El nihilismo: Un rastreo del concepto desde la filosofía, la literatura y la historia

El nihilismo.
Introducción histórica del término.
Los orígenes del nihilismo se pueden rastrear en la literatura rusa, concretamente en Turgenev y la novela que éste elaborara sobre padres e hijos; en ella, lo propiamente nihilista es la posición de los hijos respecto a las tradiciones y las costumbres de un pueblo y una colectividad; es la actitud de rechazo, de cuestionamiento y de crítica de parte de las nuevas generaciones; por el contrario las generaciones de los padres asumen las costumbres y las tradiciones con respeto y aceptación. Lo propiamente nihilista es la actitud de las nuevas generaciones. En parte esta actitud es lo que caracteriza a la sociedad rusa durante el periodo inmediatamente anterior a la rebelión bolchevique, cuando los campesinos muestran su inconformidad respecto a las clases burguesas y a la monarquía.
También es posible hacer un rastreamiento histórico sobre el nihilismo desde que hunde sus raíces en aquellas posiciones filosóficas que se han planteado el problema de la nada; en este sentido el diálogo platónico del Gorgias será un texto que se plantea dicho problema.
Por otro lado Fridugiso de Tours, quien fuera discípulo de Alcuíno plantea el problema de la nada que se impone con su presencia y en este sentido la nada posee una personalidad, una presencia y una sustancia. Por otro lado, Charles de Bovelles, en su texto Liber de Nihilo desarrolla unas teorías similares a las del discípulo de Alcuíno pero que se ubica en la época del renacimiento. El mismo Leonardo Da Vinci, por esta época llega a considerar que el ser de la nada es una de las cosas que se pueden encontrar alrededor; también cabe mencionar a Francisco Sánchez y a Leibniz en la época moderna.
Dentro de la época contemporánea se han considerado a Dostoievski y a Nietzsche como los dos grandes teorizadores del nihilismo; mientras que el primero desarrolla una visión literaria, el segundo una concepción filosófica. Sin embargo, antes que ellos, Turgenev reclama para sí la paternidad del término; pero incluso antes que éstos el término ya había sido utilizado con grandilocuencia tanto en la versión literaria como en la filosófica.
En el Romanticismo Karl Ferdinand Gutzkow utiliza el término para una novela de carácter romántico aparecida en el año 1853 y titulada Die Nihilisten; antes que éste, el término había sido utilizado para designar una herejía cristológica designada con el término Nihilianismus; el término nihilismus aparece por primera vez en el año de 1733 en un tratado teológico de Goetzius titulado De Nonismo et Nihilismo in Theología.
Sentido histórico-filosófico del término.
Se puede apreciar desde este breve recorrido histórico que el término ha tenido cuatro grandes variantes o asonancias: el primero se refiere a aquellos estudios, tratados o investigaciones que a lo largo de la historia se han hecho sobre la nada; el segundo se refiere al uso literario que sobre él se ha hecho; el tercer uso se refiere a la aparición del uso del término en el campo teológico y cristológico; finalmente, el término hace referencia a la versión filosófica. Ahora se intentará desarrollar de modo más amplio esta última.
El siglo XVIII es el momento en el cual aparece el término nihilismo tal y como hoy lo conocemos desde la filosofía; el contexto lo determina el nacimiento del Idealismo y las controversias que éste movimiento entabla con el Realismo y el Dogmatismo.
Según esta controversia, el Idealismo intenta anular, en la reflexión, el objeto del sentido común; en otros términos se puede decir que este movimiento filosófico sostiene que el objeto común es producto de una actividad inconsciente e invisible que realiza el sujeto; el nihilismo coincide con la destrucción filosófica de todo presupuesto, la destrucción de todas las evidencias y de las certezas del sentido común que realiza la especulación idealista. Es justamente en este contexto donde Jacobi acusa al idealismo de ser nihilista; este autor utiliza el término nihilismo no de manera ocasional o accidental sino de modo tal que con él está designando el fenómeno del ateísmo. El término designa el hecho de que a Dios se le hace parte de la reflexión filosófica, Dios se convierte en un saber discursivo, dialéctico y racional; Dios ya no es aquel absoluto al cual le corresponde un saber intuitivo.
