrás el pensamiento
dialéctico, sino que lo debe asumir pues es el pasado que constituye su envío
pero se sitúa respecto a él de una forma distorsionada, pues quiere
distorsionar lo que aquel propone, es en este sentido que Vattimo
constantemente insiste que no es una relación de Üeberwindung sino de
Verwindung, a este respecto Vattimo dice hablando sobre el tema “yo creo que es
también posible subrayar, más de lo que hace el propio Heidegger, un
significado de torsión, retorcimiento, etc., que parece ligado al verbo
retorcer... mientras parece pacíficamente aceptado por los interpretes que en
lo que respecta a la metafísica Heidegger tiene una actitud de aceptación-resignación-convalecencia
y torsión... ” y en otro texto dice “el pensamiento débil, del que se buscan
los elementos... tiene con la dialéctica y la diferencia una relación que no es
principalmente o solamente de superación, sino más bien se definirá mediante el
término heideggeriano de Verwindung”.
b.
Según lo anterior el pensamiento débil respecto al
pensamiento de la diferencia tendrá una actitud semejante que la que tiene
respecto al pensamiento de la diferencia, el pensamiento débil no puede
simplemente dejar a las espaldas el pensamiento de la diferencia pues este
constituye su pasado y éste a su vez lo destina dándole una misión y un envío.
No es pues el pensamiento débil una
corriente de pensamiento que se sitúa dialécticamente hablando, después del pensamiento
de la diferencia o respecto al pensamiento dialéctico, una corriente de
pensamiento que niega y a su vez incluye a los anteriores, de manera que entre
ellos se puede rastrear desde la antítesis, la hipótesis, la síntesis el
desarrollo ascendente hacia lo mejor; entre ellos se puede rastrear una
distorsión, resignación, y convalecencia, Vattimo siempre es enfático al decir
que se trata de permanecer fieles al pensamiento de la diferencia, tratando de
no dogmatizarlo y al decir que jamás se puede dejar definitivamente el
pensamiento metafísico representado por el pensamiento dialéctico.
Al final de este breve ensayo se
pueden plantear varias preguntas que ayudarán a entablar un breve diálogo: ¿El
pensamiento débil, elimina, supera, o restringe el pensamiento de la
metafísica? ¿Es el pensamiento metafísico un pensamiento violento? ¿Tiene o no
tiene sentido hoy hablar de esencias eternas, universales?
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