Heidegger y Aristóteles.

 

Heidegger y Aristóteles.

1.      Το ον ληγεται πολλακως; ον ως πολλακος λεγομενον.

Si el ser se dice de muchas maneras ¿Cuál es la manera fundamental? Para Aristóteles, según la lectura que hace Brentano, las múltiples maneras como el ser se manifiesta se reducen fundamentalmente a cuatro:

El significado del ente por accidente y por sí.

El significado del ente en cuanto verdadero.

El significado del ente según las figuras de las categorías.

El significado del ente según el acto y la potencia.

Heidegger se hace la pregunta ¿Cuál de estas formas como se manifiesta el ser es la fundamental? Ser como algo real, el ser como algo posible, el ser como algo verdadero y el ser como algo categorizado. En esta búsqueda llega a un examen de la filosofía práctica de Aristóteles haciendo la siguiente pregunta ¿Cuál es la manera fundamental como se dice ser? Entre los años 1925-1930 este autor se dedica a preguntarse si el significado del ente en cuanto verdadero sea la categoría fundamental y a partir de la cual se articulan las demás. Para ello va a realizar un estudio de la filosofía práctica de Aristóteles a partir del capítulo VI de la Ética a Nicómaco.

Dentro del horizonte de estas inquietudes ya Husserl había puesto en cuestión e interrogado la noción según la cual el juicio, la proposición, la predicación o la aserción, en cuanto síntesis o diairesis son el único y originario lugar de la verdad; estas son solo una dimensión de la verdad.

Heidegger desarrolla esta idea propuesta por su maestro Husserl y cuestiona tres cosas, primera, el concepto de verdad entendido como adecuación entre la cosa y el intelecto; segunda, la tesis según la cual el juicio es el lugar originario donde acontece la verdad; tercera, la tesis según la cual la paternidad de estas dos afirmaciones anteriores se le atribuyen a Aristóteles.

Husserl ya había realizado con anterioridad la distinción entre la verdad de la proposición o del juicio y la verdad de la intuición, y le asigna a esta última un carácter originario y fundante. También había puesto como hecho novedoso el concepto de intuición categorial. A partir de aquí, Heidegger va a distinguir entre el sentido lógico y el gnoseológico del ser verdadero, principio de la proposición, y el sentido ontológico de la verdad propio del fenómeno en su profundidad y extensión originarias.

Para llegar a mostrar cómo la tesis según la cual, de las manifestaciones del ser, la fundamental es la verdad, o sea el significado del ente en cuanto verdadero, Heidegger parte de la discusión y del cuestionamiento de la tesis de que el juicio es el lugar originario de la verdad; además muestra que el carácter apofántico de la verdad es un caso especial de carácter semántico del discurso en general; con ello sostiene que lo semántico discursivo tiene una posibilidad descubridora y desveladora y afirma el carácter hermenéutico descubridor y desvelador del ser-ahí, y muestra que el ente tiene la posibilidad descubridora, el ente mismo es manifestación del ser; a partir de todos estos elementos, Heidegger llega a mostrar el sentido ontológico más profundo de la verdad y muestra además una serie de lugares donde lo verdadero se hace más evidente, estos son:

1.    Verdadero es el ente mismo en cuanto posee un carácter revelador y manifestativo.

2.    Verdadero es el ser-ahí mismo, es decir, la vida humana en cuanto esta, a partir de ciertas aptitudes fundamentales, puede revelar, descubrir y llevar al ente a su manifestación; el alma humana tiene la capacidad de estar en lo verdadero. Formas como el alma humana están en lo verdadero.

2.1.       La modalidad del λογος, esta es específicamente humana ya que está mediada por la capacidad discursiva del hombre; esta se representa a partir de los cinco modos a partir de los cuales el alma humana puede estar en lo verdadero: επιστεμε, τεχνε, φρονεσις, νους, ςοφια.

2.2.       La modalidad descubridora del λογος tiene su fundamento en la αισθεσις o en la νοεσις ya que aprehenden el objeto casi tocándolo directamente, esta es una forma directa de descubrir y tocar al ente.

2.3.       Verdadera es la forma suprema del λογος, es decir, el λογος αποφανθιχος, la predicación o la aserción que puede tener forma afirmativa o negativa.

Con esto, Heidegger realiza una distinción y separación fundamental: la comprensión del fenómeno de la verdad (cómo se comprende la verdad) y la estructura de la predicación de la verdad; además abre el problema en el cual el ente se muestra como lo verdadero.

Durante los años 20, Heidegger se encuentra ante la necesidad de determinar el carácter descubridor y desvelador del Dasein; la psique humana, en cuanto descubridora de la verdad; por esta razón llegará a interesarse por el concepto husserliano de la vida humana entendida como subjetividad, sin embargo, la retomará en los términos aristotélicos de psique y αλητευειν. La centralidad de la praxis en la propuesta heideggeriana retomada de la Ética a Nicómaco.