En el Romanticismo hacen su aparición otros autores que utilizan el término tal y como lo confirma el diccionario manual universal de las ciencias filosóficas de Wilhelm Traugott Krug; en 1796 Jenisch utiliza nuevamente el término ante la academia prusiana de las ciencias sobre el progreso de la metafísica; en este sentido este autor sostiene que si en la disputa entre Idealismo, Realismo y Dogmatismo el primero se termina imponiendo como realidad absoluta, y junto al cientifismo kantiano, termina predicando el ateísmo y el nihilismo.
Para Friedrich Schlegel el nihilismo expresa la forma místico-oriental del panteísmo; esta relación entre nihilismo, mística oriental y panteísmo luego tendrá un desarrollo muy importante en el texto La esencia del cristianismo de Feuerbach.
Jean Paul en su propedéutica a la estética critica a los poetas tildándolos de nihilistas y equiparando el término al Romanticismo; ellos viven una continua experiencia de ebriedad del yo, son radicalmente egoístas, celebran la espontaneidad egoísta del yo creado, el libre juego de la fantasía y terminan por hacer que el yo se fusione con el universo, en ello está incluido Dios. Este autor compara el nihilismo con al ateísmo.
También al final del Romanticismo es posible encontrar una reflexión, desde el punto de vista filosófico, donde se equipara la relación entre la nada y el nihilismo.
En el contexto Romanticista, Hegel en su escrito de juventud: Creer y saber, será el filósofo que pensará el tema del nihilismo en los términos en que son tenidos en cuenta en la actualidad; el nihilismo pensado como muerte de Dios, ateísmo, fatalismo, pesimismo, egoísmo, atomismo, además del nihilismo pensado en los términos de momento intermedio en el proceso dialéctico que asegura una llegada al espíritu absoluto; el nihilismo como momento necesario en la vida del espíritu. El empleo que Hegel hace del término nihilismo desde el punto de vista filosófico, solamente está limitado a la fase juvenil de su producción filosófica.
Franz von Baader es el primer pensador católico que toma el término nihilismo en la época Romanticista y lo emplea en sus escritos: Sobre el catolicismo y el panteísmo de 1824 y Sobre la libertad de la inteligencia de 1826; según este pensador ha sido el protestantismo quien ha originado el nihilismo científico y destructivo, el cual solo se puede combatir afirmando el concepto de autoridad tanto desde el punto de vista religioso, eclesiástico, científico como político; en otros términos se puede decir que para este pensador solo afirmando la autoridad contra cualquier tendencia separatista, divisionista o contra cualquier duda o protesta es posible superar el nihilismo; este es el sentido que Baader usa en el primer escrito.
En el segundo escrito el nihilismo es definido en los términos de abuso de la inteligencia destructiva para la religión; en este sentido es asociado al oscurantismo. Desde estas dos perspectivas acabadas de mencionar el término nihilismo es utilizado en un sentido estigmatizado, es decir visto como un síntoma degenerativo y disgregador de la vida religiosa, social y civil; según Baader el nihilismo solo se puede superar cuando se reconcilien la ciencia y la religión.
Juan Donoso Cortés en su ensayo Sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo sostiene que el socialismo francés está traspasado y permeado por el nihilismo; en este sentido, el nihilismo es entendido como una consecuencia directa del Racionalismo y de la Ilustración que se manifiesta a partir de varias formas concretas: Deísmo, Panteísmo, Maniqueísmo, Fatalismo, escepticismo y ateísmo; el nihilismo surge en el momento en el cual se presenta una negación y un combate contra el gobierno humano y divino.
Tanto Cortés como Baader han insistido en el hecho de que el nihilismo es una categoría que sirve para analizar y criticar a la sociedad, el nihilismo es una categoría que sirve para el análisis y la crítica social; en este mismo sentido, y dentro del contexto del siglo XVIII Gutzkow ha considerado que el origen del nihilismo se encuentra en el hegelianismo; incluso en este mismo siglo Jacobi había tenido ocasión de conocer el término durante su instancia en Francia, y de conocerlo en su uso analítico-crítico de la instancia social. También hay que destacar a Krug quien anota que en Francia el término nihilista se aplica socialmente a aquellas personas que en la Burguesía no le prestan ninguna importancia a las cuestiones religiosas y que en general no creen en nada; desde esta perspectiva, el autor antes mencionado enfatiza en que existen nihilistas de entre los sociólogos, los políticos y los religiosos, así como los filósofos y los metafísicos. Sostiene además que mientras que los dos últimos grupos se preocupan por mostrar lo que es, los otros se preocupan por mostrar lo que no es.
En Francia, por esta misma época, el concepto nihilista se aplica a todas aquellas personas que no creen en nada, aquellos que no tienen interés en nada, aquellos que no profesan ningún credo. Es más, el término está relacionado con la propuesta cartesiana del cogito ergo sum en cuanto que ésta es el origen de todos aquellos sistemas filosóficos cuya propuesta consiste en afirmar como única evidencia posible el yo, el sujeto pensante.
También en la cultura italiana, algunos autores han insistido en la afirmación del nihilismo, sobre todo aquellos que sostienen la debilidad del pensamiento y de las estructuras.
El nihilismo en Rusia.
El nihilismo hacia finales del siglo XVIII, en Rusia, se hace un concepto determinante para los grupos sociales y políticos que luchaban por la revolución y por la libertad; esa es la manera como impregna a la sociedad rusa para esta época se encuentra en un proceso de transformación.
Los grandes teóricos rusos se han empeñado en una revolución contra la metafísica y contra el Romanticismo, el que ha sido llamado de los hijos contra los padres; en este sentido se gestó un movimiento que protestaba contra el orden existente, contra la metafísica, la religión, la estética y la religión, las que eran consideradas como ilusiones alienadoras destinadas a disolverse; la perspectiva de este movimiento era la de ir a siempre adelante, la de críticas y la de negar lo existente y lo tradicional; las tres grandes tendencias de este movimiento eran: renegar del pasado, condenar el presente y no abrirse positivamente hacia el futuro. Exaltaba la individualidad, el utilitarismo y la protesta intelectual contra el sistema vigente e imperante.
En este contexto Turgenev coloca y pone en circulación el concepto de nihilismo. También puede mencionarse a Herzen, quien fuera el principal exponente de lo que se podría llamar un nihilismo práctico sobre todo en una época que como ésta no quería saber nada de contemplación; fue además el pensador que relacionó nihilismo y empirismo nihilismo y populismo. Otro pensador que se destaca dentro de este contexto es Bakunin quien releyendo el aspecto negativo e izquierdista de la dialéctica hegeliana termina asumiendo la fuerza del espíritu que destruye y niega; estos aspectos en su especulación filosófica van asociados al socialismo, al anarquismo, al socialismo utópico y al nihilismo.
Desde el área de la literatura rusa fue Dostoievski el autor que dio máxima expresión al fenómeno del nihilismo y del ateísmo; su influjo llegó a sentirse a lo largo y ancho de toda Europa; su obra literaria fue capaz de dar razón de los nuevos órdenes que empezaban a florecer en todo este continente y de las críticas a las antiguas costumbres. Este autor, con sus personajes y situaciones empieza a dar cuerpo a las nuevas experiencias vividas en Europa y que abrirían el paso a fenómenos como el nihilismo y el ateísmo. De entre estos se puede mencionar a Raskolnikov, protagonista de Crimen y Castigo, para él la existencia y la reivindicación de la libertada propia se convierten en un problema filosófico moral con tribulaciones infinitas (Volpi 323). Stavrogin es un nihilista, que en la obra Los demonios es la representación de una inteligencia demoniaca y depravada; por otro lado está Kirillov que deduce de su hipótesis “si Dios no existiera” la libertad de cualquier comportamiento moral. En Los hermanos Karamazov, Iván se convierte en el prototipo del ateo sutil, el gran inquisidor que trata de menoscabar los grandes ideales del cristianismo; además intenta acentuar el sentido del mal en el mundo, el espíritu de autodestrucción y del no-ser. En este contexto es importante resaltar que Dostoievski encontró en Nietzsche una gran acogida en lo concerniente a la comprensión filosófica del nihilismo; la conjunción de ambos pensadores fue decisiva para que el pensamiento nihilista se propagara por toda Europa en las primeras décadas del siglo XIX.