La πραξις.

Según Heidegger, Husserl apoya su propuesta filosófica en el yo que pertenece al mundo y en la constitución simultánea del mundo por obra del yo; la solución que Husserl le daba a esta cuestión era la diferenciación entre un yo psicológico que hace parte del mundo y un yo trascendental que constituye el mundo (la realidad del yo psicológico y la idealidad del yo trascendental).

Heidegger comparte con Husserl la idea según la cual la constitución de la experiencia del mundo no se puede explicar recurriendo a un ente que tiene el mismo carácter de ser que el mundo.

Heidegger sostiene además que, de la subjetividad trascendental propuesta por Husserl para descubrir el ente, existen otras posibilidades, estas a su vez, se encuentran en Aristóteles: τεορια, πραξις, ποιεσις, con las cuales el hombre se relaciona con el ente; estas son las formas a partir de las cuales aprehende el ser del ente; estos tres elementos son entendidos como movimientos descubridores del alma humana y sus tres disposiciones correspondientes son: τεχνη, φρονεσις, σοφια. Heidegger considera que Aristóteles desarrolla una fenomenología de la subjetividad mucho más rica que la que propone Husserl.

Esto hace que una buena lectura comprensiva de Ser y tiempo pueda llevarse a cabo teniendo como referencia la interpretación fenomenológica que hace Aristóteles sobre la existencia humana; por esta razón, se puede afirmar que Heidegger en Ser y tiempo retoma, transforma y reactiva el sentido sustancial de algunas intuiciones fundamentales de la Ética a Nicómaco.

Correspondencias terminológicas entre Heidegger y Aristóteles.

Las formas fundamentales de ser del Dasein son la Vorhandenheit, la Zuhandenheit y la teoría, estas se corresponden con tres conceptos aristotélicos que son: πραξις, ποιησις y τεορια.

1.    La τεορια.

Es la actitud descubridora que tiene el carácter de descripción, de verdad y de observación porque apunta a la contemplación, y su fin consiste en aprehender la verdad. El tipo de saber que le corresponde es la σοφια; el ente, en esta actitud descubridora, se revela bajo el modo de ser que se determina la Vorhandenheit (actitud, teoría, saber, σοφια).

2.    La ποιησις.

Es la actitud descubridora de tipo productivo y manipulador en la que nos colocamos respecto al ente cuando se persigue la producción de obras; la τεχνη es la especie de saber que la guía al éxito; esta disposición se corresponde con la Zuhandenheit.

3.    La πραξις.

Es la actitud descubridora que actúa en las acciones que tienen su fin en sí mismas y su éxito no reside en algo que se encuentra fuera de sí misma; la φρονεσις, prudencia o sabiduría práctica es el tipo de saber que la orienta hacia el éxito.

La actitud determinante, tanto para Aristóteles como para Heidegger, es la πραξις, y a partir de ella, el pensador alemán describe la estructura fundamental del Dasein.

Heidegger retoma estas tres actitudes fundamentales y las reformula, con ello les da un nuevo significado, el que es más acorde con el análisis ontológico de la existencia que él realiza. La transformación más evidente de Heidegger es conferirle a la existencia un estatuto ontológico, mas no óntico. Con esto no pretende mirar estas actitudes en cuanto acciones particulares sino en su carácter ontológico.

Otra transformación que Heidegger opera en dichas actitudes se refiere a la jerarquía en que son presentadas; él considera que la actitud fundamental ya no es la τεορια sino la πραξις; esta es un modo de ser del ser-ahí y hace parte de su estructura. Si la πραξις es la actitud fundamental, entonces la τεορια y la ποιησις dependen de aquella; de modo que el ser-ahí, al situarse de modo práctico frente al ente, puede hacerlo a la manera observadora y contemplativa (Vorhandenheit- τεορια) o a la manera productiva y transformadora (Zuhandenheit- ποιησις). Estas tres actitudes describen la capacidad descubridora y desveladora de la vida humana, los modos como el alma se halla en lo verdadero.

4.    El Dasein interpelado desde la πραξις.

Heidegger considera que el Dasein es una versión ontológica de la πραξις aristotélica; él ontologiza la πραξις aristotélica y de ello extrae una modalidad del ser del Dasein; esto se hace evidente en la propuesta heideggeriana cuando se recurre a un análisis de las estructuras del Dasein teniendo como base, para dicho análisis, la πραξις aristotélica.