El nihilismo en Nietzsche.
La primera vez que Nietzsche utiliza el término fue hacia el año 1880 durante el verano y dentro del contexto de lo que fuera su última y controvertida gran obra titulada La voluntad de poder; el primero de los cuatro libros que la componen lleva por título El nihilismo europeo; la base sobre la cual este pensador realiza dicha investigación sobre el nihilismo europeo es el tema de la muerte de Dios (Nietzsche 2007 33-119).
Lo que empujó a Nietzsche a elaborar su propuesta sobre el nihilismo fueron varios acontecimientos: el primero fue la idea corriente en el ambiente europeo de la lucha generacional que planteaba Turgenev en su texto sobre los padre y los hijos; el segundo fue la relación que se establecía en el ambiente cotidiano entre nihilismo y terrorismo; el tercero es que cuando Nietzsche está elaborando su última gran obra, La voluntad de poder, descubre la propuesta literaria de Dostoievski.
Es necesario destacar que autores como Bourget veían el nihilismo como la gran enfermedad de Europa; ésta estaba destinada a convertirse en la profesión de fe del siglo veinte y sus síntomas se podían reconocer en el anarquismo ruso, en la literatura francesa, en Baudelaire, Flaubert, Leconte de Lisle, en Gouncourt y en Amiel.
Sin embargo estas dos lecturas sobre el nihilismo: la de Turgenev y la de Dostoievski representan para Nietzsche la ocasión precisa para reflexionar sobre un problema que, relacionado con el mismo tema, lo preocupaba desde mucho tiempo antes: la muerte de Dios. Ya en sus años juveniles había afirmado que “el gran Pan ha muerto” (1780) y luego corrobora y amplía dicha sentencia con la idea germana de que “Todos los dioses deben morir”; en 1882, en su texto la Gaya ciencia la muerte de Dios se convierte en una clave interpretativa a partir de la cual es posible leer el desvanecimiento de todos los valores; después en 1886 retornará sobre el  mismo tema afirmado que la muerte de Dios empieza a arrojar su sombra sobre toda Europa; la misma crítica sobre la muerte de Dios se convertirá en una clave general y más amplia para interpretar la decadencia de Occidente; justamente fueron las lecturas de Turgenev y de Dostoievski las que le ayudaron a leer la muerte de Dios en un sentido más amplio, es decir como nihilismo.
Nietzsche empieza su reflexión sobre el nihilismo planteándose la pregunta ¿Qué es el nihilismo? A la cual responderá que consiste en la falta de valores, el nihilismo consiste en la falta de respuesta al por qué; el nihilismo es el proceso histórico a través del cual los valores supremos: Dios, la Verdad y lo Bueno pierden su valor y mueren; el nihilismo es la experiencia de la decadencia de Europa a partir de la cual se presenta una transvaloración de todos los valores. Tal experiencia se presenta desde el origen de dicha cultura, cuando Sócrates y Platón empiezan a plantear y a postular la existencia dicotómica de un mundo del más allá y otro del más acá.
Nietzsche intenta mostrar que el mundo del más allá se presenta como algo inalcanzable y con ello se presenta una disminución de su valor; el platonismo, no Platón, es el causante de que con el carácter inalcanzable del mundo del más allá, éste se torne en algo superfluo, de modo que según esta perspectiva el nihilismo se convierte en la contracara del platonismo.
Nietzsche en su texto El crepúsculo de los ídolos resume en seis numerales la historia del nihilismo y del platonismo, el título de dicho texto es Cómo el mundo verdadero termina convirtiéndose en una fábula. Se intentará realizar un análisis sobre el mismo a continuación.
1. La primera parte de la historia considera la propuesta que realiza Platón respecto al mundo ideal, el mundo que es verdadero y suprasensible; según la lectura que realiza Nietzsche de Platón, este mundo solo lo pueden alcanzar los sabios.
2. La segunda parte de la historia consiste en la interpretación que hacen de Platón el platonismo y el cristianismo, siendo éste último platonismo para el pueblo; esta etapa comienza a sobrevalorar el mundo del más allá, el mundo ideal y a infravalorar el mundo del más acá; la existencia terrena y sensible empieza a convertirse en el ámbito de la apariencia, de lo transeúnte; sin embargo no se pierde la posibilidad de que un día el verdadero mundo, el mundo del más allá se pueda alcanzar; si en la primera etapa era el sabio quien podía alcanzar el mundo verdadero, ahora el mundo verdadero puede ser alcanzado por el virtuoso, el penitente, el santo.
3. La tercera etapa del recorrido histórico sobre el nihilismo y el platonismo que menciona Nietzsche corresponde a la propuesta kantiana; según ésta, el mundo verdadero y suprasensible es propuesto por Kant como algo inalcanzable, no experimentable e indemostrable; pero sin embargo es la base y la fuente sobre la cual se construye y se edifica la razón práctica; es decir, la razón práctica necesita el mundo suprasensible como si éste fuera su fuente y su fundamento.
4. Esta cuarta etapa hace referencia al hecho de que si el mundo del más allá se presenta desde la propuesta kantiana como inalcanzable, incognoscible, por lo tanto no consuela, ni salva entonces no tiene un sentido vinculante, no tiene sentido vincularse a él.
Nietzsche, con esta etapa del camino, está haciendo referencia a la época que coincide con el escepticismo, época que además coincide con el cuestionamiento y la caída en descredito de las verdades metafísicas, es decir la época en que el platonismo es cuestionado, desacreditado y negado. Esta es la época en que empieza a imperar el positivismo. El hecho de que Kant cuestione y ponga en entredicho las certezas metafísicas, ello trae como consecuencia la destrucción del Idealismo y cuestiona duramente la creencia en el mundo suprasensible; sin embargo con ello no se logra superar ni el platonismo ni el nihilismo. Si el mundo suprasensible es incognoscible e inalcanzable, entonces no se puede tomar posición ni a favor ni en contra de él.
5. En la quinta etapa Nietzsche propugna por la abolición del mundo verdadero, además piensa en la elaboración de la deconstrucción del mundo ideal que él había iniciado en sus años juveniles; con este proceso se encuentra en el estado matutino de su propuesta filosófica. Con la abolición del mundo suprasensible surgen dos grandes problemas ¿Qué queda en el puesto donde antes estaba el mundo verdadero? ¿Qué sentido tiene el mundo sensible ahora que el suprasensible ha quedado abolido?
La última fase del camino propuesto por Nietzsche implica la eliminación del mundo ideal y del mundo aparente; fase que se convierte en el último paso para superar el platonismo y con él el nihilismo; pero a la vez ésta se convierte en la base sobre la cual planteará la última fase de su pensamiento expresada en su propuesta filosófica; para que esto suceda es necesaria la abolición del mundo aparente; este paso no se puede entender como la abolición del  mundo aparente y del mundo verdadero porque entonces se acabaría con el ser y no quedaría nada simplemente se afirmaría el nihilismo.
La propuesta de Nietzsche tiende a abolir la perspectiva platónica que mira el mundo desde una doble visión. La cuestión central para Nietzsche es la de eliminar la propuesta platónica y la de plantear un nuevo camino para plantear una nueva relación entre lo sensible y lo no sensible; para lograr este objetivo no basta solamente con cambiar y combatir la jerarquía que proponía el platonismo: que lo sensible se convierta en suprasensible y viceversa; la propuesta de Nietzsche es la de abolir totalmente el horizonte propuesto por el platonismo y por el nihilismo, y de esa manera abolir definitivamente la propuesta dicotómica que le sirve de base.
Nietzsche sostiene que el nihilismo empieza a hacer parte de la cultura occidental en un momento en el cual se hace necesario afirmar un principio organizador que da cierta estabilidad y seguridad al hombre frente al devenir histórico-temporal del mundo y de la realidad; de este principio unitario se desprenden ciertas categorías que han sido fundamentales para la cultura occidental: unidad, verdad y fin.


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