La primera determinación práctica propia del Dasein es el tener que ser. Con esta categoría (el tener que ser) Heidegger muestra que el ser humano no se relaciona consigo mismo desde una actitud interpretativa e intimista, tampoco el ser humano se sitúa frente a sí mismo con una actitud observadora, sino a partir de una actitud práctico-moral, en la cual y a partir de la cual todo lo que hace lo orienta hacia la construcción de su propio ser; a partir de esta actitud, el hombre se ve constreñido y obligado a decidir, así como a elegir entre múltiples opciones. Heidegger después cambiará de actitud y en su lugar hará referencia al concepto de existencia y con ello designa al ser-ahí que se ubica en la apertura del ser.

La segunda determinación práctica es la Sorge o el cuidado de sí. El hecho de que la actitud práctico-moral tenga en Heidegger una connotación autorreferencial respecto al Dasein, ello da la pauta para comprender por qué la Sorge tiene el carácter de unificar todas las disposiciones prácticas que constituyen el ser del Dasein.

En este sentido puede decirse que Heidegger va en la búsqueda del fundamento originario que rige la estructura autorreferencial del ser-ahí indicada por el tener-que-ser. Este tener-que-ser del ser-ahí es algo que desborda la mera presencia, lo proyecta hacia un futuro y así proyecta sus posibilidades; en este hecho, el poder-ser propio del ser-ahí es una modalidad que se caracteriza por una suspensión ontológica y temporal esencial propia del ser ahí, en cuanto originariamente abierto y libre para….; libertad que el ser-ahí tiene que soportar en cuanto hace parte de su propio ser ya que no se puede separar de ella ¿Qué consecuencias trae para Heidegger esta ontologización de la πραξις aristotélica?

1.    Sostener el predominio del futuro frente a la primacía metafísica de la presencia.

2.    Cuando el ser-ahí coloca el acento en la πραξις hace referencia al propio ser ya que “el ser-ahí, al cual se refiere el ser-ahí en la autorreferencia práctica, es siempre el propio ser del ser-ahí; en este sentido, Heidegger, va a hablar de la Femeinigkeit del ser que es siempre mi propio ser; esta es una característica de la φρονεσις y que Aristóteles formula diciendo que es un saber que se refiere siempre a nosotros mismos.

3.    El ser-ahí es el único ser que sabe que-tiene-que-ser; en este sentido desarrolla una distinción entre el ente distinto del ser-ahí y la constitución ontológica propia del ser-ahí; dándole primacía al carácter ontológico del ser-ahí sobre el carácter óntico propio del ente. Además, desarrolla toda una crítica a las concepciones tradicionales que establecían una diferenciación entre hombre y naturaleza, sujeto y objeto, ciencia y mundo; ya que estas distinciones privilegian una actitud teorética y no tienen su fundamento en la estructura fundamental de la vida humana.

4.    Con todo esto se puede constatar que a partir de la propuesta heideggeriana se abandona la teoría tradicional de la autoconciencia; Heidegger considera que el ser-ahí está siempre referido a su propio tener-que-ser; este autor asume como característica fundamental para el ser-ahí la categoría πραξις; todo esto se desarrolla no solo por actos intelectivos y reflexivos sino también por actos que la tradición consideró como inferiores, tales como las pasiones y los estados de ánimo.

El ente se hace patente en el enunciado representador, este enunciado se supedita a una indicación que consiste en decir que el ente es tal y como es. La relación del enunciado representada con la cosa es la consumación de esa conexión que originariamente y siempre se pone en movimiento a través de un comportamiento (Dasein). Pero todo comportamiento se caracteriza porque, estando en lo abierto, se ubica siempre frente a un elemento que se hace manifiesto, esto es lo que llamamos ente, lo presente.

Todo comportamiento está abierto siempre al ente; éste depende del tipo de ente frente al cual nos situamos, de manera que no es lo mismo situarse ante una obra de arte musical que a una pintura; no es lo mismo colocarse ante un objeto manufacturado técnicamente que ante un ente natural (un árbol, una montaña -vs- un orinal, una silla o un computador); esto implica que ya existe un ámbito previamente abierto y que, de alguna manera, determina el acercamiento al ente; solo dentro de este ámbito abierto es posible decir lo que algo es y cómo es. Cuando se llega a este punto, entonces el ente se ha hecho presente en el enunciado; y éste nos está dando una indicación posible acerca de lo que el ente es y cómo es; solo de esta manera, el enunciado siguiendo una indicación del ente se adecua al mismo.

Cuando el comportamiento se abre hacia algo, entonces el enunciado debe conformarse. El comportamiento deja que se le indique esta pauta; el comportamiento toma el criterio de la conformidad, a partir del cual se realiza la re-presentación, como algo que se le ha dado previamente; lo que hace posible que el enunciado, el intelecto o la realidad puedan conformarse o adecuarse con aquello que está en cuestión es lo que llamamos la esencia de la verdad.

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